Caratula de la película La momia

Ficha de película

Caratula la momia 1999
Título: La momia

Título original: The mummy

Fecha de estreno: 2 de julio de 1999

Duración: 2h 05min

Género: Aventura y ciencia ficción

Director: Stephen Sommers

Guion: Stephen Sommers y Nina Wilcox Putman

Reparto: Brendan Fraser, Rachel Weisz, John Hannah, Arnold Vosloo, Jonathan Hyde y Patricia Velásquez

BSO: Jerry Goldsmith & Decca Classic © 1999

Recaudación: 416,4 millones USD

Productoras: Alphaville y Universal Pictures
Nota: 8.75

Posiblemente estamos ante, según muchas opiniones, una de las mejores películas del género de aventuras que actualmente existen. Estrenada en los cines el 2 de julio de 1999, La momia, es a día de hoy una película de culto dentro del género de ciencia ficción y aventura. No solo fue muy bien aclamada por la crítica, sino que además, casi 25 años después, La momia sigue siendo una película muy recordada por el público de la década de los 90.

La momia, originalmente en inglés The Mummy, es una película estadounidense rodada, dirigida y escrita por el director Stephen Sommers. Aunque en esta última función también realizó una participación importante la guionista Nina Wilcox Putman. En cuanto a reparto se refiere goza con un gran elenco de actores, entre los que destacan Brendan Fraser interpretando al ex legionario Rick O’Connell, Rachel Weisz en el papel de la egiptóloga Evelyn Carnahan y Arnold Vosloo dando vida al principal villano de la película, la momia reencarnada, el sacerdote egipcio Imhotep.

Contexto de la película

A finales de la década de 1980, los productores James Jacks (The Jackal, 1997) y Sean Daniel (Village of the Damned, 1995) buscaban realizar un reboot de la clásica película de Universal, The Mummy (1932) de Karl Freund, estudio que daría su aprobación, pero con un presupuesto no superior a los 10 millones USD.

Caratula de la película La momia (1932) de Karl Freund
Clásica película La Momia de Karl Freund (1932)

A priori, el plan a seguir era producir una película perteneciente al género de terror con un bajo presupuesto. Por ello, la productora Universal contactó en 1987 al legendario director George A. Romero (Night of the Living Dead, 1968) para que escribiera un primer borrador del guion, que posteriormente, fue desarrollado y modificado por Abbie Bernstein, quien prefería presentar a la momia como un personaje más parecido al cyborg de Arnold Schwarzenegger en Terminator (1984) de James Cameron. La principal razón de este cambio de enfoque por parte de Abbie Bernstein fue el gran éxito que tuvo dicha cinta, no solo en crítica sino en recaudación, 78.48 millones USD.

Lamentablemente, el plan no prosperó. Jacks y Daniel pusieron en marcha su “plan B”, contratar al cineasta y escritor de terror Clive Barker (Hellraiser, 1987) en 1990, y posteriormente, a Mick Garris en 1991. Sin embargo, ambas propuestas fueron rechazadas debido a que el guion presentado fue catalogado como muy sádico, oscuro y violento.

El tercer intento fue la propuesta de Dante con guion de Alan Ormsby, reescrito más tarde por John Sayles, más cercana al clásico protagonizado por Boris Karloff, pero que fue rechazado por ser muy costoso a nivel de producción. Como se pueda observar, la historia que ronda al origen de La momia fue un mar de lágrimas dado que se las vio y se las deseó para poder ser lo que es a día de hoy.

A pesar de todos estos fracasos, Jacks y Daniel volvieron a contactar a Romero en 1994, y más adelante, en 1995, de nuevo Garris, trabajando siempre con Ormsby y Sayles. Para nuestra sorpresa, volvieron a rechazar este proyecto prácticamente por las mismas razones por las que lo habían hecho antes, por acercarse demasiado a la temática zombie y por el alto valor de producción en la recreación del antiguo Egipto, respectivamente.

