King Kong (2005) la octava maravilla del mundo

Ficha de la película

King kong poster
Título: King Kong

Título original: King Kong

Fecha de estreno: 13 de diciembre de 2005 (España)

Duración: 3h 7min, 3h 20min (edición extendida)

Género: ciencia ficción, aventura y terror

Director: Peter Jackson

Guion: Merian C. Cooper y Edgar Wallace

Reparto: Naomi Watts, Jack Black, Adrien Brody, Andy Serkis, Colin Hanks, Jamie Bell, Kyle Chandler, Thomas Kretschmann, Evan Parke y Lobo Chan

BSO: James Newton Howard y Howard Shore

Recaudación: 589,4 millones USD

Productoras: Universal Pictures
Nota: 8.4

Siguiendo en la línea del contenido cinematográfico, os traigo una de las películas que más veces he visto desde que tengo uso de razón: King Kong, la adaptación que realizó el director Peter Jackson, allá por 2005. A veinte años de su estreno, y pese a haberla visto cerca de diez veces, es un filme que me sigue cautivando tanto como la primera vez que lo vi.

He estado debatiéndome internamente si comentarla o no, principalmente, porque es una película con muchas aristas. Sin embargo, me parece una opción bastante buena a comentar dada la película que traté en el post anterior. Espero estar a la altura porque, os repito, es una película muy compleja de analizar. Señoras y señores, redoble de tambores… ¡y empezamos!

El mito tras el simio cinematográfico más famoso

El séptimo arte tiene la característica de crear personajes icónicos que marcan para toda la ida, y en este punto, King Kong es un claro exponente de este suceso. Con más de ochenta años de historia sobre su “cuadrúpeda chepa”, el gorila ha sido llevado un total de ocho veces a la gran pantalla, y parece que aún tiene tirón de sobra para seguir a pie de cañón.

Bien es cierto que el peliculón de Peter Jackson, junto con Kong: La Isla Calavera (2017), son las versiones más conocidas dentro del público perteneciente a las generaciones Y (millennials) y Z. Sin embargo, la versión cinematográfica donde el gigantesco primate se subía, por primera vez, a la cúspide del Empire State Building, tuvo lugar en la década de los treinta, concretamente, en 1933. ¡Cerquita queda!

King Kong (1933) subido en el Empire State Building
Fotograma de la primera versión cinematográfica de King Kong (1933)

Esta primera producción tuvo lugar en un contexto histórico en el que los recursos de efectos especiales eran rudimentarios. RKO Pictures logró crear a un enorme gorila que sorprendió, muy gratamente, a los espectadores de la época. Sin embargo, la historia del simio comenzó mucho antes, “del puño y letra” de un aventurero nacido a finales del siglo XIX. Su nombre era Merian C. Cooper.

Nació en Jacksonville (Florida) en 1894. Combatió en La Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), tomó parte en escaramuzas polacas contra la Unión Soviética, y para colmo, permaneció preso en un campo de concentración durante un año, del que con suerte, consiguió escapar.

Tras sus andanzas en las contiendas militares, Cooper viajó a EEUU y comenzó a trabajar en el periódico New York Times. Aquel trabajo no terminó de fraguar debido a su espíritu aventurero. Por ello, decidió explorar diferentes rincones del planeta, y a relacionarse con Douglas Burden, experto en el dragón de Komodo. Esta figura fue una de sus grandes referentes para crear el mito de King Kong.

Merian C. Cooper, el explorador que imaginó a King Kong
Merian C. Cooper, el explorador que imaginó a King Kong

Cooper, muy aficionado al cine, encontró en sus viajes “la chispa cinematográfica”. En un primer momento, sus aportaciones eran simples documentales de sus exploraciones. Sin embargo, su imaginación le llevó a crear una historia basada en la lucha entre un gorila y uno de los dragones de Komodo, que tanto había estudiado su amigo Burden. ¡Fijaos cómo encajan las piezas!

En uno de los viajes de Burden, el explorador logró capturar un ejemplar de este animal (el dragón de Komodo). Este material fue determinante para que Cooper crease al gorila gigante. Su pasión por el cine le llevó a entrar a trabajar en RKO Pictures. La película El mundo perdido (1925), de Harry O. Hoyt, basada en la obra homónima de Arthur Conan Doyle, impactó a Cooper, quien quería filmar su película usando escenas reales de sus grabaciones. No obstante, la técnica de stop motion usada por Willis O’Brien en la película le dejó asombrado. Por consiguiente, decidió seguir sus pasos.

Así las cosas, tomando como referencia todo este material, Cooper presentó el proyecto a RKO junto a Ernest Schoedsack. Proyecto que, más adelante, se convertiría en uno de los mayores éxitos de la historia del cine. De hecho, está muy próximo al siglo de vida. ¡De locos!

