Icono de bluetooth

Si saliéramos a la calle y comenzáramos a preguntar a los viandantes: “¿sabe usted qué es Bluetooth?“, al sacar gráficos estadísticos de las respuestas proporcionadas por los encuestados, podríamos fácilmente concluir que la mayoría sabrían contestar de una manera más o menos exacta qué es y para qué sirve dicha tecnología.

Ahora bien, si volviéramos a la calle de nuevo a repetir el experimento, pero cambiando la cuestión anterior por: “¿sabe usted cuál es el origen del término Bluetooth?” concluiríamos que el número de encuestados que son capaces de responder a tal pregunta caería en picado.

Bluetooth: una tecnología ordinaria

Bluetooth es un protocolo inalámbrico ampliamente cotidiano en las vidas de las personas desde hace más de 10 años. Es universal y se emplea para compartir ficheros, conectar accesorios, reproducir material multimedia en los móviles, en los computadores, en las videoconsolas o incluso en las radios de los coches.

El estándar Bluetooth se lanzó al mercado para que los dispositivos tecnológicos pudieran intercambiar datos sin establecer una conexión física entre ellos, es decir, poder compartir información sin usar un cable, sino por medio de ondas analógicas.

En su momento, esta tecnología inalámbrica de corto alcance causó fuerte conmoción a nivel social dada la gran innovación que supuso. Esta es la principal razón por la que, a día de hoy, sigue siendo vigente y muy popular. Sin embargo, el nombre que lleva no tiene mucha relación con la esencia que verdaderamente representa: ¡compartir datos!

Es más, yo como ingeniero informático que soy, os afirmo que de primeras no sugiere nada relacionado ni con la tecnología ni con la informática. También es importante matizar que no es ni una sigla, ni un acrónimo, y como colofón, tampoco abrevia o representa una expresión más compleja y completa. Por tanto, resulta completamente lógico que nos vengan a la cabeza interrogantes como: ¿qué es Bluetooth? o ¿qué significado tiene Bluetooth?

Un origen ¿vikingo?

Para poder responder a las cuestiones anteriores, convirtámonos en el mítico Marty McFly y viajemos en el tiempo unos cuantos años atrás en la historia, concretamente hasta 1989. Por aquel entonces, la compañía Ericsson empezó a trabajar en un sistema que permitiera conectar auriculares sin cables a dispositivos de todo tipo. Nils Rydbeck, director de tecnología, y Johan Ullman, ingeniero de la empresa, fueron los principales responsables de tal proyecto.

El software diseñado pasó por múltiples fases, hasta que en 1997, el proyecto alcanzó su culminación. Consiguieron crear un protocolo de comunicación inalámbrica de corto alcance que funcionaba sobre la banda ISM, la cual, cuenta con frecuencias reservadas para fines no comerciales y sobre las que pueden funcionar algunas emisiones de Wi-Fi, y además, Bluetooth.

El objetivo que se buscaba era que el sistema fuese tan robusto que el resto de empresas que trabajaban en algo similar no pudieran negarse a unirse, en vistas a desarrollar un estándar común. Y es aquí, donde toma especial partido la conocida compañía de Intel, que en 1996, se comprometió junto a Nokia y Ericsson con la normativa de este nuevo estándar buscado.

Jim Kardach, ingeniero del fabricante de procesadores Intel, fue quien propuso el nombre Bluetooth. En aquella época, estaba leyendo la novela histórica The Long Ships, sobre vikingos, del escritor sueco Frans G. Bengtsson. ¡De ahí vino la inspiración!

Portada del libro The Long Ships
Portada del libro The Long Ships (escrito por Frans G. Bengtsson)

Un nombre comercial provisional

Otro aspecto sumamente interesante de este nombre es que Bluetooth no iba a ser el nombre oficial de la tecnología, sino todo lo contrario, era un nombre en clave provisional hasta que los profesionales de los departamentos de marketing dieran con un nombre más atractivo e impactante en la mente del consumidor.

Según el sitio web oficial de Bluetooth, se pusieron varias propuestas de nombres sobre la mesa, como es el caso de RadioWire o PAN (Personal Area Networking). PAN era el favorito, pero una búsqueda exhaustiva, en unos tiempos en los que Google justo comenzaba a expandirse, permitió tomar consciencia de que esa denominación ya tenía decenas de miles de hits en internet. La otra opción, RadioWire, exigía un trabajo de análisis sobre derechos intelectuales para el que no había tiempo. Por estas razones, el nombre provisional acabó siendo el definitivo.