En 1996 Universal contrató a Kevin Jarre para escribir un nuevo guión y sondeó a Wes Craven (A Nightmare on Elm Street, 1984) para la dirección, quien lo rechazó. Sin embargo, el enfoque que Jarre le había otorgado al borrador haría comprender a los productores que la clave estaba en dejar de lado la esencia terrorífica de la historia clásica de la momia y convertirla en una historia de acción y aventuras, al estilo Indiana Jones, que requería necesariamente más presupuesto.

De ser la nada a ser todo

Después de tantos directores y guiones rechazados, finalmente la nueva presidenta Stacey Snider, quien buscaba revertir los números rojos de los últimos fracasos de taquilla, dio luz verde a la propuesta del discreto director Stephen Sommers, que venía de filmar la película de terror y aventuras Deep Rising (1998). Damas y caballeros: ¡abrochaos los cinturones que el director pródigo ha llegado!

El guion escrito por Sommers y por Nina Wilcox Putman rinde homenaje al clásico de 1932, incorporando romanticismo, fatalismo, humor y aventura. La nueva sinopsis desprendía aventura por doquier, y esta fue la característica que lo hizo trascender ante los estrepitosos fracasos anteriores. Tal fue el impacto que Universal se convenció de la necesidad de aumentar su inversión en la película para poder conseguir el objetivo: una aventura en la línea de las del mítico Indiana Jones. Los pilares del proyecto estaban cimentados. Ahora quedaba lo más difícil, crear una película digna y a la altura, no una réplica barata.

Sommers, al igual que cualquier director cinematográfico que se precie, sabía que para conseguir la misión se necesitaba dar con el protagonista perfecto. Es aquí donde toma cartas en el asunto el señorito Brendan Fraser. Una opción arriesgada para mi gusto dado que en aquel momento todavía se estaba ganando un sitio en los corazones del público. De hecho, George de la jungla (1997), había sido su mayor éxito cosechado. Sin embargo, la realidad es que quien no arriesga no gana, y en este caso, Sommers volvió a acertar. ¡Otro punto positivo para este señor!

Brendan Fraser como Rick O'Connell en La momia
Brendan Fraser en el papel de Rick O’Connell

Un elenco perfecto

¡Amigos las casualidades no existen y esta es otra prueba! Arte es la palabra con la que describiría la actuación de este hombre en esta película. Entiende el personaje y se mete en él de lleno. Capta la esencia y la transmite al espectador. Desde el instante cero del largometraje se puede ver lo profunda que es la amistad con su camarada Beni, todo un crápula. Conforme avanza la película se puede observar su coraje, su humor sarcástico a lo Han Solo, algo de chulería, sobre todo en lo que al trato de las féminas se refiere, y por último y no menos importante, su habilidad pegando tiros. ¡Insuperable!

Personajes principales escondidos tras tumba del dios Anubis (el dios de los muertos)
Los protagonistas junto a la tumba del dios Anubis (el dios de los muertos)

El resto de actores que intervienen en el reparto no se quedan atrás en absoluto. Rachel Weisz como la egiptóloga Evelyn Carnahan hace un papel bastante bien elaborado. Con una carrera breve, ya que solo había participado en una película hasta ese momento, Reacción en cadena (1996), filme que no terminó muy bien parado por la crítica. La momia le sirvió para catapultarse y dejar su huella en el legado del séptimo arte. Su personaje es el reflejo perfecto de la ingenuidad y la perseverancia. ¡Y no hablemos de su característica torpeza, torpeza sana y cómica! ¿Quién podría olvidarse de la escena en la que literalmente “destroza” la biblioteca?

Evelyn Carnahan tras destrozar la biblioteca
Evelyn después de haber destrozado la biblioteca

¡Pero cuidado! La cosa no termina aquí, no contenta con eso, también es ella, la que accidentalmente hace resucitar a nuestro amigo Imhotep. Aunque en su defensa, diré que es ella junto con los guardias Medjai los que desde el principio quieren acabar con la criatura. El resto se van “subiendo al carro” conforme prosigue el ritmo de la película.