King Kong: la adaptación de Peter Jackson

Allá por el año 2004, el aclamado director Peter Jackson comenzó el rodaje de la que sería una de las películas más sonadas de toda su filmografía. Recordemos que, tan solo un año antes, había estrenado en cines El retorno del rey (2003), la última entrega de la trilogía de El Señor de los Anillos, célebre adaptación cinematográfica por la que obtuvo la gran reputación que posee actualmente. Según atestigua el propio Jackson, cuando vio por primera vez King Kong, de 1933, se quedó “enamorado”, hasta el punto que fue esa película la que le llevó a convertirse en director. En suma, el mismo profetizó que algún día se atrevería a contarla de nuevo. ¡Y así fue!

Tras tener todos los preparativos listos en 1997, ocho años antes de cuando realmente llegó a las carteleras, el estreno de otros filmes con monstruos como artífices protagonistas de las historias: Temblores (1990), Jurassic Park (1993), El mundo perdido (1997), Godzilla (1998), y sobre todo, Mighty Joe Young (1998), que también trataba de un gorila gigantesco, hicieron que a pesar de tener el guion escrito, lo retrasara y optase por ponerse manos a la obra con El señor de los anillos.

Esta “forzosa inflexión” le permitió cuestionar mejor cómo quería abordar la trama, cómo adentrarse en un proyecto de tanto presupuesto sin errar en el intento, y además, conocer y sacar partido a la espectacularidad de los efectos digitales.

La obra de Peter Jackson es un calco de la versión original de 1933, pero explotada al máximo, ya que mejoró todo lo que en esa primigenia cinta quedó cojo: los efectos especiales, el desarrollo de algunos personajes, y sobre todo, el papel de la bestia en toda la historia. Ofrece una versión mucho más humanizada del gorila, construyendo una psicología altamente sólida, que logra enfrentar su apariencia monstruosa y salvaje con su lado más empático y humano. La versión original lo hizo, pero no profundizó tanto en la relación entre ambos personajes (King Kong y Ann Darrow).

King Kong y Ann Darrow se reencuentran en Nueva York
King Kong y Ann Darrow se reencuentran en Nueva York

Al igual que en otras críticas, he dedicado cierto tiempo a explicar en qué consistía el argumento de la película. En este caso no voy a explayarme demasiado porque creo que, a estas alturas de la vida, es bastante raro el hecho no haberla visto.

La película nos sitúa la acción en la Gran Depresión, la joven actriz de vodevil Ann Darrow (Naomi Watts) se queda sin trabajo, viéndose así, forzada a robar comida para sobrevivir. Su trágico rumbo de vida cambia cuando el cineasta Carl Denham (Jack Black) decide contratarla como protagonista para su próximo metraje, cuyo guion es redactado por el autor de teatro Jack Driscoll (Adrien Brody). A bordo de un barco de vapor, el equipo se pone rumbo aparente a Singapur, tapadera inventada por el propio cineasta, ya que en realidad tiene en mente rodar en una isla misteriosa, en teoría, todavía no descubierta: la isla Calavera.

Una vez allí, descubren a King Kong, un gorila gigante temido por los habitantes de la isla. Carl decide darle protagonismo tras observar que el primate muestra un tremendo interés en Ann. La ambición de Carl hará que decida secuestrar al simio para trasladarlo a Nueva York y exponerlo como si fuera una obra de arte para ganar dinero. Una vez en la ciudad, el animal no tarda en liberarse de sus ataduras. Así las cosas, una bestia salvaje de más de ocho metros de altura vagara por las calles de “la ciudad que nunca duerme”, y solo Ann puede lograr que el incidente no se convierta en una catástrofe.

King Kong y Ann Darrow en el Empire State Building
King Kong y Ann Darrow en el Empire State Building

Un reparto de naturaleza variopinta

“No fueron los aviones. Fue la belleza lo que mató a la bestia”. Amigos, esa afirmación es uno de los diálogos más recordados de la película por la audiencia. “La bestia contempló el rostro de la bella, y la bella le detuvo la mano… Y desde aquel día fue como si hubiera muerto”. Esas palabras las pronuncia el personaje de Carl Denham (Jack Black) en el momento de la película donde presenta a King Kong, la octava maravilla del mundo, en el teatro de Nueva York.

Peter Jackson, como ya he mencionado anteriormente, quiso contar la historia de este mítico simio, pero desde una perspectiva mucho más humana. Quiso narrar la historia de amor de Ann Darrow (Naomi Watts) y King Kong de un modo mucho más profundo. Y bajo mi punto de vista, lo consiguió. La humanización del gorila, por medio de unos fantásticos efectos especiales, acerca al público mucho más al desarrollo de la trama. Y eso por no hablar, de las expresiones faciales tanto de Naomi Watts como del simio. ¡Sencillamente, perfectas!

A través de una gran batería de detalles, Jackson consigue que nos identifiquemos con la protagonista, por ejemplo, cuando están en la cueva durmiendo y ella reposa protegida en la palma de su mano o cuando Ann se pone detrás del simio en el combate con los Vastatosaurus rex. ¿Y qué me decís de la escena que comparten mientras están en el lago helado en el parque de Nueva York?

