Portada del videojuego Streets of Rage

Ficha técnica

Streets of rage juego segaTítulo: Streets of Rage

Fecha de estreno inicial: 1991

Diseñadores: Noriyoshi Ohba, Ayano Koshiro, Jordi Asensio y Roel van Mastbergen

Desarrolladores: Sega, DotEmu, Lizardcube y Guard Crush

Distribuidores: Sega, DotEmu, Playdigious, Bombergames, Tectoy, Senile Team, Nintendo of America y SEGA of America

Género: Beat’em up arcade

Plataformas: Sega Mega Drive, Sega Master System, Sega Game Gear, Sega Mega-CD, Virtual Console, Microsoft Windows, PlayStation Network, Xbox Live Arcade, iOS y Android

Compositores: Yuzo Koshiro
Nota: 9.0

¡Muy buenas a todos! Retomamos un tema que os gusta a muchos de vosotros, el de los videojuegos. Más concretamente, hoy comentaremos el comienzo de una de las sagas de peleas más populares de los años noventa: Streets of Rage. Dentro del género de los videojuegos beat ’em up arcade, esta popular colección, junto con otras franquicias conocidas como Street Fighter (1999 – 2023) o Tekken (1995 – 2024), es una de las más reseñables en el mundo de los videojuegos.

A finales de los años ochenta y principios de los noventa, los juegos de peleas callejeras estaban en pleno auge en los salones recreativos. En este contexto, la compañía Sega también quiso tener un beat ’em up con esta temática callejera tan pintoresca dentro de su repertorio de juegos, de ahí, el lanzamiento de esta entrega. Lo realmente interesante es que Sega no sacó ninguna versión para las recreativas, como hizo con el mítico Golden Axe (1989), sino que directamente lo llevó a su consola de sobremesa más destacada: la Sega Mega Drive.

¿Por qué se tomó esta decisión tan poco convencional? Para responder a esta cuestión hay que conocer cierta información, que es imprescindible para poder tener una idea clara de cuál fue la situación por la que Sega tuvo que obrar de esta manera tan singular… ¡La cosa se pone cuanto más intrigante!

Captura del videojuego Streets of Rage (1991) para Sega Mega Drive
Captura del videojuego Streets of Rage (1991) para Sega Mega Drive

Streets of Rage: ¡la lucha contra el crimen organizado!

El argumento que hay detrás de este popular videojuego retro es bastante interesante. Se nos presenta una ciudad que ha sido totalmente controlada por una peligrosa banda criminal. Los integrantes de esta mafia siembran miedo, caos y pánico en las calles que componen el núcleo urbano. ¡Los ciudadanos viven completamente aterrorizados!

Esta organización está dirigida por un gran cerebro criminal que se hace llamar como “Mr. X”. Pese a saberse muy poco acerca de él, toda la cuidad tiembla con tan solo escuchar su nombre. La gente teme salir de sus casas. Este ambiente de violencia y corrupción ha transformado la ciudad en un pozo de oscuridad. Los ciudadanos claman justicia, pero los tentáculos de la organización criminal han llegado hasta el mismísimo gobierno, y las fuerzas de la ley que debían poner fin a este sindicato del crimen, ahora están bajo sus órdenes. ¡Criminal, nunca mejor dicho! Sin embargo, tres jóvenes policías han decidido reaccionar.

Así las cosas, hartos de la corrupción, han renunciado a sus puestos como agentes y se han dispuesto a librar a la cuidad de esta lacra con sus propios puños. Estos tres valientes son: Axel Stone, experto en artes marciales y gran aficionado a los videojuegos. Blaze Fielding, experta en judo, tiene un estilo de lucha particular al combinar el combate con su pasión por el baile. Por último, tenemos a Adam Hunter, un formidable boxeador rudo, pero de gran corazón que pasa sus ratos libres cuidando sus bonsáis. Los tres han puesto todo en juego: su trabajo, su pasión por la lucha, su ciudad, e incluso sus propias vidas, para poner fin al horror que invade las calles.

