PS1 consola sony portada

!Muy buenas chicos y chicas! Hoy volvemos a tocar un tema que había quedado bastante descuidado: la tecnología. Desde la movida que tuve con Copytrack allá por noviembre del 2024 no habíamos vuelto a comentar nada sobre esta categoría. Soy un erudito del coleccionismo, sobre todo, de consolas y videojuegos. Al ser el primer post con temática de consolas, he optado por traeros una que es por todos conocida: la Play Station 1.

Aquí es importante matizar dos cosas. La primera es que las consolas no serán los únicos puntos que tocaremos dentro de este vertical, y la segunda, es que las que os vaya trayendo no van a ir en un orden cronológico de acuerdo a los lanzamientos en el mercado, puesto que las iré comentando según las vaya adquiriendo y probando. Así las cosas, ahora es el turno de la PS1. Vamos a conocer cuál es la historia de esta fantástica consola, sus características, cómo la obtuve yo, y en última instancia, os voy a enseñar cómo es… ¡desmontada! Tenemos mucho de lo que hablar. ¡Comenzamos!

Play Station 1: la gran invención de Sony

La crónica de esta increíble consola es, cuanto menos, turbulenta. A grandes rasgos os puedo vaticinar que vais a flipar con el tejemaneje que se preparó. En él participaron todas las empresas pioneras del sector de videojuegos en los años ochenta y noventa. Para que se entienda mejor el entramado de sucesos, he decidido subdividirla en diversas etapas. ¡Vamos con ello!

Negocios tormentosos

El relato de esta increíble consola se remonta a 1985, año en el que la conocida industria japonesa de videojuegos: Nintendo, comenzó a dar sus primeros pasos en este sector tecnológico. El éxito de la NES, lanzada en 1983, provocó que muchos jugadores se quedasen cautivados por la belleza gráfica de sus videojuegos. Tanto es así que, entre los susodichos fanáticos, se encontraba la hija de un ingeniero de Sony, alias Ken Kutaragui.

Este técnico se consideraba un gran aficionado al mundo tecnológico, hasta el punto de que, viendo el ferviente impacto que Nintendo estaba teniendo en el consumidor, comenzó a insistir a sus superiores de que los videojuegos se iban a convertir en una poderosa carta de inversión a largo plazo, pero estos no estaban del todo convencidos y decidieron no hacerle caso.

Fotografía de una NES con varios videojuegos, mandos y joysticks
La NES se convirtió en todo un éxito de masas en la industria de los videojuegos

Paralelamente, Nintendo comenzó a preparar la fabricación de la sucesora de NES, la mítica SNES, que salió a la venta en 1990. Tuvo diversas complicaciones de hardware a la hora de desarrollar un chip de sonido que pudiese obtener un audio acorde a la potencia de la nueva era de los 16 bits. Ante estas controversias, la compañía nipona se puso a buscar colaboradores para contribuir al proceso de diseño. Aquí es donde nuestros amigos: Kutaragui y Sony… ¡entran en escena!

Kutaragui se puso manos a la obra a diseñar el chip de sonido para la futura videoconsola de Nintendo por medio de Norio Ohga, uno de los ejecutivos más emblemáticos y revolucionarios de Sony. De este modo, confeccionaron el famoso chip SCP-700. Los resultados fueron tan excelentes que dejaron el vínculo abierto para futuras colaboraciones. No obstante, pese al éxito cosechado por el proyecto anterior, los directivos de Sony veían a la industria de los videojuegos con cierta inquina y recelo.

Ken Kutaragui junto a su emblemática consola Play Station 1
Ken Kutaragui junto a su emblemática consola: la Play Station 1

Afectos bajo presión

Pese a todo, en 1988, ambas empresas volvieron a estrechar lazos para crear, nada más y nada menos, que dos nuevos dispositivos. El primero era una extensión para la NES, llamado SNES-CD. El segundo todavía era más interesante, ya que iba a ser una consola de la marca Sony, de nombre Super Nintendo Play Station. Esta consola sería retrocompatible con todo el catálogo de cartuchos de NES, al mismo tiempo que permitiría adaptar el formato del CD-ROM.

El acuerdo firmado entre ambas empresas estipulaba que todas las ganancias obtenidas de los juegos en soporte óptico irían destinadas a Sony, junto con los derechos de películas, música o cualquier otro tipo de artículo derivado de sus títulos. Nintendo, por su parte, se quedaría con el resto del pastel.