Todas estas decisiones demuestran el genio que hay bajo la mente de Jackson. Quizás, el único problema que veo en su adaptación de King Kong es su duración. Personalmente, creo que la presentación de la historia avanza, en algunos puntos, más lenta de lo que debería. ¡Para gustos los colores!

En honor a la verdad, seguiría escribiendo por los siglos de los siglos sobre esta película. Lo diré una y mil veces si hace falta: “me encanta”. A pesar de ello, hay mucho material sobre la mesa que comentar, así que voy a intentar focalizarme de lleno él. Sinceramente, creo que es “vozpopuli” cuando digo que uno de los mayores aciertos de la película es el minucioso desarrollo de los personajes, y en última instancia, la compleja gama de actores que Jackson fichó para la cinta. ¡No escatimó en gastos!

Peter Jackson con las estrellas de reparto de King Kong
Peter Jackson con las estrellas de reparto de King Kong

Comencemos por el personaje de Ann Darrow. Es uno de los principales del relato. Es más, a mi parecer, estamos ante una de las mejores versiones del personaje. Naomi Watts hace un papelón y la interpretación es más que convincente en todos los sentidos. ¿Tiene que mirar profundamente?; lo hace, ¿tiene que dar pena?; la da, ¿tiene que gritar de un modo aterrador?; pues lo hace también. ¡Es increíble!

Me fascina la facilidad que tiene esta actriz para plasmar sus emociones y pensamientos. Además, me encanta como, sin apenas diálogos, logra transmitir sentimientos profundos de empatía, confianza y cariño hacia King Kong. Damas y caballeros, he aquí una gran verdad: ¡los gorilas no hablan! Así que, lograr que los espectadores se den cuenta de que entre ambos personajes está surgiendo algo es sumamente complicado. ¡Un hándicap en toda regla! Sin embargo, Naomi Watts supo salir con arte.

Seguidamente, tenemos a Jack Driscoll, interpretado por el conocido Adrien Brody. Nuestro amigo Jack toma la figura del noble y valiente caballero que va en busca de su raptada amada. El papel es bastante bueno, pero hay veces que las conversaciones con Ann se hacen un poco forzadas, sobre todo, en los momentos románticos. Si hay química, hay química. Y en este caso había, pero no demasiada, ¡y se nota!

Personalmente, es el único fallo que le veo, porque la escena del beso entre ambos hace aguas por doquier. Y aún diré más, el encuentro entre ambos personajes (Ann y Jack) es cómico, pero un tanto trillado, reflejo de que ahí hay algo que no está bien. Lo que sí que me gusta de Jack es su estoicismo ante la vida. ¡Se lo toma todo de puta madre! ¿Cuántos autores podrían escribir sus obras en una celda propia de El conde de Montecristo? Pues este señor… ¡lo hace!

Ahora es el turno del cineasta Carl Denham, alias Jack Black. De todos los personajes principales de la saga es, sin duda alguna, el más avaricioso. ¡Todo un ejemplo de cómo la codicia corrompe al ser humano y le hace cometer errores garrafales! Bien es cierto que tiene escenas muy buenas. ¡Fijaos lo bien que manipula a Ann para que se embarque en el proyecto. Y eso que de primeras la caga, ya que parece que quiere montar un espectáculo pornográfico.

Tiene un magnetismo lingüístico interesante, que hace que su charlatanería sea eficaz. Lo más curioso es que, a pesar de ello, Denham solo le convence porque el guion lo escribe su dramaturgo favorito: Jack Driscoll, un cambio de rol muy atractivo que no está en la versión primigenia de 1933.

Carl Denham (Jack Black) y Ann Darrow (Naomi Watts) conversando sobre el guion de la película
Carl Denham (Jack Black) y Ann Darrow (Naomi Watts) conversando sobre el guion de la película

En general, este tío suelta proverbios que solo él se cree. La soflama de “acabaremos la película por el fallecido X y donaremos la recaudación a su mujer e hijos…” ¡me cabrea enormemente! Lo peor de todo es que lo dice viente veces a su ayudante, Preston (Colin Hanks), mientras este pone una cara como diciendo: “no te lo crees ni tú”. La reflexión que Jack Driscoll hace en el teatro cuando dice: “su habilidad infalible para destruir todo lo que ama” refleja la naturaleza del personaje.

Finalmente, dejamos el mejor papel para el final: ¡King Kong! Interpretado por un majestuoso Andy Serkis. Como ya comenté anteriormente, Jackson contempló el poder del avance tecnológico de los efectos especiales, tanto con la trilogía de El Señor de los Anillos, como con esta película. ¡Qué forma de actuar! La técnica que se empleó en los estudios para hacer los movimientos de King Kong fue exactamente la misma que la que se usó para hacer las escenas de Gollum.