Información de los personajes jugables de Streets of Rage
Información de los personajes jugables

¡Damas y caballeros! Aquí es donde entramos nosotros, los jugadores. Nos pondremos en la piel de uno de estos tres valientes justicieros y trataremos de liberar a la ciudad de la gran sombra criminal que se ha cernido sobre ella. ¿Podremos estar a la altura de las circustancias? ¡Vamos a por ello!

Bienvenidos a… “¡Villa Escándalo!”

Las mecánicas de este juego son bastante comunes a otros títulos de peleas de la época. No obstante, debo decir que lo que más me asombra de la saga de videojuegos Streets of Rage, y en especial, de la primera por ser la novedad, es la fluidez y la facilidad de manejo de los personajes. Cada uno de los tres posibles protagonistas cuenta con habilidades propias. Axel es rápido y fuerte, pero tiene un salto débil. Blaze es rápida y ágil en el salto, pero sus golpes son mucho menos potentes. Y en última instancia, está Adam, que es fuerte y se defiende perfectamente en el aire, pero es sumamente más lento que el resto de sus compañeros.

A pesar de solo contar con tres personajes jugables, tanto los programadores como los diseñadores los hicieron muy distintos, fomentando así, un mayor grado de diversidad al juego. De hecho, el único punto que tienen en común es que reparten estopa “a diestro y siniestro”. Ahora bien, el cómo lo hace cada uno… ¡eso mejor descubrirlo vosotros!

Personaje de Blaze en Streets of Rage
Muestra de combate del personaje Blaze Fielding

Adicionalmente, tenemos la opción de enfrascarnos en esta peligrosa aventura en solitario o con un compañero. La verdad sea dicha, la incorporación de modos multijugador está bien, pero que esté presente en videojuegos tan antiguos es un auténtico puntazo, más que nada, porque los recursos tecnológicos de aquellos años no eran tan sofisticados como los actuales. Por consiguiente, conseguir un nivel de fluidez tan sólido es digno de alabanza. Es más, de muy pocos videojuegos puedo decir esta afirmación.

¿Os acordáis del análisis del Bio-Hazard Battle? Este juego fue lanzado tan solo ¡un año después! al Streets of Rage, en 1992. Pues bien, este shoot’em up presenta el problema que he comentado arriba. Son videojuegos de temática distinta, y por supuesto, la cantidad de elementos que aparecen y que se mueven en pantalla no es comparable entre ambos. ¡Bio-Hazard Battle gana de calle! Sin embargo, es este aspecto (los objetos en pantalla) el responsable de ese retardo, sobre todo, en el modo multijugador. Y lo mismo ocurre con la crítica del Sonic The Hedgehog (1991). También presenta esa ligera ralentización que, mínimamente, le quita fluidez a la experiencia de juego.

Obviamente, son videojuegos muy distintos entre sí. No obstante, permite ejemplificar muy bien que la ausencia de ralentizaciones es un factor indispensable a la hora de garantizar jugabilidad y buenas experiencias de juego, y de todos los que hemos analizado hasta ahora, Streets of Rage gana “de calle”, nunca mejor dicho.

Streets of Rage es un videojuego con gran fluidez
El multijugador de Streets of Rage es un modo cooperativo muy fluido

Tras concluir la selección de personaje, el juego nos conduce directamente a una aventura callejera, plagada de puñetazos y patadas hasta los topes. Los puños y las piernas serán nuestros más fieles aliados mientras vencemos a incesantes hordas de enemigos que surgen de ambos lados de la pantalla. Paralelamente, podremos hacer uso de todo tipo de armas blancas adicionales, tales como navajas, cuchillos, bates, tuberías o botellas de cristal, que hacen que el dinamismo del videojuego se vea mucho más enriquecido.

Podremos efectuar espectaculares combos de lucha, tanto en solitario como en el modo multijugador. Por supuesto, cada secuencia de llaves dependerá del personaje, lo que hace que quede mucho más atractivo y visual de cara a los jugadores. ¡Mucho cuidado! El daño entre los personajes de los jugadores está permitido, así que más vale que nos sincronicemos bien con nuestro acompañante si no queremos dar, o peor todavía, recibir, alguna que otra castaña. ¡Es la hora de las tortas!