El, por aquel entonces, presidente de Nintendo: Hiroshi Yamauchi no vio con buenos ojos los términos de esta alianza porque su compañía dependía totalmente de Sony para hacer los chips de audio de sus consolas, y de un modo intrínseco, el material que les tenían que proporcionar para crearlos también era bastante caro. ¡El castillo de naipes empezaba a tambalearse!

Rivalidad acalorada

En junio de 1991, en pleno Consumer Electronic Show (CES) celebrado en Chicago, Sony anunció la salida pronta y futura de esta videoconsola tan potente. La gente se quedó impactada, ya que la Super Nintendo Play Station prometía ser un producto de lo más rompedor. De igual modo, Nintendo hizo lo suyo.

Así las cosas, en esta aura de “éxtasis tecnológico”, una jarra de agua helada estaba a punto de caer sobre Sony. Cuando el dirigente de Nintendo of America: Howard Lincoln, hizo público también el anuncio, afirmó que la compañía estaba trabajando codo con codo con Philliphs. ¡Tremendo golpe! Sony y Kutaragui recibieron la peor humillación pública jamás vista.

El presidente de Nintendo Of America dando una rueda de prensa tras la salida de PS1 en 1994
Howard Lincoln fue el presidente de Nintendo Of America

Nintendo creyó que Sony no tendría “ambición” para seguir batallando en el sector, pero nada más lejos de la realidad. Sony demandó a Nintendo por la traición pública cometida, buscando que la futura PS1 viese la luz fuera como fuere. En contrapartida, Nintendo demandó a Sony para evitar que esa consola pudiese utilizar el sobrenombre de Play Station. Los litigios y confrontaciones judiciales se extendieron más de lo necesario. Finalmente, llegaron a un acuerdo.

Sony podría continuar con el desarrollo de la consola manteniendo la compatibilidad de los cartuchos de Nintendo, y esta última de mientras, recibiría las ganancias de todos los juegos vendidos para este sistema. ¡Algo falla en este trato! Para los que no lo sepáis, los procesos de fabricación de consolas requieren mucho dinero a invertir, y por ello, se materializan en pérdidas bastante considerables.

La cantidad de juegos que componen el catálogo de una videoconsola, y aún más importante, las ventas por unidad, son las que equilibran la balanza de ganancias frente a costes. Después de todo, es evidente pensar que el éxito de una consola se debe a sus juegos. El acuerdo conseguido no favorecía a Sony en absoluto, y teniendo en cuenta el desaire de Nintendo, la susodicha corporativa comenzó a programar su “venganza” aliándose con Sega: la principal competidora de Nintendo. ¡Eran pocos y parió la abuela!

Fotografía con las consolas más famosas y vendidas de todos los tiempos
Las videoconsolas se convierten en rentables por la venta de sus videojuegos

Hundirte o nadar

Tras varias reuniones entre ambas compañías, montaron un pequeño estudio de programación en Santa Mónica, donde Sega impartió formaciones “académicas” a diversos empleados de Sony con el fin de que se convirtieran en buenos programadores. Poco a poco, Sony fue adentrándose cada vez más en el sector por ambos frentes: hardware y software. El estudio se denominó Sony Imagesoft y perduró desde 1989 hasta 1995.

La nueva área de investigación fue haciendo excelentes progresos, y por ende, su popularidad fue aumentando. Sin embargo, a mediados de los noventa, y tras los éxitos de Sonic the Hedgehog 1 (1991) y Sonic the Hedgehog 2 (1992), lanzados para Sega Mega Drive, el éxito comercial de Sega empezó a decaer, impulsado sobre todo, por el diseño de lo que sería su nueva consola: la famosa Sega Saturn.

La problemática de diseño de esta consola fue vista tan solo por Tom Kalinske: director de Sega Of America y su equipo. Los japoneses sostuvieron a la defensiva que la arquitectura era excelente. ¡Otro problema entre manos! Hubo serios debates entre Sega of America y Sega of Japan a causa de esta máquina porque era sumamente costosa de fabricar, y además, era muy poco viable para correr juegos con entornos en tres dimensiones. Obviamente, estas afirmaciones del magnate americano sentaron muy mal a la enseña oriental porque las consideraron insultos en toda regla.