Las expresiones de rostro de Andy Serkis para generar los gestos faciales del gorila, mapeados con sensores, están muy buen hechos. Y ya no hablemos de los movimientos motrices que realiza el actor. Sencillamente, ¡una pasada! La verdad es no me extraña que Jackson quisiese volver a trabajar con Serkis después del “trabajazo” que hizo con Gollum. ¡Espectacular actuación!

Otro detalle bastante curioso de este actor en esta película es que, aparte de interpretar al mítico simio, también interpretó a un personaje humano. El susodicho personaje se llama Lumpy y es el cocinero del SS Venture. No sé vosotros, pero yo no como nada de lo que cocine ese individuo con las pintas que me lleva. El arte culinario de este hombre da para una temporada de Pesadilla en la cocina.

Andy Serkis en el papel del chef Lumpy del barco SS Venture
Andy Serkis en el papel del chef Lumpy del barco SS Venture

El resto de la tripulación, nunca mejor dicho, ya son actores secundarios que contribuyen al desarrollo de la trama, mayoritariamente, en la isla. De hecho, algunos ni eso siquiera. Así las cosas, uno de los personajes más destacados, en este sentido, es el interpretado por Colin Hanks, el ayudante de Carl Denham, llamado Preston.

Es un chico muy joven, sincero, empático y emplea la ética como principal criterio para tomar decisiones. Lo que me gusta de esta pareja es que son completamente opuestos. Digamos que son “una apología muy light” al dúo Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker. De este modo, mientras uno es sensato, mediático y caballeroso, el otro es inquieto, apasionado, avaricioso, usando el fin que persigue como justificación de los medios que usa.

Después, tenemos a Kyle Chandler, el intrépido actor Bruce Baxter. ¡Menudo pintamonas! Odio profundamente este personaje. Su personalidad se puede definir como la de un arrogante y egocéntrico que está la mitad de la película centrándose en ir guapo y la otra mitad en no hacerse caca encima. Corre como un gamo, ya lo demuestra en la escena de la estampida. ¡Vamos que si lo demuestra! Le da más a las piernas que Usain Bolt dopado. Tiene su pequeño momento de gloria cuando rescatan a la tripulación del abismo de los insectos, pero por lo demás, es un personaje bastante inservible y que no aporta mucho a la trama.

A continuación, tenemos a Thomas Kretschmann, que por cierto, el apellido tiene tela. Este actor da vida al capitán Englehorn, máxima autoridad del SS Venture. A sus grandes dotes para cazar hay que sumarle su ingenuidad, su afán de codicia y su pusilanimidad. Personalmente, su momento más destacado es la captura del gorila.

Analizando la tripulación del SS Venture, en el siguiente escalafón tendríamos al señor Hayes (Evan Parke), el segundo oficial de a bordo, y a Jimmy (Jamie Bell), un huérfano que resulta ser el tripulante más joven de todo el barco. Estos dos personajes y la relación que tienen me encanta. La bondad y honor de Hayes es siempre admirable, y la forma con la que quiere, se preocupa, y trata de educar a Jimmy todavía más. Creo que es un pensamiento unánime si digo que Hayes es el ejemplo perfecto de persona que cualquiera, cuya vida no le ha tratado bien, querría tener a su lado. ¡Qué pena que muriera!

Por otra parte, tenemos a Jimmy, “el benjamín” del SS Venture. Un chico adolescente que Hayes encontró en la bodega del barco con un brazo fracturado por dos sitios. Aparentemente, parece un poco rebelde y problemático, pero en realidad es un chaval de buen fondo y de sentimientos nobles. El coraje y la valentía motivan siempre sus acciones. Sin duda alguna, estos dos últimos personajes, pese a ser totalmente secundarios, están muy bien construidos.

Hayes (Evan Parke) y Jimmy (Jamie Bell) en el SS Venture
Hayes (Evan Parke) y Jimmy (Jamie Bell) en el SS Venture

El resto de personajes son sumamente secundarios (extras) y no suponen nada relevante para la trama ni, en general, para el resto de personajes. Tal vez, destacaría al personaje de Herb (John Summer) el camarógrafo que ayuda a Carl Denham durante la filmación de las escenas para su película. Este personaje es muy breve al igual que sus diálogos. Sin embargo, su muerte es bastante relevante para mí, ya que es de los pocos momentos del metraje donde el personaje de Jack Black intenta salvarlo, mientras que los otros, que llevan armas, le ignoran completamente. ¡Qué despropósito!

Voy a hacer una pequeña mención al personaje de Choy, el tripulante asiático del SS Venture, interpretado por Lobo Chan. La verdad es que no se revela mucho de él, solo que es amigo íntimo de Lumpy. Quizás, lo más penoso y triste es su muerte, el momento de cuando cae al abismo de los insectos es reseñable, más que nada porque estando muerto, Lumpy le sujeta la mano.