Cada policía cuenta con su repertorio habitual de golpes, puñetazos, patadas voladoras, agarres, lanzamientos, etcétera. Unos son más sencillos y otros son más complejos. Se requerirá algo de práctica para hacerlos bien. Los tres personajes cuentan con los mismos controles, pero sus movimientos serán ligeramente diferentes dependiendo de cual llevemos. Además, la dificultad en la que juguemos tendrá un papel muy importante, ya que los niveles más altos van a ser todo un reto. ¡Toca practicar!

En los niveles de Streets of Rage hay todo tipo de armas punzantes
En los niveles de Streets of Rage hay todo tipo de armas punzantes

La esencia de la emoción arcade

A lo largo de los ocho escenarios que componen el juego, hay varios momentos de la trama donde la cosa se va a poner muy fea. Habrá oleadas de enemigos donde fácilmente podremos perder salud o incluso vidas, no solo por la cantidad de golpes que vamos a recibir, sino por la vida que nos van a quitar en cada uno de ellos, especialmente, los jefes finales. ¡Relax! Podremos recuperar salud mediante platos de comida (manzanas o carne), que rellenarán parcial o totalmente, nuestro medidor de energía. Del mismo modo, podremos recolectar alguna que otra vida a las que ya tenemos, suceso que viene perfecto para enfrentarnos a ciertos jefes de escenario. ¡Algunos se las traen!

Además, podremos recoger ciertos ítems de bonificación para maximizar nuestras puntuaciones. Estos objetos pueden ser sacos de dinero o lingotes de oro. Finalmente, al concluir cada uno de los niveles, se sumarán los puntos recolectados al marcador de puntuación general. En función de la cantidad de puntos cosechados, podremos recibir alguna vida extra adicional. Normalmente, esto sucede cada dos o tres niveles.

Ejemplo de horda difícil de enemigos en Streets of Rage (1991)
Algunas oleadas difíciles de enemigos nos harán perder vidas

A este tipo de alicientes, hay que mencionar que en cada nivel de este beat’em up arcade disponemos de un arma de destrucción masiva adicional. Cuando la cosa esté realmente “chunga”, podremos pedir ayuda a un compañero que está dentro de la policía. Llegará “a toda mecha” en su coche hasta donde estamos nosotros para arrasar la zona con lanzacohetes o ametralladoras. Así las cosas, eliminará a todo desalmado que haya en pantalla.

¡Ojo con este recurso! No hay que utilizarlo a la ligera, puesto que solo dispondremos de una de estas llamadas por cada nivel, así que deberemos reservarla para momentos realmente complicados. Por suerte, cada vez que perdamos una vida, volveremos a tener una llamada disponible. Además, es posible recoger un ítem en forma de pequeño coche de policía que nos dará una oportunidad extra de hacer que nuestros enemigos sientan sobre sus carnes todo el peso de la ley. ¡Justicia!

Otro matiz bastante interesante en relación a la temática arcade es que, como ya he comentado anteriormente, al final de cada escenario, nos estará esperando para ajustarnos las cuentas uno de los secuaces principales del jefe del sindicato: “Mr X”. Es más, serán dos si estamos jugando en modo cooperativo. En algunos niveles habrá que hacer frente a más de uno de estos jefes finales, por lo que más vale administrar bien las llamadas a nuestro compañero policía.

Los combates solo terminan con los esbirros derrotados o con nosotros “palmando” una vida. Hay que memorizar bien los patrones de ataque porque de lo contrario empezarán “a llover vidas como gotas de agua”. Cada uno de estos “indeseables” se repite al menos dos veces a lo largo del juego, pero con distinta apariencia visual. Y como colofón, en el último nivel no dispondremos de llamadas a la policía. De hecho, en dicho escenario, el octavo, nos iremos enfrentando progresivamente a todos los secuaces anteriores. ¡Rico hándicap que incentiva esa emoción de dificultad arcade que tanto nos gusta! Personalmente, los más difíciles son los del segundo y cuarto nivel. ¿Qué opináis?