Fotografía de la Sega Saturn con algunos de los juegos más populares de su catálogo
La Sega Saturn fue todo un fracaso comercial

Kalinske buscó apoyos fuera para desarrollar una nueva consola como alternativa a la Sega Saturn, puesto que consideraba que se iba a dar de bruces en el mercado. Tras muchos viajes y reuniones sin éxito, Sony llamó a la puerta de Kalinske a través de nuestro viejo conocido: Ken Kuratagui, para plantearle ese diseño de consola que el director de Sega Of America tanto deseaba encontrar.

Finalmente, la videoconsola “Sega Play Station” se puso en marcha. Todo fue sobre ruedas hasta que Kalinske habló con sus jefes de Sega of Japan, quienes cancelaron el proyecto radicalmente al tacharlo como una inversión inverosímil y como una ofensa a las raíces originales de la corporativa. Por consiguiente, Sony se volvió a quedar “con una mano delante y otra detrás”.

Tras este cúmulo de fracasos estrepitosos, a la compañía no le quedó otra opción que llevar a cabo el diseño de una nueva consola en solitario y empezando de cero. ¡Tarea cuán más arriesgada! Si desde el principio muchos corporativos de la empresa se mostraron en desacuerdo con hacer proyectandos relacionados con videojuegos y derivados… ¡ahora más todavía! La razón estriba en que los desastres anteriores habían hecho incrementar el número de directivos “apáticos” a la idea. Kuratagui tenía una tarea bien difícil por realizar.

Camino al Olimpo

Tras muchas idas y venidas, Kuratagui consiguió el objetivo y se puso toda la operativa a funcionar. El primer paso fue crear una subsidiaria, conocida como Sony Computer Entertainment. Dicha filial la podemos ver al comienzo de todos los videojuegos de PS1 cuando arrancan, y a patir de aquí, la consola oficial que todos conocemos: la Sony Play Station, empezó su travesía al mercado, para posteriormente, dominarlo frente a sus competidoras.

Duelo de los personajes más conocidos de Play Station, Nintendo y Sega
La década de los noventa fue un combate a tres bandas entre las empresas pioneras del sector

Sony invirtió millones de dólares en poner de su parte a diversas empresas desarrolladoras. La era de los 32 bits estaba tocando el timbre. El mundo de los entornos 3D era el futuro y Sony quería la mayor cantidad de aliados posibles para conseguir un catálogo de lo más explosivo. Sin embargo, la cosa no acaba aquí, por el camino surgieron bastantes más altercados.

Los presupuestos de fabricación, la obtención de todos los materiales necesarios para poderlas crear, problemas variopintos de diseño, así como algún que otro enfrentamiento con las compañías desarrolladoras pusieron en cierto jaque a la consola, pero ninguno de estos sucesos es comparable a toda la parafernalia acontecida anteriormente. ¡Sony estaba dando los pasos correctos!

Finalmente, el 3 de diciembre de 1994, la PS1 hizo su lanzamiento público… ¡y el resto es historia! Se convirtió en la consola más vendida de su época, ya que superó en unidades de ventas, tanto de consolas como de juegos, a sus dos rivales estelares: Nintendo y Sega. Lo más interesante de toda esta narrativa es que de no ser por los feos que le hicieron a Sony sendas compañías, no habrían puesto tanto esmero en conseguir un sistema como el que obtuvieron, y por consiguiente, el sector de los videojuegos hubiera evolucionado de un modo muy diferente a lo que es hoy. ¡Increíble!

La consola PS1 expuesta en una vitrina junto con los mandos y algunos juegos
La PS1 se lanzó al mercado a finales de 1994 y fue todo un éxito

La piratería: el portal al éxito

La PS1 tuvo un gran impacto en el sector de los videojuegos. El hardaware de la plataforma, así como el software compuesto por los títulos de su catálogo, fueron dos claves imprescindibles en su triunfo comercial. Ahora bien, ¿y si os dijera que su mayor gloria reside en su piratería? ¡Os quedáis completamente locos! La clave de todo esto reside en cómo funciona internamente la consola. ¡La cosa está que arde!

La historia de la piratería en los videojuegos también tiene tela marinera, pero en pinceladas generales, la podemos estratificar en dos categorías: la piratería en consolas y la piratería en PC. La realidad es que antes del lanzamiento de la Sony PlayStation 1, la piratería era un problema menor. La razón estriba en que los cartuchos o cartridges (soporte clave de los juegos durante la era de los 8 y 16 bits) eran muy caros de fabricar porque se requería de instrumentos específicos para su elaboración.