¡Ah, se me olvidaba! Dentro de los papeles secundarios, obligatoriamente y sin discusión, hay que hacer un breve inciso a las estelares actuaciones que ofrecen todos los actores que representan a los nativos de la isla Calavera. ¡Sin palabras! No tienen ni una línea de diálogo, ya que solamente hacen gruñidos, gemidos, gritos y bailes, a excepción de la vieja. Su único cometido es causar temor y miedo a los espectadores. ¡Y lo consiguen de calle!

La forma con la que bailan y adoran a King Kong es increíble. Algunos llegan incluso a poner los ojos en blanco. Lo más perturbador es que no es truco de vestuario, sino marca de la propia casa. Personalmente, de pequeño me daban cosa, y a día de hoy, me siguen dando muchísima grima. ¡Un trabajo impresionante! El propio Peter Jackson flipaba detrás de las cámaras. Probablemente pensaría: “¿esta gente que toma antes de venir al set?”

Indígenas de la isla Calavera
Indígenas de la isla Calavera

En definitiva, la película King Kong cuenta con un buen reparto de actores, que interpretan a perfiles muy diferentes y variopintos. Unos personajes están más desarrollados y otros menos, hasta el punto de que alguno puede sobrar, pero en líneas generales todos aportan su granito de arena en esta gran película de acción y aventura. El señor Peter Jackson hizo un buen trabajo cuidando este aspecto tan importante en cualquier producción cinematográfica.

Decorado, maquillaje y efectos especiales

Solo hay dos palabras que reflejen la digitalización empleada en esta película: casi perfecta. Lo de “casi” lo digo, más que nada, porque hay algún pequeño fragmento de la película donde puede apreciarse alguna ñapa, aunque mínima. Las escenas de la lucha de King Kong contra la los Vastatosaurus rex, así como la estampida de los Brontosaurus son las escenas donde más se notan estos pequeños desajustes.

Todo lo contrario ocurre es escenas como la del sacrificio, la lucha de la tripulación contra el gorila en la secuencia del tronco (referencia mítica a la película original), la masacre del foso de los insectos, el bagaje de King Kong por las calles de Nueva York, etcétera. ¡Esta todo cuidado con sumo detalle! Una de las cosas que más me gustan de la isla Calavera elaborada por el equipo de artes gráficos de Peter Jackson, aparte del simio que se ve increíble para ser del 2005, es la gran variedad de especies que se desarrollaron. ¡Qué bien hechas están!

Así las cosas, hay animales muy destacados como el Ferrucutus (una especie de Triceratops que aparece en una escena de lucha en la versión extendida y en una pequeña secuencia de la original bebiendo agua), los Venatosaurus, los mosquitos (que son enormes), los Terapusmordax (los “murcielagos” contra los que lucha Kong en la cueva), los Carnictis (gusanos gigantes que se comen a Lumpy, el personaje de Andy Serkis), así como los Vastatosaurus rex, los foetodones (lagartos) y las langontas. ¡Menudo festín digital!

La escena de la lucha entre King Kong y los Vastatosaurus rex es una de las más icónicas de la película. Al igual que otras secuencias, es un guiño claro a la versión original. Dura bastantes minutos, pero no se hace larga ni aburrida. Es una buena secuencia de acción donde los efectos especiales de la época están explotados al máximo. Aun así, tiene algún pequeño detalle que chirría un poco, dado que en algunos momentos se nota la presencia del croma. Aun así, el trabajo de gráficos hizo un excelente trabajo.

La secuencia en la que el pelotón de búsqueda “se enfrenta” con el primate es también muy popular. Es otra referencia al metraje original, pero aunque visualmente es muy impactante, a nivel lógico no está bien ejecutada. Para empezar el señor Hayes, el segundo oficial de a bordo, se pone a disparar a las sombras. Después, los integrantes del grupo retroceden por el tronco a paso tortuga y como cangrejos, y por último, disparan entre mal y fatal. ¡No le dan al simio ni una vez, y eso que pequeño no es!

Esta escena es que es ilógica a más no poder, porque da la sensación de que el gorila, que es un animal inferior en la escala evolutiva, tiene un coeficiente intelectual mucho mayor que los propios personajes, lo que hace que le quite cierta coherencia a la cinta. En cuestión de segundos, lo que no han conseguido el resto de animales de la isla lo consigue King Kong. El simio se carga al segundo de abordo, “imprimiéndolo” (literalmente) en una pared y a la mayoría de extras. ¡Mierda, el negro y el chino muertos en la misma escena! Qué hijo de puta el Peter Jackson.

Escena del tronco en la versión de King Kong (2005)
Escena del tronco en la versión de King Kong (2005)

El siguiente punto es la escena del pantano. La verdad es que me gusta bastante, salvo por un detalle: ¡el bicho marino! El monstruo en cuestión se llama Piranhadon. Y lo mismo ocurre con la escena en la que Lumpy (Andy Serkis) dispara a una especie de dodo prehistórico, el Brutornis. Estas dos escenas hicieron bien en quitarlas porque le quitan gracia a la película. Los animales tienen grandes desperfectos en algunos instantes. Supongo que Jackson se coscó y decidió eliminarlas. Están presentes en la versión extendida, pero no están dobladas. ¡Qué cojones! Si se incorporan escenas, hay que doblarlas porque sino te queda un popurrí de idiomas y subtítulos totalmente ilógico. ¡Qué mal gusto!