Si conseguimos llegar hasta el final, “Mr. X” saldrá a recibirnos con un repugnante as bajo la manga: ¡unirnos a su organización! Este es el auténtico clímax de este videojuego retro, ya que en caso de que estemos jugando solos y respondamos “no”, “Mr. X” tratará de matarnos. Así las cosas, deberemos luchar por salvar a la ciudad de las fauces de este peligroso criminal.

Ahora bien, si respondemos “sí”, “Mr. X” nos preguntará si queremos ser su mano derecha. Si volvemos a responder “sí”, seremos enviados de vuelta a uno de los niveles anteriores y tendremos que repetir de nuevo la parte final del juego. ¡Buen castigo! Sin embargo, si respondemos “no”, lucharemos con “Mr. X” por el control de la organización. Al terminar con él, contemplaremos el “final malo” del videojuego, ya que nuestro personaje se convertirá en el nuevo capo de la ciudad. ¡Flipante!

¡Ojo que vienen más curvas! Lo mejor de todo esto es cuando jugamos el modo historia con dos jugadores, ya que cada uno puede escoger qué hacer por separado. Por consiguiente, si uno responde “sí” y el otro “no”, comenzará una batalla campal entre ambos jugadores hasta que uno de los dos “muerda el polvo”.

Batalla final contra Mr. X en modo multijugador
Batalla final contra “Mr. X” en modo multijugador

A partir de ahí, el juego transcurrirá en modo de un jugador y la aventura se desarrollará en base a lo que haya respondido el vencedor. Esto le da un empuje extra al final del juego, ya que a la hora de responder a “Mr. X”, alguna mirada de reojo cae al “compañero”. ¿Nos entendemos bien o quieres camorra? Por ello, Streets of Rage es un videojuego de lucha para Sega Mega Drive sumamente completo.

Una jugabilidad muy simple

Uno de los aspectos más notorios en toda la saga de videojuegos Streets of Rage es la sencillez de la jugabilidad y el manejo de los controles. Estas características están claramente presentes desde esta primera entrega. Y es que con tan solo tres botones: A, B y C, podemos encadenar golpes sin parangón alguno. ¡Increíble! En este sentido, el videojuego ofrece la opción de poder cambiarlos a la disposición que más le guste al jugador. Cada botón tendrá un cometido concreto: policía, golpe o salto. Paralelamente, si pulsamos el botón de salto seguido del botón de golpe, daremos un fuerte patada voladora.

En el transcurso de este beat’em up arcade, el jugador dispondrá de un total máximo de nueve vidas acumulables. Independientemente de la dificultad con la que juguemos, siempre empezamos con tres, y a partir de ahí, se trata de ir sumando. ¡Cuántas más, mejor! Cada vez que perdamos una vida, se disminuirá en una unidad las vidas acumuladas, y así, hasta que las agotemos todas. Cuando eso ocurra, consumiremos un crédito, de tres como máximo. Al consumir un nuevo crédito perderemos todo el puntaje acumulado. Y por supuesto, si perdemos todos los créditos, seremos recompensados con un rico y bien merecido “game over”. ¡A cuidarse!

Selección de ajustes de Streets of Rage (1991)
Selección de ajustes del videojuego

Otra propiedad clave de la saga de videojuegos Streets of Rage es la gran variedad de niveles de dificultad que ofrecen. En este primer título, el jugador puede escoger jugar en hasta cuatro modos distintos: easy, normal, hard y hardest. Las diferencias entre ellos son bastante claras: número de enemigos, tiempo para acabar con las distintas oleadas y vida perdida por los golpes.

Es un videojuego retro muy bien balanceado en este sentido para ser del año 1991. Ofrece una experiencia de juego muy íntegra para todo el espectro de jugadores: desde los más novatos hasta los más experimentados. En definitiva, podemos asegurar que estamos ante un beat’em up arcade de lo más completo. Noriyoshi Ohba y sus chicos hicieron un buen trabajo.

Gráficos muy detallados

En lo que a nivel de gráficos se refiere, Streets of Rage es un videojuego que, al igual que otros muchos del catálogo de Mega Drive, se puede decir que está muy bien pulido. Los niveles son muy variados y muy visuales. ¡Están plagados de detalle! El fenómeno de la marea con el movimiento de las olas en el nivel de la playa, el escenario del puente con el agua al fondo o el efecto, también de la marea, en el nivel del barco… ¡son increíbles! Y ya no hablemos del séptimo escenario, el del ascensor… ¡Ese sí que es una joya visual!