Además, los chips donde se “flasheaban” los videojuegos no solo eran de elevado costo, sino que para más inri, eran bastante difíciles de poder conseguir. Para que os hagáis una idea, los chips usados para los cartuchos de NES se cotizaban a 200 dólares USD en plena década de los noventa. ¡Una locura!

Sony y Kalinske no querían que la Play Station usara cartuchos debido a los altos costes y a la reducida portabilidad. Por este motivo, el que el ejecutivo de Sega of America consideraba que la Sega Saturn era una auténtica “pedrada”. ¡Sí! La Saturn también va con CD-ROM, pero los bocetos y propuestas originales… ¡no! En costes de producción y datos, este soporte con sus 700 MB era un estándar mucho más rentable. La PS1 no fue la primera plataforma en usar el soporte óptico en sus videojuegos, pero sí fue la primera que tuvo éxito.

Gran colección de cartuchos de NES, SNES y N64
Los cartuchos eran unos utensilios muy caros de construir

Ninguna de las consolas anteriores tenía métodos de seguridad anti-piratería. Sin embargo, Sony pensó a largo plazo y decidió introducirlos. Los juegos de PS1, tanto los normales como las versiones Platinum, se caracterizan por tener el reverso de color negro. Esto es algo totalmente estético. El truco estaba realmente en el anverso. Todos los discos tenían una especie de patrón o grabado en la parte delantera, llamada Wooble Groove, el cual, almacenaba tanto una autenticación que determina que el juego es original como el código de región (PAL o NTSC). Si tenéis dudas sobre estos dos términos echad un ojo a este post. ¡Interesante eh!

Hasta aquí todo bien. El problema radica en que esta comprobación ocurre solo una vez cuando arrancamos el disco en la consola, concretamente, cuando sale el logo de Sony Computer Entertainment. De esta manera, si las dos comprobaciones son válidas el juego chuta, pero si alguna falla, el juego se bloquea.

Hay maneras de sortear este checking. Por ejemplo, se puede retirar el juego de la consola justo después de comprobar las validaciones y salir el logotipo de PS1. Tras extraer el original se puede poner uno copia. Esto funciona porque el lector ya está en modo lectura de datos y lo que hace es leer de tirón el contenido que hay grabado. Aun así, este método es bastante salvaje porque te puedes cargar el lector de la máquina.

La consola PS1 leyendo un disco original en TV
Las técnicas anti-piratería de Sony fueron bastante medriocres

Con toda esta información sobre la mesa, en vez de replicar los patrones de los discos de PS1 y desarrollar juegos copias exactamente iguales, la enjundia pasaba por conseguir que la consola leyese discos piratas como si fueran originales “engañándola“. Suena algo trepidante y complejo, pero fue lo que se hizo. Todo este planteamiento se ejecutó por medio de chips instalados a posteriori en la placa base de la consola, los cuales, contenían el software necesario para replicar la información del Wooble Groove. ¡Magia potagia!

Así es como llegaron al mercado las Play Station 1 “chipeadas”. La gracia de todo este asunto es que este tipo de hardware añadido también burlaba el bloqueo de región. Por ende, este tipo de máquinas eran capaces de leer todo. En suma, para ahorraros el suspense, os digo que todas las consolas de esta plataforma o la gran mayoría, independientemente de la versión, están chipeadas. ¡Ya veremos más adelante mi experiencia con esto! Sony intentó combatir estas trabas comerciales sin éxito porque a cada medida que ponían le salían dos o tres contramedidas. ¡Qué desesperación!

Todo esto se podría haber evitado a largo plazo si Sony hubiera creado un soporte óptico específico para la consola, pero no lo hizo porque no era una inversión rentable, ya que antes o después se diseñaría alguna tecnología que podría burlarla. Pese a todo, el hecho de que la consola tuviera tanto éxito en el mundo se debe, precisamente, a esto. La difusión de juegos piratas por todo el globo maximizó la popularidad de la consola hasta el punto de que en el mercado latinoamericano, casi todos los juegos que corrían eran de este tipo.