Otro aspecto muy reseñable es el tema de los decorados y las miniaturas. Los equipos de diseño faenaron a contrarreloj durante meses y meses para conseguir unos escenarios de la isla Calavera y de Nueva York sublimes. Y ya no hablemos de la maquetas del barco SS Venture (que se hicieron tres de distinto tamaño), así como la maquetación de las vegetaciones, el abismo y el poblado indígena. ¡Una pasada! Me fascina que en 2005 pudieran hacer cosas así. La realidad es que, casi veinte años después, se sigue viendo extremadamente bien. En resumen, la película tiene unos efectos especiales impresionantes. Cuando hay calidad, hay calidad. Y aquí, ¡es innegable!

Finalmente, la técnica de animación que se empleó para hacer posibles los movimientos de King Kong es “para mear y no echar gota”. Si bien en la versión original de 1933 fue el stop motion el procedimiento utilizado para animar al gorila, en la adaptación de 2005, Andy Serkis, con la técnica del motion capture creó un simio mucho más dinámico y versátil. ¡Alrededor de una veintena de cámaras grababan sus movimientos en los estudios de grabación!

La película tiene muchas escenas icónicas. Sin embargo, tengo muy claro cuál es mi parte favorita. La escena que a mí siempre me conmueve es cuando King Kong se encuentra con Ann Darrow en Nueva York. De hecho, os pongo el fragmento aquí para que podáis verlo y reflexionar qué es lo que os evoca. Sinceramente, a mí me deja sin palabras.

Una banda sonora y efectos de sonido acordes

El soundtrack de la película, así como el SFX utilizado es muy acertado. La música de la cinta facilita el establecimiento de las atmósferas en todo momento. Una secuencia culmen de esta reflexión es cuando los tripulantes desembarcan para visitar la isla Calavera. ¡Fijaos qué pasaje! Niebla, frío, oscuridad y misterio. La banda sonora que se escucha mientras el señor Hayes recita su discurso sobre la civilización y la ética fantasma del ser humano, haciendo un guiño claro a Samsagaz Gamyi con su diáolgo acerca de las grandes historias en El Señor de los Anillos: las dos torres (2002) es súper emotiva. ¡Se nota que Peter Jackson está detrás a kilómetros!

El compositor de la película es, ni más ni menos, que James Newton Howard. Respecto a este hecho, a modo de anécdota, comento que la composición original estaba en manos de Howard Shore, otra eminencia en la materia. Sin embargo, renunció al proyecto debido a serias diferencias creativas con el director, Peter Jackson. De este modo, Shore dejó gran parte de la banda sonora compuesta y Howard simplemente se limitó a darle alguna que otra pincelada. Parece que el meritazo es completamente de Howard, pero no.

Curiosidades del rodaje

El rodaje y producción de la película King Kong está plagado de sucesos curiosos y fascinantes. Teniendo en cuenta que la duración del metraje se sitúa en torno a las tres horas, parece que la cantidad de material va a brindar, tanto por cantidad como por calidad. Por ello, voy a proceder a contar algunas de las muchas curiosidades que rodean la elaboración de esta película. ¿Preparados?

En primer lugar, es realmente interesante que la cámara que utiliza el cineasta Carl Denham en el metraje es una versión idéntica y antigua de la que se empleó en la versión de 1933. ¡Es una cámara de verdad, no es atrezo! De hecho, los papeles de guion que le da Jack a Carl cuando están en el barco a punto de zarpar es el guion de la primera película de King Kong.

Guion de la película original de King Kong de 1933
Guion de la película original de King Kong de 1933

Para las escenas de Ann Darrow (Naomi Watts) en la isla Calavera se emplearon un total de 28 camisones distintos (unos limpios, otros sucios, otros rasgados). Además, en una primera versión oficial del guion de la película, el personaje de Ann Darrow era la hija de un famoso arqueólogo cuyo asistente era el propio Jack Driscoll. ¡Nada que ver con la versión final! ¿No os parece?

El cineasta Peter Jackson hizo un guiño al escritor Joseph Conrad cuando el personaje de Jamie Bell coge de la biblioteca del barco un ejemplar de El Corazón de las Tinieblas. Según Jackson, la literatura de Conrad está muy unida al mar, al igual que este filme. La escena en cuestión es cuando Hayes le dice a Jimmy que tiene que educarse, ser listo y darse una oportunidad. Este fragmento ya lo hemos comentado anteriormente, pero me ha parecido interesante volverlo a reseñar.