La introducción es espectacular, dejando claro que estamos ante un videojuego que emana calidad por todos lados. La ciudad de noche mientras se cuenta el prólogo de la historia es algo que quita el hipo. ¡Qué maravilla! Los sprites de los protagonistas, así como de todos los villanos, e incluso de todos los objetos que podemos emplear, están muy bien hechos. Personalmente, las animaciones de Blaze Fielding son las mejores.

Menú principal del videojuego Streets of Rage (1991)
Menú principal del videojuego

En cuanto a los enemigos se refiere, sí que es cierto que, en líneas generales, se desplazan y pegan de un modo algo más brusco. De hecho, los mecanismos de ataque son bastante fáciles de memorizar. La gracia estriba en que el número de villanos escala mucho con la dificultad, así que el resultado final es que queda bien equilibrado.

Por último, se usa el recurso del cambio de color para enfatizar que unos son más fuertes que otros. No es un error muy grave, pero claro, ya que iban a tirar la casa por la ventana, pues podían haberla tirado del todo ¿no? En fin, lo mejor de todo esto es que si los gráficos son buenos en esta entrega, las secuelas son susceptibles a producirnos desmayo. Enhorabuena a los integrantes del equipo de artes gráficas. ¡Sobresaliente!

Los gráficos de Streets of Rage son muy detallados
Los gráficos de Streets of Rage son muy detallados para ser de 1991

Una banda sonora que te deja nocaut

En mi opinión, el punto más fuerte de este videojuego es, sin duda alguna, la música que tiene detrás. Una vez más, el genio y figura Yuzo Koshiro nos vuelve a dejar sin palabras. Si ya se salió con su increíble banda sonora en el juego The Revenge of Shinobi (1989), en esta entrega se vuelve a coronar con todas las letras. ¡Vaya repertorio musical!

Honestamente, creo que es uno de los ejemplares, junto con Alien 3 (1992), que mejor explota la potencia de sonido que tenía el chip de la Sega Mega Drive, el modelo Yamaha YM2612. ¡Madre mía, que forma de componer música! Literalmente, es que con una vez que la escuches se te queda en la mente de por vida. Los temas son de índole variada y encajan muy bien con el ambiente de cada escenario. Así las cosas, podemos ver ritmos más tranquilos en los niveles del callejón y de la playa. El comienzo de la banda sonora del primer nivel ya nos indica que la cosa se va a poner bien fina.

Mención especial merecen las músicas del quinto, séptimo y octavo nivel. “¡Son diamantes auditivos!” La forma con la que se intercalan los agudos y los graves es magistral. Aprovechando que es una banda sonora bastante corta, cito los títulos de las diferentes canciones por si tenéis curiosidad y no las habéis oído nunca. Os las pongo por orden correlativo de nivel: Fighting in the Street, Dilapidated Town, Moon Beach, Keep the Groovin’, Beatnik on the Ship, Stealthy Steps, Violent Breathing y The Last Soul. Sencillamente, ¡es que son geniales! Os dejo en este enlace una remasterización para que podáis escucharlas. ¡A tope!

Octavo nivel del videojuego Streets of Rage (1991)
La pista The Last Soul suena en el octavo nivel de Streets of Rage

Mis preferidas son la primera, la quinta, la séptima y la octava. ¡La de veces que me habré puesto The Last Soul para que suene por los altavoces a todo volumen! La música que suena en los enfrentamientos contra los jefes finales de cada nivel: Attack of the Backarian, es un tema algo más polémico. En muchos análisis de este juego he escuchado que es la peor pieza de todas. Honestamente, concuerdo con esa postura porque me parece la menos cuidada. A eso se suma el hecho de que la tienes que escuchar al final de cada escenario. Entonces, si de por sí no te agrada mucho, oírla cada dos por tres hace que le puedas coger más manía.