Inmersión y desmontaje

La PS1 fue la primera videoconsola que tuvo mi padre. No tuvo nunca ninguna de las que salieron durante la era de los 8 y 16 bits. La compró bastante después de que salió, con unos cuatro o cinco años de retraso. La única consola que adquirió de las “antiguas” fue la Nintendo 64, y por suerte para nosotros, sigue en las mismas condiciones que cuando se compró. Además, al igual que la PS1, también la compró años después de su fecha de lanzamiento.

Lamentablemente, se rompió la consola por presentar diversos problemas con el lector de CD’s, pero aun con todo, decidió conservar todos los juegos que compró mientras la tuvo. ¡Sabia decisión! Como ya he comentado en posts anteriores del blog, en Navidad de este año (2025) decidí volverla a adquirir por Ebay a un modélico precio de 45€ con dos mandos y cable RGB. Además, venía con el videojuego Spyro 3: El año del dragón (2000).

El disco era una copia, y fue ahí, cuando me empezó a reconcomer la curiosidad sobre los misterios que podía esconder esta máquina en su interior. ¿Cómo era posible que pudiese leer discos piratas? Toda la información que os he comentado hoy la supe después de la compra, así que el asunto me pilló bastante de sorpresa. El apogeo de estas máquinas me pilló siendo todavía muy niño. Decidí coger las herramientas y desmontarla para ver cómo la habían ensamblado.

Paralelamente, aproveché el proceso de desmontaje para hacerle un mantenimiento de limpieza, dado que seguramente, hacía años que no le habían sacado brillo… Si alguno de vosotros la tiene y no le ha hecho restauración es fácil, ya que solo necesitáis un trapo, un pincel para limpiar el polvo de los circuitos y un destornillador de estrella para quitar los tornillos. A modo de recomendación, usad aire comprimido para quitar la suciedad en vez de brocha o trapo. ¡Se puede hacer también! Aun así, os exhorto el aire porque sino hay que tener mucho cuidado de no dañar los componentes electrónicos.

El modelo que compré es el sexto y último de la consola: el SPCH-9002, diseñada en 1999 con numerosas optimizaciones con respecto a las versiones más primigenias. Para saber el modelo que hemos comprado, simplemente, debemos darle la vuelta y ver la pegatina donde aparece el n.º de serie, junto con algún detalle técnico como el voltaje. Pido disculpas por si no se aprecian muy bien los detalles en las imágenes adjuntas.

El primer paso es quitar los seis tornillos que ensamblan la cubierta superior de plástico. Los botones de encendido, reset y apertura de la bandeja del lector van ensamblados a la cubierta superior. Son simples botones con engranajes manuales y algunos tornillos que no requieren ningún tipo de manipulación adicional.

Tras retirar la cubierta podemos proceder a limpiarla con la gamuza para eliminar la suciedad que hay debajo, y al mismo tiempo, ya tenemos accesible la placa donde se localiza la fuente de alimentación, el puerto de los mandos y el soporte donde está el lector de discos. ¡Importante! Pueden haber ciertas diferencias según el modelo de consola que tengáis.

A continuación, debemos soltar con mucho cuidado los dos flex’s que permiten conectar la placa donde están los condensadores y la fuente de alimentación con la placa base central. Fijaros que son unos cables amarillos y rojos recubiertos de dos cilindros negros adheridos a una especie de pinza blanca de plástico. Esa pinza está solapada a la placa metálica donde se sujeta el lector. ¡Hay que tener mucho cuidado! Una vez soltamos los flex’s, aflojamos los dos tornillos de la baquelita localizados en la parte superior izquierda. De esta manera, la placa lateral queda totalmente desacoplada.

Seguidamente, podemos limpiar toda la parte lateral izquierda con cuidado de no dañar los cables de corriente. El siguiente paso consiste en desacoplar los seis tornillos que sujetan la lámina metálica que protege a la placa, y que sirve de soporte al lector junto con el flex de lectura (conector blanco) y el bus (cable anaranjado) que lo conectan a la CPU. ¡Ojo con el bus! Es un cable muy sensible que se puede dañar con mucha facilidad, así que hay que ir tirando de él suavemente hasta que salga. Una vez hecho esto, podemos separar la placa metálica superior del lector.

Llegados a este punto, debemos desaflojar el bus blanco que conecta los mandos con la CPU central de la consola. Obviamente, solo debemos soltar el flex que conecta con la placa y no el del conector. Una vez extraída la pieza podemos proceder con la limpieza de los conectores de los mandos y de las tarjetas de memoria.