Llegados a este punto, si ya eran interesantes las cuestiones tecnológicas que simbolizaron el origen de Bluetooth, aún es más impactante la razón por la que se llama ‘diente azul’ ¡Agarraos que vienen curvas! La etimología del término Bluetooth hace referencia a una versión anglicana del epíteto “Blatand“, con el que se conocía a Harald Gormsson, un rey de Dinamarca que unificó el reino en el siglo X con la misión de convertir todo el territorio al cristianismo.

Representación del rey danés Harald Gormsson de Dinamarca en eñ siglo X
Representación del rey danés Harald Gormsson (rey de Dinamarca en el siglo X)

Con el alias propuesto por el desarrollador Jim Kardach, se subrayaba la idea, al menos para los fanáticos de las novelas sobre vikingos, de que Bluetooth une dispositivos, al permitir la comunicación entre ellos. Es más, de acuerdo con el sitio oficial de este protocolo, Kardach habría dicho lo siguiente: “El rey Harald Bluetooth fue célebre por unir Escandinavia de la misma manera en que nosotros intentamos unir las industrias del PC y de los móviles con un enlace sin cable de corto alcance”. ¡Señores, esto es de locos!

¿Quién fue el rey Harald Gormsson?

Harald Gormsson fue un aristócrata que vivió a mediados del siglo X en Dinamarca. A Gormsson se le atribuye la unión en un solo reino cristiano de tribus danesas que estaban siempre en pie de guerra. Y para colmo, era apodado como Blatand”, término que se traduce como Diente azul, en castellano, y comoBluetooth”, en inglés. Pero claro, ahora mismo os estaréis preguntando: “¿por qué tenía ese apodo?”

El motivo por el cual Gormsson fue apodado como Blatand” es un poco incierto, ya que hay muchas habladurías sobre que tenía un diente en mal estado o que le encantaba comer arándanos y regaliz, que manchan mucho los dientes. En honor a la verdad, los historiadores no dan mucho crédito a ambas hipótesis, por lo que no se sabe a ciencia cierta por qué se le llamaba Diente azul. Lo que sí que hay son documentos escritos que lo mencionan por ese nombre.

La primera vez que el rey Harald Bluetooth fue mencionado data del siglo XII, aproximadamente unos 200 años después de su fallecimiento. Para aquellos lectores curiosos, su nombre se puede encontrar en la Crónica de Roskilde, escrita en latín. Se estima que el autor pudo ser un monje. Se trata del primer intento de escribir una historia de Dinamarca, entre los años 826 y 1157. Además, el manuscrito original se perdió, y esta crónica fundacional de Dinamarca solo existe en forma de copias de aquel primer documento escrito a mano.

El sobrenombre probablemente pasó de generación en generación, a través de reuniones al calor del fuego para ensalzar a los grandes reyes daneses. Probablemente, así fue hasta que alguien lo puso por escrito por primera vez en la mencionada Crónica de Roskilde, dos siglos más tarde.

Significado del logotipo

La realidad es, que al igual que el nombre, el logotipo de Bluetooth tambien tiene sus raíces en la cultura vikinga. Es una combinación de dos runas, que son símbolos sagrados del alfabeto de los vikingos, inscritas en piedra. Los desarrolladores de la tecnología tomaron las iniciales de Harald Bluetooth y enlazaron las runas correspondientes a sendas letras para crear así, una nueva runa.

La nueva runa contiene la letra H (ᚼ) y la letra B (ᛒ), símbolos de la lengua vikinga. En lengua inglesa, la nueva runa, que surge de la unión de las dos anteriores se denomina bind rune. Para aquellos eruditos de las costumbres nórdicas, ᚼ se conoce como la runa Hagall y ᛒ como la runa Bjarkan.

Significado del logotipo de Bluetooth
Origen conceptual del logotipo de Bluetooth

Bluetooth: icono tecnológico

La tecnología Bluetooth tardó bastantes más años de los deseados en convertirse en algo popular y compartido por todas las empresas del mundo. Sin embargo, desde su nacimiento, ha estado protegida por la Bluetooth Speciel Interest Group (SIG), una entidad privada sin ánimo de lucro cuyo trabajo es asegurar, tanto la protección de la propiedad intelectual como el buen uso de la tecnología.

Personalmente, la creación del protocolo de comunicación inalámbrico Bluetooth me parece un gran avance en la historia de la tecnología. A día de hoy, cualquier dispositivo la incorpora, y además, es sumamente fácil poder hacer uso de ella. Imaginaos que tuviésemos que ir tirando de cable cada dos por tres. ¡No daríamos a basto!. Si ya es fascinante la operatividad interna del sistema, la historia que hay tras ella no se queda atrás en absoluto. ¡La tecnología nunca dejará de sorprenderme!

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