A su alrededor ponemos a John Hannah, en el papel de Jonathan Carnahan, un ludópata y ladrón de reliquias, hermano de Evelyn, que incentiva ese toque humorístico que tiene el filme. Sus chistes y sus gracias matizan algunos de los posibles rasgos negativos del protagonista. Lo que sí es cierto es que nunca llega a quitar protagonismo al triunvirato de aventureros. En cierto modo, el trío de personajes se asocia mucho, con cierta variación en la naturaleza de los personajes, al trío formado por Luke Skywalker, Han Solo y Leia Organa en la primera trilogía de Star Wars, o incluso, al compuesto por Indiana Jones, Willie Scott y Short Round (Tapón para los amigos) en Indiana Jones y el templo maldito (1984).

Lo único que faltaba para completar el puzzle era un villano, pero no un villano simple, uno de categoría. Sin él, todos sabemos que el filme se habría quedado en un buen pasatiempo en el que nunca hubiésemos llegado a sentir un peligro real. El malo de la película, sin duda alguna, está a la altura de las circunstancias. Imhotep es presentado como un sacerdote que va tan escaso de honor como de cabello. Se enamora de la concubina del faraón, alias Anak-Su-Namun, ambos “le dan pasaporte” a este último porque descubre el amor clandestino que hay entre ellos. Ella se suicida ensartándose una espada, y a nuestro amigo “Mr. Clean”, al intentar resucitarla, recibe como premio por su hazaña un precioso y rico Hom Dai: la peor de las maldiciones egipcias, reservada solo a los blasfemos más malvados palabras textuales de nuestra querida señorita Evelyn Carnahan. El Hom Dai es una maldición secular que daba al desgraciado poderes impíos y el control de las Diez Plagas de Egipto.

Arnold Vosloo fue el actor encargado de dar vida a este suculento villano. Potenció la versión de Boris Karloff en el clásico original de 1932. Introduce un toque terrorífico que le viene a la película como anillo al dedo. De hecho, me juego la lengua a que, hoy en día, la película cuenta con más de un detalle macabro que cualquier blockbuster contemporáneo rehuiría por la posibilidad de perder un puñado de espectadores o de recibir una calificación por edades que limitase su recorrido comercial.

Arnold Vosloo dando vida al personaje Imhotep
Arnold Vosloo representando al sacerdote Imhotep

Finalmente, tenemos una gran diversidad de personajes secundarios que aportan dinamismo a la trama y que hacen que el espectador se quede embobado viendo la película. Entre dichos caracteres destacan Beni Gavor, interpretado por Kevin J. O’Connor, la controvertida Anak-Su-Namun, a la que le da vida la modelo venezolana Patricia Veslásquez, Oded Fehr en el papel de Ardeth Bay (líder de los soldados Medjai) o Jonathan Hyde, que da vida al egiptólogo Dr. Allen Chamberlain.

Un guion muy sólido

La momia tiene muchos puntos positivos que resaltar. Uno de ellos es, sin duda alguna, el guion. La acción, la trama, los personajes y el contexto espacio-temporal están perfectamente estructurados. Sommers, desde el minuto cero, con un brillante prólogo, nos introduce en el Antiguo Egipto, nos presenta la trama a las mil maravillas y sin ambages, directamente al grano.

El prólogo muestra el esplendor del Antiguo Egipto como telón de fondo para la trágica y clandestina historia de amor de Imhotep y Anak-Su-Namun hacia el 1290 a.C, para luego, enlazar rápidamente con El Cairo de 1926 d.C. Esta etapa, históricamente hablando, fue un periodo de máximo esplendor para la arqueología egipcia y para el saqueo por parte de museos británicos y franceses del rico pasado histórico, cultural y antropológico del Antiguo Egipto. En aquellos tiempos tuvieron lugar infinidad de excavaciones arqueológicas, una clara evidencia de esto fue el hallazgo de la tumba intacta del faraón Tutankamón en 1922.

Los primeros minutos de la cinta están dedicados a eso, a presentarnos a los personajes y a contarnos la historia, pero sin que ello suponga que esta se quede estancada. De hecho, la trama comienza bien y termina mejor que bien, porque en ningún momento se nota que el argumento flojee o que pierda fuelle, sino que con el transcurso de los minutos se pone más interesante y va infundiendo más y más respeto.