En cuanto al tema de efectos de sonido, hay que decir que también está muy bien cuidado, salvo por cómo están hechos los sonidos de los golpes. A mí no me gustan nada porque parece que estás dando patadas a latas vacías de Coca-Cola. Paralelamente, el sonido de los gritos de los enemigos cuando los matas es también algo molesto debido a que se abusa mucho de los graves. Por ello, terminan pareciendo gritos con cierto atisbo robótico.

En resumen, aunque están bien, algún que otro pequeño retoque no hubiera venido mal. Los sonidos de los gritos de los malos, tanto en la versión arcade de Golden Axe (1989) como en la versión doméstica (1990), son mucho más naturales y armónicos que los que se emplearon en este videojuego. No voy a hacer sangre porque el resto de elementos acústicos son de excelente calidad. ¡Se perdona!

Los sonidos del videojuego Streets of Rage (1991) son excelentes
Los sonidos del videojuego Streets of Rage (1991) son excelentes

Una portabilidad anómala

Otro aspecto bastante interesante de este videojuego retro es que no tuvo su origen en las máquinas recreativas. La versión más antigua de la saga de videojuegos Streets of Rage es esta que hoy nos ocupa. Fue lanzada en 1991 para la consola doméstica de sobremesa Sega Mega Drive. ¿Por qué no hubo una versión para las máquinas de los recreativos?

En este aspecto pululan muchas habladurías, pero la teoría que tiene más consorcio es que la compañía de Sega, líder por aquel entonces de los salones recreativos, intentó llevar su hegemonía comercial a los salones domésticos porque Nintendo iba subiendo peldaños poco a poco. Recordemos que Nintendo tenía su conocido Final Fight (1990) en los salones de muchas viviendas. ¡Esto no le gustó nada a Sega!

Por esa razón, sacó directamente este videojuego de lucha para Sega Mega Drive. Es una técnica comercial muy parecida a la que siguió para crear el personaje de Sonic the Hedgehog, pero con la diferencia de que la cantidad de juegos beat’em up arcade era bastante reducida en su catálogo. Por ello, Sega decidió matar dos pájaros de un tiro. De este modo, si querías tener este juego, no te quedaba otra que comprarlo sí o sí.

Otra teoría bastante menos oída es la que se sustenta sobre Golden Axe. Este juego sí que tuvo una primera versión puramente arcade, cuyo éxito derivó en la elaboración de la versión doméstica. Golden Axe y Streets of Rage son ambos del género beat’em up, pero la ambientación es muy distinta. Así las cosas, Sega se hizo con dos juegos de lucha poderosos y fuertes, uno en los recreativos y otro en los hogares.

Básicamente, la creencia popular defiende que Sega intentó tener el control por ambos frentes, para así, tener atada en corto a Nintendo. El punto que hace cobrar aún más fuerza a esta teoría es el lanzamiento previo del juego The Revenge of Shinobi (1989), así como la posterior recapitulación de los tres títulos bajo el sobrenombre Mega Games 2 (1993). ¿Cuál creéis que es la correcta? ¿Tenéis alguna teoría más?

Videojuegos que componen el título Mega Games 2 (1993)
El videojuego Mega Games 2 fue lanzado por Sega en 1993

Tras el lanzamiento original en 1991, Sega no tardó en sacar una adaptación para la Sega Game Gear. Tardó dos años en llevar a cabo este nuevo versionado, cuyo rasgo más notable es que no está el personaje de Adam Hunter. Y por si fuera poco, también decidió sacar un equivalente para la Sega Master System, pero sin modo multijugador. Ambas adaptaciones fueron sacadas en el año 1993, pero lejos de estar satisfecha con eso, Sega cerró el año con la recopilación que he comentado anteriormente: Mega Games 2.

Seguidamente, estuvo disponible una versión del juego para Sega Mega-CD, que venía incluida en un recopilatorio llamado Sega Classics Arcade Collection. Se regalaba con el primer modelo de este add-on para Mega Drive con soporte en CD. Sin embargo, al tratarse de un obsequio, esta versión era un calco absoluto a la original, salvo por una mayor calidad en las voces, que fueron digitalizadas.