Adicionalmente, podemos limpiar la placa metálica del lector de CD’s. Para ello, solo tenemos que agarrar el lector (la pieza negra) y tirar hacia fuera porque va soportada en tres tornillos fijos a la placa. Como en el paso previo ya habíamos soltado los conectores, la pieza sale sola sin el mayor problema. Las dos imágenes siguientes muestran el antes y el después.

Ya estamos en el último paso del proceso de desmontaje. Ante nuestros ojos tenemos el circuito electrónico base que hace posible todo el flujo computacional de la consola. La placa lleva un total de seis tornillos que la conectan a la placa inferior. En mi caso, la mía tiene cinco porque algún “bolidonudas” al desmontarla debió perder alguno. Si prestáis atención a la imagen inferior veréis que hay dos pequeñas placas metálicas muy finas tanto donde se localizan los mandos como debajo de la placa base.

Estas láminas son muy importantes y deben limpiarse a fondo, puesto que tienen una doble función. Por un lado, operan como aislante electromagnético entre los distintos componentes electrónicos, garantizando así, que las hondas de los campos magnéticos fruto del paso de la corriente no colisionen unas con otras provocando interferencias.

Por otro lado, tienen el cometido de ser mecanismos de disipación de calor. Todo dispositivo electrónico en funcionamiento se calienta (véase el efecto Joule). Los disipadores concentran el calor y lo expulsan a través de las rejillas de ventilación localizadas en los laterales y en la base inferior. ¿Comprendéis la importancia? Además, es probable que estén algo oxidadas, suceso también fácilmente explicable. Los metales se oxidan como consecuencia de la exposición al oxígeno, pero el metal caliente se oxida mucho más. Por ello, su aspecto es bastante deplorable. ¡Os digo que impresiona!

Si observáis detenidamente estas fotos, y algunas de las anteriores, se puede observar el chip que permite que mi consola pueda leer videojuegos piratas. Lo más caótico es que casi todas las consolas de esta plataforma estarán en las mismas condiciones, es decir, chipeadas. No pude ver el modelo porque está adherido con una pequeña cinta aislante roja.

Al quitarla no solo corremos el riesgo de que se suelte alguno de los cables que están soldados, sino que podríamos dejarlo mal adherido o que, simplemente, se soltase. Si roza con otro componente electrónico se podría provocar un cortocircuito y cargarnos la máquina. ¡F muy gorda!

Esta consola no es la primera que abro, pero si ha sido una de las más fáciles. En las fotos no se aprecia porque las saqué después de haber pasado la gamuza, pero debo decir que era asombrosa la cantidad de polvo y suciedad que había ahí. Por ello, aceptad mi consejo: limpiad y haced mantenimiento a los aparatos electrónicos porque vais a salir ganando vosotros y ellos. Finalmente, para montarla basta con seguir el proceso inverso del desmontaje. Hay que tener cuidado de no extraviar ningún tornillo y de haber seguido un criterio de clasificación previo para no confundir ninguno de lugar.

Conclusión

La Sony Play Station fue una consola que revolucionó el mercado de los videojuegos a unos niveles desorbitados. Con una historia plagada de crisis, problemas, discusiones, traiciones, etcétera, consiguió convertirse en la plataforma más puntera del sector, venciendo en unidades vendidas tanto de la propia consola como de sus videojuegos, a todas sus rivales. ¡Impresionante!

Toda una generación de jugadores, especialmente aquellos que habían contemplado el auge de las máquinas recreativas y de la eras domésticas de los 8 y 16 bits quedaron absolutamente boquiabiertos. Fue tal el impacto de esta consola, que a partir de 1994, Sony se convirtió en la líder indiscutible del sector en todos los frentes, y por ello, siguió cosechando victorias consecutivas en los años venideros.

Ha sido un post largo, pero creo que ha permitido contextualizar mucho mejor el marco espacio-temporal de la acción. Hemos aprendido muchos datos y curiosidades tecnológicas de la plataforma. Y lo mejor de todo es que… ¡esto no acaba aquí! Ojalá que la documentación del desmontaje os haya gustado leerla tanto como a mí hacerla y escribirla. Nos vemos en la siguiente aventura. ¡A por más y mejor!

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