La comedia, muy presente en todo el largometraje, también ayuda a definir a los personajes y sus motivaciones. Desde el romance entre Evelyn y O’Connell y sus sendas personalidades hasta pasar por los chistes de Jonathan Carnahan. ¿Y quién puede olvidarse de la mítica escena del disparo de Rick a Imhotep tras ambos batirse en un intenso duelo de gritos?

Rick O'Connell disparando a la momia reencarnada Imhotep
Rick O’Connel disparando al recién resucitado Imhotep

En consonancia con lo anterior, las torpezas de Evelyn, la ebriedad de Winston, hasta la rivalidad con el otro equipo de exploradores, los americanos (cuando abren el cofre que contiene el libro de los muertos) son reflejo del manejo del humor. Es más, son estos últimos, el caldo de cultivo para transformar el ritmo de la película, pasando de una aventura ligera a algo más serio, oscuro, y en ciertos momentos, terrorífico.

A partir de ahí todo se torna en un caos frenético y a la vez espeluznante: la aparición de los guardias Medjai, la regeneración carnal de Imhotep, las plagas asolando Egipto, la tormenta de arena, la pelea de O’Connell contra el ejército de momias, etcétera. Todo esto mezclado con la banda sonora y los efectos de sonido convierten la película en un fenómeno espectacular. ¡Qué pena me da no haber podido verla en su estreno!

Exploradores americanos abriendo el cofre del libro de los muertos
Exploradores americanos abriendo el cofre que contiene el libro de los muertos

Efectos especiales y escenografía sublimes

Otro punto muy positivo de La momia es la calidad del CGI, del maquillaje y de la puesta en escena. Si hubiera que escoger un término para describir el trabajo del personal de animación y efectos especiales sería: magnificencia. Casi 25 años después, la gran mayoría de las películas de acción y aventuras se centran en atiborrar al público de CGI a mansalva, es decir, si este ingrediente está en la receta ¡éxito asegurado! Además, gran parte del público actual defiende que los efectos especiales buenos son los de ahora, no los de antes. Esta película al igual que otras muchas revindican justo lo contrario. No he visto una recreación del Antiguo Egipto tan lograda como la que sale en esta película, ya sea la ciudad de Tebas o la de Hamunaptra, la cárcel o el puerto de El Cairo, entre otras. Ya desde el prólogo se puede deducir que en cuanto a calidad de efectos especiales La momia no va ir precisamente apurada.

Recreación por ordenador de la ciudad egipcia de Tebas
Ciudad de Tebas vista en el prólogo

Otro punto donde se aprecia muchísimo la calidad del CGI es la escena de la tormenta de arena, con el rostro de Imhotep, persiguiendo a nuestro protagonista Rick O’Connell y a Jonathan Carnahan en la avioneta del capitán Winston. Eso es arte, y hay que recordar que la calidad de hardware y software informáticos por aquel entonces era claramente inferior a la que hay en nuestros días. Que los integrantes del equipo de diseño gráfico y animación fueran capaces de hacer tales efectos en aquella época me parece, coloquialmente hablando, un auténtico pasote. Cuando lo vi, me quedé patidifuso en el sofá. Esta sensación, por ejemplo, no la tuve cuando vi en el cine la versión de La momia de Tom Cruise, allá por el año 2017.

Escena de acción de la tormenta de arena provocada por Imhotep
Escena de la tormenta de arena

La escenografía es otra preciosidad: las pirámides, las tumbas, los candelabros, las ciudades egipcias, la caracterización de los actores, el detalle del idioma egipcio, las momificaciones, etcétera. Todo, prácticamente todo, está muy cuidado en esta película aunque hay algún detalle técnico garrafal que se le escapó a Sommers, motivo por el cual La momia no alcanza el sobresaliente en la nota final.