Los Vastatosaurus rex que aparecen en la película tienen tres dedos en las manos. Esto es un guiño altamente sutil a la idea original de la versión de 1933 en la que se indicaba que los dinosaurios habían evolucionado hasta desarrollar un dedo más.

Fotografía del ficticio Vastatosaurus rex de isla Calavera
Vastatosaurus rex

También es interesante saber que la música que suena ante el público cuando King Kong es revelado en la función de New York es la partitura original del Score de la versión de 1933. Es más, el restaurante donde Denham invita a Darrow a comer al principio de la película es una versión preparada del restaurante donde Peter Jackson hizo las tres fiestas de estreno de la trilogía de El Señor de los Anillos. ¡Increíble!

Recordemos que la película favorita de Peter Jackson es King Kong, de 1933. Su adaptación hace muchos guiños a este metraje, pero no hace ninguno a la versión de 1976. La razón estriba en que Jackson odia profundamente esta versión del simio. El propio director aseguró, una y mil veces, tener total autoridad de los estudios de Universal para rodar la película con total libertad. ¡Cero exigencias por parte de la productora!

En el barco en el que los protagonistas llegan la Isla de la Calavera, el SS Venture, en la bodega donde están las jaulas de los animales, hay una que pone “Sumatra Monkey Rat”, que es el bicho responsable de la plaga de zombies de la película de Peter Jackson Braindead (1992).

Además, al principio del metraje, cuando Carl y Preston salen “pitando” de los estudios rumbo al barco, Carl busca una actriz para su película y le dice a (Colin Hanks): “Fay usa la 34”, ¿os acordáis? Pues bien, “Fay” se refiere Fay Wray, protagonista de la versión original, y la película de la que habla es King Kong (1933). En suma, Preston le dice que la susodicha actriz está grabando una película para RKO, la productora original. ¡Más claro agua!

Gracias a los avances tecnológicos, los actores de King Kong o sus dobles, no tuvieron que realizar las imposibles hazañas descritas en el guion. Las escenas en que los personajes luchan, caen, saltan, son llevados (o comidos) se hicieron mediante facsímiles totalmente digitalizados de los actores. Al igual que las maquetas, fueron escaneados antes de ser reconstruidos fotográficamente. Y aún os contaré más, la isla Calavera está creada digitalmente sobre maquetas en miniatura.

La entrega de Andy Serkis a sus papeles es conocida por todos, pero lo que pocos saben es que para preparar su interpretación como King Kong, el actor viajó a Ruanda para permanecer un tiempo con los gorilas del lugar y aprender sus gestos. En suma, el rostro del primate es a imagen y semejanza del mítico Copito de Nieve, gorila albino que vivía en el zoo de Barcelona. Andy Serkis estuvo observándole para copiar sus movimientos, pero el gorila falleció.

King Kong vs ¿Donkey Kong?

A comienzos de la década de los ochenta, uno de los personajes más populares del mundo de los videojuegos, Donkey Kong, estuvo a punto de esfumarse por un conflicto de derechos de autor entre Nintendo y Universal. Gracias al veredicto de un juez, este personaje se salvó, y además, se establecieron unos límites claros en cuanto a los derechos del copyright, así como los ingresos obtenidos por las obras derivadas (remakes y adaptaciones).

Donkey Kong, es un personaje de culto popular en los videojuegos de Nintendo, pero estuvo a punto de extinguirse por una fulminante denuncia que impuso Universal contra ella. El videojuego, lanzado en 1981, fue uno de los primeros juegos relativos al género de plataformas. El argumento es por todos conocido: Mario debe rescatar a una chica en apuros, Pauline, de las garras de un mono gigante, Donkey Kong. La simpleza del videojuego y su gran nivel de adicción provocó que se convirtiera en todo un éxito mundial.

Videojuego de Donkey Kong lanzado para Nintendo en 1981
Videojuego de Donkey Kong lanzado para Nintendo en 1981

Como consecuencia, tan solo un año después, el presidente de Universal y MCA, Sid Sheinberg, escuchó el nombre de este videojuego, y pidió a los abogados de la compañía que indagasen en el tema. ¡La cosa se pone caliente! Los letrados concluyeron en sus análisis que la trama del videojuego se basaba en King Kong, y por lo tanto, se trataba de una infracción del copyright de Universal, tanto por los personajes como por el escenario. ¡A cagarse!

Sheinberg también descubrió que Nintendo tenía acuerdos de licencias con grandes compañías de consolas y juguetes, entre ellas, una especialmente famosa por aquel entonces llamada Coleco. A priori, el crápula de Sheinberg intentó chupar del bote. Se reunió con el presidente de Coleco, Arnold Greenberg, donde le propuso invertir en la compañía y ser socios. Sin embargo, Greenberg se negó en rotundo. Por ello, el amigo Sheinberg amenazó a Coleco y a Nintendo, comunicando que serían demandados si comercializaban el videojuego de Donkey Kong.