Adicionalmente, salió una nueva adaptación para Xbox Live Arcade, bajo el título Sega Vintage Collection: Streets of Rage (2012). Finalmente, han salido remakes posteriores para iOS, Android y computador. De hecho, también salió disponible para otras plataformas como Virtual Console. Sin embargo, una de dos, o son calcos de la versión clásica o son adaptaciones bastante deplorables, así que no me extiendo mucho en ellas. Por último, está también disponible para jugar mediante emuladores. ¡Buen margen de elección!

Curiosidades del videojuego

Streets of Rage es un título que tiene muchos detalles curiosos a su alrededor. A continuación, os pongo algunos de los más llamativos. En primer lugar, el título original de este juego en Japón no coincide con el que tiene en Occidente. En territorio nipón, fue nombrado como Bare Knuckle, alias “Puño desnudo”, apodo que, sin paños calientes, no tiene tanto tirón comercial como Streets of Rage. Por este motivo, decidieron cambiarle el nombre en la región occidental.

Otro aspecto muy interesante es la diferencia entre las portadas de ambas versiones. Mientras que la portada oriental conserva el diseño de los personajes originales y tiene una ambientación que recuerda mucho al universo Manga, la portada de Occidente tiene un estilo mucho más convencional y callejero. De hecho, gracias a esta versión, podemos saber que la ciudad tan polémica donde transcurre el juego es Nueva York, puesto que en la portada aparece el Empire State Building. ¿Cómo os quedáis?

Otro aspecto muy interesante de este videojuego es la trama que tiene. Hasta aquel momento, casi todos los juegos del género beat’em up tenían como objetivo rescatar a una damisela en apuros, y para ello, tenías que darte “hasta en el carnet de la biblioteca” con todo el mundo. Streets of Rage rompió con este paradigma al permitir la toma de decisiones en el último nivel, posibilitando varios finales alternativos. Además, la opción de llamar al coche de policía está inspirada en el Golden Axe, concretamente, en la utilización de la magia. ¡Increíble eh!

Las versión de este juego para Sega Master System no permitió el modo multijugador, principal aliciente de la versión original, mientras que la adaptación para la plataforma Sega Game Gear, sí que lo preservó. El principal motivo de esta decisión es que la potencia de la máquina ponía en jaque la jugabilidad, es decir, iba a ir mucho más lento. Por tanto, decidieron eliminar esta característica.

A todo lo anterior, hay que sumar que este videojuego retro logró consagrarse como uno de los ejemplares más vendidos en la historia del catálogo de la Sega Mega Drive. De hecho, quedó en cuarta posición, con un total de 2.6 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Terminó por detrás del mítico Mortal Kombat (1994) y de las dos primeras entregas de Sonic The Hedgehog, lanzadas en 1991 y 1992, respectivamente.

Conclusión

La saga de videojuegos Streets of Rage es una de las mejores colecciones de juegos de lucha. Además, es una de las pocas franquicias que han tenido entregas tanto en el mundo retro como en la dimensión de los gráficos actuales, basados en geometrías, texturas y polígonos. Este videojuego es una obra muy completa en todos los sentidos: argumental, visual, sonoro, y en última instancia, en el marco de la jugabilidad.

Resulta muy interesante cómo este juego logró conmover a toda una generación de jugadores. Marcó una gran tendencia, hasta el punto de ser, como he dicho antes, el cuarto ejemplar más vendido. Lo más satisfactorio es que el espíritu de este beat’em up arcade es muy palpable en todas las secuelas posteriores. Por ello, podemos decir que en sus más de treinta años de historia, Streets of Rage siempre se ha mantenido muy fiel a sus raíces.

Es un videojuego muy apto para pasar buenos ratos, tanto en misión solitario como en compañía. Si os gustan las quedadas de amigos en las que pones la consola a funcionar y los mandos van pasando de mano en mano, ya os digo que con este videojuego os van a quedar recuerdos y vivencias muy chulas. Lo dicho, si algún día tenéis ganas de descargar ira por la razón que sea, no lo penséis dos veces y jugad a esta obra de arte. Disfrutad de un gran videojuego de lucha para Sega Mega Drive. ¡Qué comiencen los mamporros!

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