BSO y SFX envolventes

La momia, aparte de tener buena nota en el apartado gráfico, también tiene buena nota en el apartado musical. El compositor/artista responsable de la banda sonora de la película es nada más y nada menos que Jerry Goldsmith, autor de bandas sonoras de otras películas como Instinto básico (1992), Mulan (1998), El planeta de los simios (1968), Gremlins (1984) o de las tres primeras películas de la saga Rambo (1982, 1985 y 1988 respectivamente). La banda sonora de La momia se compone de un total de 15 canciones. El álbum corrió a cargo de la discográfica Decca Classics y fue publicado el 4 de mayo de 1999, casi dos meses antes que el estreno.

Los efectos de sonido (SFX) van completamente en la línea de la banda sonora. Enriquecen en todo momento la acción y ayudan a sumergir al espectador aún más en la trama. Esto queda reflejado en los sonidos de los disparos, el susurro de las almas, la apertura del cofre de los muertos, los rugidos de las momias, etcétera. Todos ellos están muy bien recreados. No tienen la misma complejidad que simular el rugido de un T-Rex, propio de Jurassic Park (1993), pero no por ello se le va a quitar mérito al trabajo hecho por Goldsmith, que es excelente.

Curiosidades de La momia

La momia es una película que presenta muchos matices: técnicos, relativos al rodaje y a la producción de la película que todo fan o aspirante a serlo debería conocer. Sin más dilación, vamos con ellos.

Personajes basados en personas reales

En primer lugar, el villano de la película, Imhotep, fue una persona real. Nacido entre el 2650 y el 2600 a.C y fallecido en el siglo XXVII a.C. Residente durante toda su vida en el Antiguo Egipto. Esta persona es considerada el primer ingeniero y arquitecto de la historia. Era un sabio que practicó la medicina, las matemáticas, la astronomía y la medicina. Fue chati del faraón Necherjet Dyeser y diseñó la Pirámide escalonada de Saqqara durante la dinastía III. El término Imhotep significa “El que viene en paz”. Esto es muy interesante porque la natura del personaje en la película es completamente antagónica a lo anteriormente citado. Quizás, el director Sommers lo sabía, y quiso dar un giro copernicano a la historia que envuelve a este personaje.

En segundo lugar, el personaje del faraón, llamado Set I, que es el personaje al que sirve Imhotep en la película, también existió en la realidad. Sin embargo, a diferencia de lo acontecido en el largometraje, estas dos personas no coincidieron en la vida real. De hecho Set I gobernó Egipto unos 1300 años después de la muerte del sabio Imhotep.

En tercer y último lugar, se encuentra el personaje de Rachel Weisz, Evelyn Carnahan, cuyo personaje está basado en la hija real de George Hebert, responsable del descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922. La diferencia estriba en que la hija de este explorador se llamaba en realidad Evelyn Carnavon, y ese precisamente iba a ser su apellido original. Sin embargo, un cambio de guion provocó que se sustituyera el apellido Carnavon por Carnahan. Dicho cambio queda patente en la película (minuto 52:15 aproximadamente) cuando Evelyn habla ebria con Rick O’Connell sobre su padre y le cita textualmente: “mi padre era un explorador famosísimo”.

Egipcio antiguo

A lo largo de La momia se pueden observar muchas escenas marcadas por diálogos en lengua egipcia. A fin de cuentas de conseguir que tales diálogos sonasen lo más parecido fonéticamente al idioma egipcio original, el equipo de producción liderado por Sommers contrató a un egiptólogo para que diese el visto bueno a las actuaciones realizadas por los actores.

Precisión en los jeroglíficos

Otro matiz muy relevante es la gran exactitud con la que se confeccionaron los sarcófagos y las inscripciones que hay en ellos. Este hecho se observa cuando Evelyn lee la inscripción del sarcófago de Imhotep diciendo “aquel que no será nombrado” (minuto 47:15 aproximadamente). El equipo de producción también se tomó muchas molestias en que la representación fuese muy precisa. En suma, esa inscripción se traduce como “El que no tiene nombre”. Este aspecto me hace mucha gracia porque parece un pequeño guiño a Lord Voldemort, el antagonista de la saga de Harry Potter. Ambos personajes son malos, muy malos, y encima guardan similitudes. ¡Cualquiera diría que van al mismo peluquero! Habría que preguntar al jefe Sommers si esto fue intencionado.