Además, Universal envío un comunicado a Teleco y a Nintendo donde les daba 48 horas para cesar la comercialización del personaje, incluyendo no solo el videojuego, si no cualquier tipo de merchandising que hiciera referencia al título, así como todas las ganancias derivadas desde el lanzamiento. ¡Para flipar! El presidente de Coleco acabó aceptando un trato con Universal ante las amenazas, acordando pagar un 3% de los beneficios a Universal sobre el precio de venta neto del título en el mercado. Pero claro, ¿y Nintendo?

La compañía no cedió a las presiones, ya que el abogado de Nintendo, Howard Lincoln, vio que la postura de la empresa no era mala para luchar, y como colofón, se podía demostrar que no era una compañía cualquiera. Seguidamente, hubo una tensa reunión entre ambas corporativas. Mientras Universal sostenía que Donkey Kong había violado los derechos de King Kong, Nintendo defendía que había descubierto muchos usos sin licencia del nombre, y además, que los personajes de King Kong, así como la marca registrada de Universal sobre la misma era de menos de diez años. Al no haber acuerdo, Nintendo no cedió y Universal respondió con una demanda.

Comparativa de los personajes de kong de ambas compañías
El caso judicial entre Nintendo y Universal conmocionó al mundo

La demanda de Universal a Nintendo llegó unos meses más tarde a la fatídica reunión. Lincoln contrató a John Kirby, un gran abogado para representar a Nintendo en los tribunales. Investigó el desarrollo del juego, tomó declaración al diseñador del mismo, Shigeru Miyamoto, y al propio presidente de Nintendo, Hiroshi Yamauchi. Con tales testimonios, Kirby vio que había grandes posibilidades de ganar el litigio.

El juicio fue presidido por el juez Robert Sweet, en Nueva York y duró una semana. Durante el juicio Universal argumentó que Donkey Kong podría ser confundido con King Kong, y además, que la trama del juego era una clara infracción de los derechos de autor.

En contrapartida, Kirby fue capaz de mostrar diferencias clave entre ambos personajes. Alegó que Universal no tenía los derechos de los personajes de King Kong y que desde 1975, en una demanda anterior con RKO Pictures, había quedado demostrado que la trama de King Kong era de dominio público. ¡Anda que tiene narices el tema! Así las cosas, el juez falló a favor de Nintendo.

Tras ganar el conflicto legal, Nintendo presentó una contrademanda por daños y perjuicios. El juez Sweet dictaminó que Universal debía pagar a Nintendo 1,8 millones de dólares por gastos legales y pérdidas de ingresos. La sentencia favorable a la empresa nipona hizo posible que Donkey Kong pudiera continuar siendo el videojuego que es hoy. Y ya para terminar, el abogado que salvó a Nintendo en el juicio, el señor John Kirby, recibió en señal de agradecimiento un velero valorado en 30 mil dólares. ¡Casi nada!

Conclusión

Teniendo en cuenta todo el material comentado, se puede concluir que la adaptación de King Kong realizada por Peter Jackson en 2005 es una gran película. Muchas personas dicen que es una obra maestra, y no me malinterpretéis, el filme es bueno, pero aún habría que perfeccionar ciertos matices para que pudiera serlo. El romance descafeinado entre Naomi Watts y Adrien Brody, así como la duración de la película son los puntos más cojos.

Me gusta la manera en la que Jackson divide la historia en tres actos, pero es que son muchos los momentos sobrantes con personajes sin sentido, que hacen que la historia no avance mucho. Sobre todo, yo destacaría el primer acto, es decir, desde el comienzo de la película hasta la llegada al “paraíso isleño”. Aparte, son muchos los errores que tiene el filme, sobre todo, fallos de raccord (continuidad cinematográfica). No obstante, hay que ver la cinta varias veces porque a menudo pasan inadvertidos, así que tampoco la penalizo en exceso por ello.

El simio está muy cuidado, y gracias a eso, se sigue viendo muy bien en pantalla grande. Por ello, se puede decir que es una película que, tecnológicamente hablando, ha envejecido realmente bien. Cosa que no ocurre con la película que comenté en el anterior post: Men in Black, cuya crítica podéis ver aquí. Me ha parecido muy interesante hacer la reseña de estas dos películas porque, en bastantes puntos, son la antítesis la una de la otra.

Ambas películas exploran múltiples vertientes: ciencia ficción, humor, violencia, incluso terror. La diferencia está en que mientras Men in Black se queda a medias en todo, King Kong ahonda en todos ellos con pequeñas pinceladas, pero lo hace de tal forma que llena al espectador por completo. Peter Jackson dirige de tal forma que con contenidos dosificados y bien intercalados te quedas bien satisfecho.

En resumen, King Kong es una película muy completa en todos sentidos, llena de referencias a la versión original, rindiéndole culto y dejando claro cuáles son sus orígenes. Personalmente, creo que es una buena adaptación de la entrega original, y sin duda alguna, una de las mejores obras que componen la filmografía del cineasta Peter Jackson.

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