Evelyn Carnahan leyendo la inscripción del sarcófago de la momia Imhotep
Evelyn leyendo la inscripción del sarcófago de Imhotep

Los tatuajes de los guardianes Medjai

¡Agarraos a las sillas para no caeros! Es muy importante que sepáis este dato muy curioso y extravagante sobre La momia. Si hay algo que caracteriza a un soldado Medjai, aparte de su vestimenta y cometido, es que llevan tatuado hasta el esfínter. Sin embargo, esto entra en conflicto con el personaje de Oded Fher, Ardeth Bay. La razón de esto es nada más y nada menos que Sommers consideró que el actor era “demasiado guapo” para llevar toda la cara tatuada. ¡A mí me llevan preso como diga lo que pensé cuando lo leí la primera vez, a mí me llevan preso!

La momificación de Arnold Vosloo

Esta es otra curiosidad muy interesante del guion de La momia, y es que en la escena de la momificación de Imhotep (minuto 5:55 aproximadamente) el actor Arnold Vosloo quería que quedara totalmente real, hasta el punto de que los planos en los que momifican a Imhotep fueron grabados por el propio actor, el cual, se pasó más de cuatro horas envuelto. ¡Eso sí que es empeño laboral!

Arnold Vosloo siendo momificado
Arnold Vosloo siendo momificado

La escena de la biblioteca

Este tema ha sido tocado anteriormente, pero aun así, se va a enfatizar de nuevo. Una de las escenas más recordadas de la película es cuando el personaje de Rachel Weisz destroza por completo la biblioteca en la que trabaja aplicando con las estanterías de libros “el efecto dominó”. Fue uno de los más difíciles técnicamente. La toma se hizo con una sola cámara de 360 ​​grados después de la acción, para que ninguna de las luces adicionales de la escena apareciera en la cámara.

Para agregar al desafío de filmar, el truco requirió 12 libros colocados en los estantes para lograrlo. La escena requería por tanto que Rachel Weisz la interpretara a la perfección, que el camarógrafo la siguiera correctamente y que horas de equipo prepararan la decoración con antelación para llevar a cabo la escena. Por suerte, todo fue como la seda y la escena no hubo que volver a repetirla. Como diría Matías Prats ¡qué duro!

El libro de los muertos y el libro de Amón-Ra

El primer hecho notorio en cuanto a estos libros es que ambos se elaboraron por el equipo de producción como parte del atrezo de la película. Sin embargo, he aquí el fallo gordo y garrafal en el guion de La momia. El dramón entre Imhotep y Anak-Su-Namun se sitúa en torno al 1290 a.C, momento en la historia en la que claramente no existían los libros. Se usaban pergaminos o papiros. El libro más antiguo de la historia es según muchos historiadores El Sutra del diamante (868 d.C) Esto claramente es un fallo temporal. Pero además, es que en la película se puede ver que el libro tiene la apariencia de un libro ilustrado, un libro impreso, los cuales no aparecieron hasta el siglo XV d.C de la manita de Gutenberg y su fantástica imprenta. Este fallo le quita lamentablemente un poco de nota a la película.

Además, otro aspecto que no tiene mucho sentido es el material del libro de Amón-Ra, pues está hecho de oro. ¿Quién sería capaz de hacer un libro de oro? Personalmente, creo que no sería un libro muy cómodo de transportar.

Brendan Fraser vs la horca

Una de las curiosidades de La momia más estrambóticas es que el protagonista Brendan Fraser casi muere ahogado en la escena de la cárcel en la que lo condenan a muerte. Es más, según el propio actor, dejó de respirar durante un intervalo de tiempo y tuvieron que reanimarle. Se dice que fue este material el que utilizaron los miembros del equipo de producción para montar la escena final. Resumiendo: Fraser 1 – 0 Horca. Menos mal que no fue al revés ¿no?

Brendan Fraser en la horca
Brendan Fraser en la escena de la horca

El Dr Chamberlain y las langotas

Momento interesante donde los haya cuando al poco de ser revivido Imhotep, la plaga de langostas llega a la ciudad de El Cairo. En esta escena podemos ver al actor Jonathan Hyde, presente en otras películas como Jumanji (1995) o Titanic (1997), pronunciando “¡Que hemos hecho!” (minuto 61:21 aproximadamente) mientras está cubierto de langostas. Esta toma tuvo que ser grabada varias veces porque el actor no podía mantenerse serio con tanto bicho circulando por su cuerpo.

Jonathan Hyde donde aparace totalmente cubierto de langostas
Jonathan Hyde interpretando al Dr. Allen Chamberlain

La digitalización de la momia

Una de las directrices que ordenaron tanto Sommers como el equipo de producción al departamento de efectos especiales fue que la momia no tenia que tener sangre. Personalmente, creo que fue una decisión muy acertada, un cubo de pintura roja no hubiera quedado bien. Además, simular sangre digital sería una muy mala idea dada la complejidad para hacerla real. El equipo de efectos especiales realizó muchas pruebas con la textura empleada para modelar la momia, ya que era necesario que el umbral de aspereza típico de la textura fuese realista para el espectador en planos de alta luminosidad.

Por su parte, el movimiento de la momia, los gestos, etcétera, fueron realizados por el propio Arnold Vosloo. Se recurrió a la mezcla entre captura de movimiento y gráficos generados por computador. Se calcularon puntos digitales claves del maquillaje protésico de Arnold Vosloo, el cual, durante la grabación llevaba pequeñas luces de seguimiento en el rostro. Una praxis bastante parecida se usó para modelar el movimiento de Gollum por parte de Andy Serkis en la trilogía de El señor de los anillos (2001-2003).

Representación digital de la momia hecha mediante gráficos generados por computador
Recreación de la momia de Imhotep por computador

Los escarabajos carnívoros

Los efectos especiales y el CGI empleado en la película de La momia no se parecen mucho a los que hay ahora, pero seamos justos, han pasado casi 30 años. Aún así, supieron apañárselas muy bien, de hecho, a día de hoy se siguen viendo muy bien. La escena en la que los escarabajos controlados por la momia emergen de la arena para atacar a los exploradores se efectuó por medio de un compresor de aire en el suelo del plató. Y para más inri, el sonido de los insectos fue posible gracias a un palo de lluvia y a un tubo totalmente hueco con deflectores lleno de semillas y guijarros.

Los rugidos de las momias

Los extraños sonidos que emite la momia de Imhotep antes de regenerarse por completo, así como los realizados por las momias contra las que pelea Rick O’Connell al final del filme fueron hechos a partir de una combinación de rugidos de leones y osos.

Las momias que luchan contra Rick O'Connell rugen
Pelea final entre Rick O’ Connell y las momias

Los anacronismos

Otra curiosidad interesante del guion de la película es un pequeño fallo de historia de tan solo 11 años cuando Rick O’Connell le cuenta a Evelyn como llegó a Hamunaptra en 1923. Él dice que atravesaron Libia (minuto 24:15 aproximadamente). Esto es un error porque ese territorio se denominaba como Territorio del norte italiano hasta el año 1934. El gobierno italiano no lo denominó Libia hasta ese año.

Rodando en Marrakech

La momia es una película cuya narrativa se ambienta en Egipto, pero la realidad es que los planos desérticos y paisajes visibles en la cinta fueron capturados en Marrakech. El motivo por el que se decidió rodar allí estriba en que en la década de los 90 Egipto no estaba atravesando un buen momento. El equipo de rodaje contaba de manera oficial con el apoyo de los ejércitos militares marroquíes. Por no hablar de que se contrató un seguro de secuestro para los actores. Esta información no fue revelada al elenco hasta después de concluir la etapa de filmación.

Además, durando diecisiete semanas que duró el rodaje, el equipo tuvo que aguantar la deshidratación, tormentas de arena y a las serpientes mientras filmaban en el Sáhara.

Fotograma de los actores rodando en Marrackech
Rodando en Marrakech

Los gatos ¿guardianes del inframundo?

Otra curiosidad interesante que se comenta en los diálogos de La momia es que los gatos son guardianes del inframundo. Por ello, Imhotep les teme hasta que no está regenerado por completo. Así es como le responde el Dr. Terrence Bey a Rick O’Connell cuando este pregunta: “¿Por qué no le gustan los gatos?” (alrededor del minuto 64:56). Pero ¿qué hay de cierto en esto?

La respuesta es nada. Si bien es cierto que los gatos eran animales alabados por los egipcios, no era ese el motivo. La razón real era que los asociaban con la protección y consideraban que eran una encarnación de la diosa Bastet, que representaba el amor, la fecundidad, la belleza y la protección.

Bastet se representaba, de hecho, como una mujer con cabeza de gato que llevaba un “ankh” (cruz de la vida) o como un gato doméstico. Antes de eso, el gato también se relacionaba con el dios Ra. Llegaron a tener tanta importancia que los gatos no solo se llegaban a momificar, sino que eran muy cuidados, especialmente cuando se producía algún incendio para evitar que se quemaran, y cuando uno doméstico moría, la familia se afeitaba las cejas en señal de luto. Además, había duras leyes que prohibían cualquier maltrato o daño a estos animales.

Eran la mascota preferida por la mayor parte de la sociedad egipcia, especialmente en los palacios. No solo porque estuvieran relacionados con la espiritualidad y con los dioses, sino también por su utilidad. Eran compañeros fundamentales en el hogar, porque servían para mantenerlos limpios. Cazaban ratas, serpientes y ratones. Por consiguiente, mantenían a la población alejada de estas plagas, causantes de enfermedades y de exterminios de las cosechas.

Imhotep siendo asustado por un gato blanco
Imhotep siendo asustado por un gato blanco (guardián del inframundo)

Conclusión

Tomando como referencia todo lo analizado en el artículo se podría afirmar que la película de La momia es un rompecabezas cinematográfico en el que todas las piececitas encajan en su lugar. La momia es una gran obra de cine que, con Fraser liderando su gran reparto, y con Vosloo encarnando un villano muy convincente, logra conquistar la memoria de los espectadores. De la trilogía original, para mí, esta es la mejor entrega, y además, con diferencia. El regreso de la momia (2001) y La momia: la tumba del emperador dragón (2008) son secuelas claramente inferiores.

Personalmente, esta película creo que sí llega al nivel de alguna de las tres primeras aventuras de Indiana Jones, concretamente la tercera entrega, La última cruzada (1989). La cuarta mejor la dejamos bajo llave. No llega al nivel de las dos primeras En busca del arca perdida (1981) y El templo maldito (1984), pero se ha quedado muy próxima de conseguirlo.

Es más, muchos dicen que es una película que podría considerarse como la heredera de Indiana Jones en el cine de aventuras. Este razonamiento es estúpido e insulso. En primer lugar, porque entre la primera y la tercera película del Dr. Jones, y La momia, hay casi 18 y 10 años de diferencia, respectivamente. En segundo lugar, la naturaleza de los personajes es completamente diferente.

Mientras que a Indiana Jones le mueve su pasión por la arqueología y los misterios, a Rick O’Connell le mueven a priori más las riquezas, a excepción de la segunda aventura del joven Indy cuando se mete de cabeza en el palacio de Pankot en busca de “fortuna y gloria“. Y por último, porque las tramas y estructuras de las películas no convergen en nada. Son completamente independientes y no tienen nada que ver las unas con las otras.

Obviamente, puede que para unos sea mejor Indiana Jones (me incluyo) y para otros La momia. Pero de ahí, a decir que La momia es directamente la sucesora, ¿sucesora de qué si no tienen relación ninguna? En mi opinión, no es más que un razonamiento infame que busca enfrentar a las dos películas, y en última instancia, a las masas. ¡La polémica está servida! En definitiva, La momia es un filme que deja muy buen sabor de boca, y que además, ha marcado a toda la generación noventera de cinéfilos. ¿De cuántas películas se puede decir eso?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *