Portada de Indiana Jones y el templo maldito

Ficha técnica

Indiana jones templo malditoTítulo: Indiana Jones y el templo maldito

Título original: Indiana Jones and the Temple of Doom

Fecha de estreno: 5 de octubre de 1984

Duración: 1h 58min

Género: Aventura

Director: Steven Spielberg

Guion: Willard Huyck y Gloria Katz

Reparto: Harrison Ford, Kate Capshaw, Jonathan Ke Quan, Amrish Puri, Roshan Seth y Philip Stone

BSO: John Williams

Recaudación: 333,1 millones USD

Productoras: Lucasfilm y Paramount Pictures
Nota: 9.5

¡Muy buenas de nuevo, señoras y señores! Vamos a retomar las andanzas de uno de nuestros personajes de aventuras favoritos: el arqueólogo Indiana Jones. Por increíble que parezca, ya hace un año que comentamos la primera película de la saga: En busca del arca perdida (1981). Seguidamente, vamos a analizar Indiana Jones y el templo maldito (1984): la segunda entrega de la franquicia, una obra que como veremos más adelante, está muy en la línea de su predecesora, factor de especial mérito porque como se suele decir habitualmente “las segundas partes nunca son buenas”.

Debo confesar que a diferencia de otros filmes anteriores, esta sí es una producción que he visto más de una vez. De hecho, la he visto un total de ocho veces. No hace falta que diga que, para mí, es la mejor de toda la saga por múltiples razones. Estos motivos los expondré a medida que entremos en sintonía con las diferentes curiosidades que ofrece este largometraje. ¡Coged vuestros sombreros y látigos porque comenzamos!

Indiana Jones y el templo maldito: !fortuna y gloria!

Muchos igual no lo recordaréis, pero en el post del arca perdida dediqué un primer apartado a explicar cuál fue el origen de este intrépido aventurero. Dejo por aquí un enlace al apartado en cuestión, tanto para los nuevos lectores en caso de querer tener mayor contexto, como para los seguidores más veteranos en el supuesto de desear refrescar la memoria.

La trama comienza en Shanghái en el año 1935. Indiana Jones asiste a un club llamado Obi Wan, con el objetivo de conseguir una poderosa joya que está en manos de unos gánsteres muy peligrosos. Mientras el célebre arqueólogo y el líder de los mafiosos, llamado Lao Che, proceden a efectuar sus negocios, una popular cantante llamada Wilhelmina, cuyo nombre artístico es Willie Scott, recita su propia versión de la canción Anything Goes, compuesta por Cole Porter. Así las cosas, Indy se dispone a entregar al gánster un nicho con la cenizas de Nurachi, el primer emperador de la dinastía Manchú, a cambio de que Lao Che le entregue el diamante “Ojo del Pavorreal”, cuyo valor es incalculable.

Indiana Jones negociando con unos mafiosos
Escena de Indiana Jones negociando con los gánsteres

Como es de habitual, las negociaciones de Indy toman un rumbo cuanto menos pacífico, ya que se verán marcadas por amenazas, chantajes, peleas, disparos y hasta ¡un envenenamiento! Aplicando astucia e ingenio, el aventurero logra dar esquinazo a la malvada banda de sicarios de Lao Che y escapa del club con una nueva, pero no por ello inoportuna, acompañante: Willie. Al salir del local son recogidos por Tapón: el discípulo de Indiana Jones, un pequeño niño japonés que, como podréis ver en la película, goza de grandes habilidades.

El triunvirato consigue huir de los dominios de China en una avioneta de dudosa calidad. Durante el viaje, el aeroplano sufre un “desafortunado” accidente, que lleva a nuestros protagonistas a tener que saltar de ella estrepitosamente ¡en una barca hinchable! La balsa, cae por cascadas, ríos y acantilados. Finalmente, llegan a la India, donde un sacerdote, llamado Shaman, lleva a Indy y sus acompañantes a Maypore, un pequeño poblado que ha sido duramente azotado por la hambruna y la sequía.

Indiana Jones y sus amigos llegando al pueblo de Maypore
Indiana Jones y sus compañeros llegan al poblado de Maypore

El sumo sacerdote explica a Indiana que la desgracia de la aldea proviene del Palacio de Pankot, cuyo nuevo rey o Maharajá, es un adorador del mal. También le dice que los sirvientes del Maharajá han robado una piedra Shivalinga, una mística roca de río que mantenía fértil la tierra del poblado, y además, que han secuestrado a todos los niños. Ante tal trágica situación, los lugareños han orado en busca de salvación. El sacerdote afirma que las plegarias han sido escuchadas por Shiva, responsable de que Indiana llegase a Maypore.

Indy no tarda en descubrir que la piedra Shivalinga, es en realidad, una de “las piedras de Shankara”. Según la tradición religiosa hindú, el poderoso dios Shiva entregó a un sacerdote, llamado Shankara, un total de cinco piedras sagradas con poderes mágicos en la cima del monte Kalissa para que combatiera al mal. Paralelamente, existe el mito de que dichas piedras brillan cuando están juntas debido a que contienen diamantes en su interior. Por esa razón, esta la creencia popular de que aquel que consiga reunirlas todas obtendrá “fortuna y gloria”.

Indiana Jones le cuenta a Willie la leyenda de Shankara
Indiana Jones le cuenta a Willie la leyenda de Shankara

Ignorando las quejas de sus dos compañeros de viaje: Willie y Tapón, Indy decide emprender la marcha hacia el enigmático palacio, donde son recibidos por Chattar Lal, el primer ministro del Maharajá. La visita del arqueólogo coincide con la del capitán Phillip Blumburtt, un militar británico que se encuentra junto con sus tropas realizando una inspección rutinaria al palacio. Ante tales encuentros, se decide preparar un gran banquete a los visitantes, que es presidido por el Maharajá en persona, Zalim Singh, quien tan solo es un niño.

Indy hace hincapié sobre las actividades de la secta Thuggee, un grupo de fanáticos que antiguamente ofrecía sacrificios humanos a la diosa Kali. Según Indiana, las tierras donde se encuentran, incluido el palacio, eran lugares donde a menudo solían llevar a cabo este tipo de atrocidades. Y para echar más leña al fuego, le asegura al ministro que la asolación que experimenta el poblado de donde vienen: Maypore, es consecuencia directa de “un maleficio” que ha despertado de nuevo en Pankot. Estas declaraciones no son bien recibidas por Chattar Lal, quien afirma que esas palabras no son más que “cuentos de lugareños, miedo y folclore”.

Indiana Jones conversando con el ministro Chattar Lal y el capitán Blumburtt
Indiana Jones conversando con el ministro Chattar Lal y el capitán Blumburtt

Tras concluir el banquete, extraños y perturbadores sucesos comienzan a suceder en el palacio. Un esbirro de la secta Thuggee intenta asesinar a Indy en su habitación, motivo por el cual, el aventurero avisa a Willie y a Tapón de que tienen que escapar. Durante la huida, encuentran un pasadizo secreto que conduce al “templo maldito”, un sitio volcánico donde los Thuggees, liderada por el sacerdote Mola Ram, realiza sacrificios humanos. La secta ha reunido tres de las cinco “piedras Shankara”, objetos que le darán a su poseedor un gran poder. A la facción también pertenece el primer ministro, quien tiene hechizado al Maharajá. ¡Los problemas se acumulan para nuestros protagonistas!

Indiana Jones en el templo maldito viendo un sacrificio humano
Indiana Jones descubre el templo maldito

Indy se pone manos a la obra y sustrae las tres “piedras de Shankara” del altar principal del templo. Durante el proceso descubre que los niños desaparecidos del pueblo de Maypore están trabajando como esclavos de la secta Thuggee, cavando a diestro y siniestro en una mina para conseguir las dos piedras restantes. Si el sacerdote Mola Ram las logra obtener… ¡su poder será inimaginable! Indy tendrá que sacar fuerzas de flaqueza para lograr rescatar a los niños martirizados y recuperar la piedra sagrada que le fue robada al poblado.

Para conseguirlo, Indiana tendrá que enfrentarse a todo tipo de situaciones peligrosas: desde ceremonias de sacrificio humano hasta trepidantes persecuciones en vagoneta. No obstante, a su lado se encuentran dos leales escuderos: Tapón y Willie, que demostrarán ser muy buenos ayudantes en los momentos más críticos. ¿Conseguirá Indiana salir airoso de todos estos problemas? ¿Es cierto que esas piedras preciosas esconden realmente fortuna y gloria? Visionar Indiana Jones y el templo maldito es la mejor respuesta a esas preguntas.

Escena icónica de Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Escena icónica de Indiana Jones y el templo maldito (1984)

Una fórmula nueva de reparto

Indiana Jones y el templo maldito es una película que destaca por muchos aspectos. El primero de todos ellos es que tiene una temática mucho más oscura que el resto de entregas que conforman la saga. El por qué es una cuestión que voy a dejar para más adelante. El segundo suceso que la hace destacar bastante es el reparto de actores con el que contó. Si con esta segunda aventura, el público esperaba conocer más en profundidad a personajes como Marion (Karen Allen) o Sallah (John Rhys-Davies)… ¡se llevó una buena decepción!

Fotografía de los actores de Indiana Jones y el templo maldito (1984)
El elenco de actores de la película fue totalmente renovado

En relación a lo comentando en los párrafos anteriores, Indiana Jones y el templo maldito, no solo desplaza el núcleo de acción a la India, sino que además, lo hace volviendo atrás en el tiempo. Recordemos que la historia que se narra en esta secuela tiene lugar en 1935, mientras que la búsqueda del arca de la alianza ocurre en 1936, es decir, un año después. Por consiguiente, aunque el arca perdida salió cronológicamente antes, es una secuela del templo maldito.

“Volver al pasado” fue una buena estrategia para hacer borrón y cuenta nueva, ya que así, ningún espectador podía hacerse una idea de qué es lo que iba a ver en la película. Y para más inri, a todo este halo de innovación se suma un reparto de personajes completamente diferente. La razón que explica todos estos cambios estriba en que George Lucas no quería repetir la misma fórmula, y además, no deseaba de nuevo a los nazis como antagonistas.

Fotografía del reparto principal de Indiana Jones y el templo maldito (1984)
El reparto de Indiana Jones y el templo maldito (1984) fue totalmente renovado

Al igual que sucedió en la primera entrega de la franquicia, Harrison Ford continuó manteniendo un nivel de actuación muy cuidado y a la altura de las circunstancias. La diferencia estriba en que en esta precuela, el intrépido arqueólogo se ve envuelto en una problemática de índole mucho más psicológica y emocional que la que vimos en la secuela del arca.

Un matiz muy importante de este metraje es que Indy no decide embarcarse por voluntad propia en la misión, sino que se ve “arrastrado” a ella debido a una serie de sucesos, que son cuanto menos, fortuitos. A lo largo de la cinta, el cable se va tensando más y más, hasta que llega el momento en el que Indiana tiene que decidir entre sus intereses personales o aquello que es lo correcto. En esta película su personaje explora varios planos emocionales, y Harrison demostró saber estar a la altura en todos.

Si hay que combatir… ¡se lucha! Si se tiene que hacer en algún momento de malo, pues se hace. ¿Hay que mostrar arrepentimiento? “¡Oído cocina!”. ¿Es el momento de hacer algún chiste o de mostrar valentía? Pues a fuego con ello. En resumen, esta película sirve para mostrar más a fondo la profundidad psicológica del personaje, y con la actuación de Harrison Ford, la verdad es que no hay lugar a dudas. ¡Excelente interpretación!

Fotografía de Harrison Ford en el papel de Indiana Jones
Harrison Ford hizo una buena interpretación de Indy en el templo maldito

El siguiente personaje a analizar es el de Tapón, también conocido como Short Round. Los adjetivos que mejor describen esta figura son leal y fiel. ¡Tenemos ante nosotros al discípulo de Indiana Jones! Este personaje es interpretado por Jonathan Ke Quan, un actor de origen vietnamita que saltó a la fama por hacer papeles de niño durante la década de los ochenta.

Sus proyectos más destacables, aparte de esta película, son sus intervenciones en cintas como Los Goonies (1985) y Todo a la vez en todas partes (2022). Pese a tener una filmografía bastante corta tiene bastantes galardones, ya que en Indiana Jones y el templo maldito recibió el premio al artista más joven, y en Todo a la vez en todas partes recibió tanto un globo de oro y como un Óscar al mejor actor de reparto. ¡Ahí es nada! La interpretación de Tapón en esta película es como beber una bebida alcohólica que de primeras te sabe dulce, pero al final te queda un toque amargo.

Personalmente, quizás es porque la he visto varias veces. La cosa es que las intervenciones de Tapón me cansan cada vez más. Tiene momentos dignos de recuerdo como la conducción caótica por las calles de Shanghái o la liberación de los niños esclavos en la mina. Sin embargo, cuando empieza a decir cosas como “mucho divertido”, “mucho mojada”, “yo no tiene culpa, no culpa” o “ser mala noticia, tú escucha Tapón y tú vivir más” ¡me pone muy nervioso! Y para colmo, tiene el vicio de darte con la manita mientras te da el sermón. Es una opinión, pero a mi me dan ganas de crujirle.

Personaje de Tapón montado en un elefante
Jonathan Ke Quan en el papel de Tapón

Luego tiene momentos de valentía, e incluso de picardía, que contrarrestan con estos matices y dejan su apariencia en el equilibrio. En resumen, el personaje no resulta del todo cargante, peligro que corría, y se compenetra con el personaje de Indy “como una corbata al cuello”, es decir, queda bien a pesar de que en ciertas ocasiones empalaga. Lo cierto es que también tiene intervenciones en momentos críticos de la trama, acciones que de no realizarse, la cosa hubiera terminado en desastre. ¿Os acordáis de la escena del muñeco vudú?

Tapón e Indiana jugando al poker
Tapón e Indiana Jones jugando al póquer en la selva

Seguidamente, tenemos a Kate Capshaw dando vida a la popular cantante americana Willie Scott. Para el papel del personaje femenino, se pensó en la idea de que en cada película, Indy tuviese una acompañante distinta. Este es un pensamiento muy en línea a la saga de películas del agente James Bond, siendo George Lucas el más insistente en este dogma. La verdad es que la actriz hace una interpretación muy buena de mujer engreída e histérica.

Sus diálogos, pese a ser quizás algo breves, han dejado algunos momentos muy icónicos en la película. Así las cosas, fragmentos como el rescate que protagoniza en la trampilla del pasadizo, la turbulenta travesía en elefante, el ritual del sacrificio, el momento del banquete indio con las serpientes “con sorpresa”, “la sopita corriente” y el “sorbete de sesos de mono” son momentos destacados. ¡Esta escena ha quedado en el recuerdo de todos! Paralelamente, merecen especial mención las conversaciones entre Indy y ella acerca de lo que son los hombres y las mujeres fáciles o sobre las investigaciones nocturnas y “las prácticas sexuales primitivas”.

La guerra de sexos, aunque ahora pueda parecer machista, funciona bastante bien como reducto del humor y hay que valorarla en su contexto temporal. Sencillamente, son dos personajes antitéticos que se atraen como polos opuestos que son. Sin embargo, es aquí donde reside el encanto de saber combinar este tipo de cosas. Es un personaje que, aunque da bastante la coba, contribuye al equipo cuando se le necesita, teniendo así, sus momentos de gloria.

Kate Casphaw en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Kate Casphaw interpreta a la cantante americana Willie Scott

A continuación, procedemos a analizar los personajes antagonistas de la historia. El primero, y prácticamente único, es el sacerdote de la secta Thuggee: Mola Ram, interpretado por el ya fallecido actor indio Amrish Puri (1932 – 2005). Sin duda alguna, estamos ante el villano más oscuro de todas las películas que conforman la saga. Básicamente, es un ferviente adorador de la diosa hindú de la muerte, conocida como Kali, a la que le ofrece sacrificios humanos con el fin de obtener ayuda para encontrar las “piedras de Shankara” que le quedan.

A lo largo de sus apariciones, se vislumbra un hombre cruel, insensible, sádico, psicopático y hambriento de poder. Disfruta torturando y haciendo sufrir a otros, sacrificando a inocentes de maneras horribles. Además, secuestra y esclaviza a niños inocentes para apoyar su causa. Por consiguiente, el actor hizo una actuación que puede definirse como la personificación del mal. Honestamente, es el enemigo que menos aparece, pero es el que más calada hace en el espectador con diferencia.

Si hay algo a destacar, diría que su risa malvada es lo más reseñable. Pese a ser una risa que simboliza mal, también tiene gracia oírla. En este orden de cosas, la escena del puente es un buen ejemplo: “tíralas Dr. Jones, a ellas las enontrarán. ¡A ti no!”. En resumen, muy buena actuación por parte de este hombre.

El sacerdote Mola Ram en Indiana Jones y el templo maldito
Amrish Puri en el papel del sacerdote de culto Mola Ram

Finalmente, tenemos al resto de personajes de la historia, de los cuales no puedo decir mucho porque no aparecen mucho en escena. Quizás, el más recordado es el ministro del Maharajá: Chattar Lal, interpretado por el mítico actor Roshan Seth. Lo único que puedo comentar de él son sus dones para manipular y crear auténtica antipatía. Se ofende cuando Indiana le cuenta todos los sucesos que le han llevado a acudir al palacio de Pankot, mientras que él reniega y tira por tierra todas las opiniones.

Aparte de demostrarse que es corrupto, se descubre que no es otra cosa que un simple títere a manos del sádico hechicero Mola Ram, factor que le hace mucho más lamentable. Tiene una intervención muy concisa y breve, pero suficiente para que desees que lo ofrezcan como sacrificio por lo mentiroso y traidor que es. Punto positivo para el actor porque su objetivo lo consiguió.

Después de él, me vienen a la mente figuras como el Maharajá del palacio Zalim Singh, interpretado por Raj Singh. Se le ve un rey noble que desea lo mejor para su reino, pero muy ingenuo, débil y manipulable. La razón principal estriba en que es un niño que no ha alcanzado la madurez. Y a eso se le suma, el “ministro” que tiene de leal consejero. ¡Menuda pieza! Por ese motivo, acaba convirtiéndose en un peón de la secta, y en última instancia, en un daño colateral. Menos mal que Tapón le pone en su sitio…

Para concluir este apartado, he dejado para el final al líder del poblado, Shaman. ¿Le recordáis? Es un personaje de apariencia física un tanto siniestra, pero en realidad, es la pieza angular de toda la película, puesto que es él quien le cuenta a Indiana todas las penurias por las que está pasando su aldea. Además, le dice que él es el salvador que ha enviado Shiva como respuesta a las plegarias de los lugareños. Shaman es quien “obliga” a Indy a cumplir con la misión.

El sacerdote Shaman en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Shaman es el engranaje motriz de la segunda entrega de Indiana Jones

Digitalización gráfica y banda sonora

El siguiente apartado a analizar de esta producción son los efectos especiales utilizados, así como la banda sonora. Puede que a nivel de argumento, sea más dudoso establecer cuál de las dos es mejor: la primera o la segunda. No obstante, a nivel de CGI y maquetación creo que gana esta. No en vano pasaron tres años entre ambas películas. Y es que para ser de 1984, se ve muy bien incluso en calidades de video altas. ¡Fijaros que imágenes!

Hay diversas escenas en el metraje que evidencian estas afirmaciones: la primera de todas ellas es la introducción de la película. Personalmente, creo que es la mejor apertura de todas las que conforman la franquicia. Aspectos como la ambientación, el vestuario, las letras de los créditos, la transformación de la montaña icónica de la compañía de Paramount Pictures en el logotipo del gong, etcétera. ¡Sencillamente increíble! Por cierto, hablando de prólogos, como curiosidad os diré que el rótulo de Indiana Jones solo lo vemos en esta entrega de la saga. ¡No vuelve a aparecer más!

Cabecera de Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Cabecera de Indiana Jones y el templo maldito (1984)

Otra escena bastante memorable es el momento en el que nuestro triunvirato de protagonistas tiene que saltar del avión que se ha quedado sin combustible antes de que choque contra la montaña. Las secuencias de la balsa inflándose y de los rápidos son asombrosas para la época. Los planos están muy cuidados y perfectamente medidos. Digamos que, simplemente, la cámara está donde tenía que estar para conseguir la mejor toma. Hay que aplaudir al señor Steven Spielberg por el trabajo que hay detrás de esta película.

La ambientación de la trama, así como la escenografía de los paisajes, contribuyen a crear una puesta en escena mucho más cautivadora. ¿Os acordáis de las tomas durante el viaje del poblado a Pankot? No me digáis que no es pura maravilla. Y eso por no hablar de la recreación del palacio, que es muy aproximado a la esencia de la cultura india. Claramente, hubo gran trabajo y mucha investigación para conseguir estos resultados.

Escena del viaje en elefante al palacio de Pankot
Escena del viaje en elefante al palacio de Pankot

En líneas generales, se puede afirmar que está todo bien atado, aunque cuenta con algunos fallos de Raccord o continuidad cinematográfica, que son ciertamente evidentes, pero que no suponen ningún problema. Por ello, podemos considerarlos despreciables. La recreación del interior del templo maldito, así como la del puente de madera, también están muy bien hechas. ¡Qué tensión cuando Tapón está punto de caerse al río infestado de cocodrilos! Esta parte del filme es otro de los motivos por los que me enganché a las aventuras de este personaje tan icónico.

Escena de la ruptura del puente de madera en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Escena de la ruptura del puente de madera

Llegados a este punto, he dejado para el final “la joya de la corona”: la persecución en la mina con las vagonetas. Ese momento es arte en estado puro, y no hay palabras para describir la emoción que el espectador experimenta. El equipo de producción tardó semanas en construir todo ese set de rodaje para filmar las escenas que vemos en pantalla. Lo mejor de todo es cuando Indy no para de gritar “agua”, y de repente, como si Shiva le escuchase, le proporciona un olón “al estilo Deep Impact”. Esta es una secuencia de acción que refleja muy bien el cine de los años ochenta.

Imagen del rodaje de la escena de mina en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Secuencia de la persecución con vagonetas

En cuanto a la banda sonora, la verdad es que no puedo decir mucho más de lo que dije hace un año. Teniendo en cuenta que John Williams sigue siendo el cerebro artífice detrás de la música, poco más hay que añadir porque los hechos hablan por sí solos. Sí que es cierto que, pese a que la esencia del espíritu de la secuela se sigue manteniendo, sobre todo en la banda sonora principal, la música se torna más tenebrosa para enfatizar la oscuridad del argumento.

Esto es, precisamente, lo que más destacaría de la música de esta entrega, esa adversatividad entre la aventura y la oscuridad que tanto se marca en la ambientación y argumento del largometraje. Por lo demás, otra gran composición en el historial de este gran compositor.

Ojo, que se me olvidaba, hay que enfatizar la brillante actuación que hizo Kate Capshaw al cantar el tema introductorio de la película: Anything Goes. ¡Vaya gran voz tenía la actriz! Y qué barbaridad el baile de sus bailarinas al ritmo de la orquesta. Sin lugar a dudas, de todas las pistas de la banda sonora de Indiana Jones y el templo maldito, esta es la ganadora. Ni un enfermo de alzheimer podría olvidar este regalo visual y acústico. De hecho, Kate se tuvo que aprender la letra en chino. ¡Fijaros qué trabajo!

Escena del baile inicial en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
La banda sonora de la película es una composición extraordinaria

En la oscuridad del templo maldito

La película que hoy nos ocupa tiene un sinfín de datos curiosos. Está plagada de diversas referencias históricas, ciertos agujeros de guion y algún que otro error de continuidad cinematográfica. A continuación, vamos a desvelar algunos de los aspectos más curiosos que rodean tanto la historia como el rodaje de este metraje. ¡Empezamos!

La primera curiosidad a comentar es que la aventura de Indiana Jones en el templo maldito ocurre en 1935, mientras que lo acontecido con el arca perdida tiene lugar en 1936. El motivo por el que se tomó esta decisión es porque George Lucas no quería tener otra vez a los nazis como enemigos de Indy. La cosa es que en un solo año de diferencia la cosa cambia más bien poco. Por consiguiente, no tiene mucho sentido. Podría haberse ambientado en 1937, cuando en Oriente Medio todavía no había nazis.

El siguiente dato interesante es que Steven Spielberg quiso dirigir en varias ocasiones una película del agente secreto del MI6 James Bond, alias 007. Lamentablemente, nunca le dejaron, así que decidió hacer un guiño a esta famosa saga de películas con la escena inicial del filme: la introducción musical de Anything Goes, junto con las negociaciones turbulentas entre Indiana y los mafiosos en el club Obi Wan. De hecho, el smoking blanco que lleva Harrison Ford es una referencia al que llevó Sean Connery en GoldFinger (1964), casualmente, veinte años antes. ¿Meras coincidencias?

La referencia del nombre del club Obi Wan al famoso maestro Jedi de la saga Star Wars no es ningún secreto. Sin embargo, lo que sí es curioso es el error histórico que hay con las cenizas de Nurachi, ya que según el guion, era el primer emperador de la dinastía Manchú. Lamentablemente, esto es falso porque Nurachi era en realidad un kan, que entre otras cosas, unificó Manchuria. Realmente, fue el hijo de este, Hung Taiji quien fue emperador desde 1636 a 1643, y además, creó la dinastía. ¡Interesante eh!

En relación a esta escena, está el tema del antídoto. Recordemos que Indy entrega las cenizas del emperador a cambio de que Lao Che entregue el diamante “Ojo del Pavorreal”. La cosa está en que Indiana bebe de una copa que está envenenada. Entonces, si el objetivo de los mafiosos es acabar con Indy… ¿para que se traen el antídoto bueno? ¿No sería mejor traer uno falso? A mí llamadme loco, pero esto es totalmente ilógico. Además, está la imprudencia de Indy de beber de copa ajena. ¡Realmente curioso!

Es más, a este error de la secuencia también tenemos que sumar la participación sorpresa de un invitado del equipo de producción. Si veis la película, aparece cuando Indiana “empuja” la silla de Willie después de que ella casi le derrame la copa. ¡Gazapón gordo al canto! Y eso por no hablar de los instrumentistas omnipresentes, el vendaje de la mano del sicario que cambia solo, la parte del gong en la que Willie se teletransporta, etcétera. Como he dicho, hay varios errores de continuidad geográfica.

Un miembro del equipo de producción mueve la silla de Willie
Un miembro del equipo de producción mueve la silla de Willie

Otra “coincidencia” tiene lugar cuando tanto Indiana como Willie caen por la ventana del club, atravesando distintos toldos que amortiguan la caída hasta caer en un coche blanco, conducido por Tapón. La gracia del suceso reside en que “mágicamente” aparca debajo del punto de caída. Como ya dije anteriormente, Tapón es un personaje con diversas habilidades. ¡Ah por cierto! Echad un ojo a la parte en la que el coche se pone detrás de una pareja que va montada en un carrito. ¿Ya me diréis si veis algún que otro poltergeist raro?

Rescate de Tapón a Indiana Jones y Willie Scott en el coche
Rescate de Tapón a Indiana Jones y Willie Scott en el club Obi Wan

También es interesante mencionar los fallos de navegación en el mapa que podemos observar minutos después a la captura anterior. El avión sale de China en dirección a la India. El recorrido que realiza el aeroplano es por el sur del país, y no por el norte, que es donde está la mítica Gran Muralla China, cerca de la frontera con el país de Mongolia. Sin embargo, hay un fotograma de la película donde aparece la avioneta con el fondo del susodicho monumento. Por ende, aquí tenemos otro pequeño error, en este caso geográfico.

Me parecen fantásticas dos cosas: la primera que los mandos de la aeronave son, literalmente, “volantes de coche”, y la segunda que la avioneta explota habiéndose quedado previamente sin combustible. Los americanos deberían aprender que si los vehículos se estampan sin gasolina… ¡no explotan! Además, si reproducís la escena de la colisión lentamente podréis ver que la colina parpadea. ¿Tenía miedo la montaña? Gran pregunta, mejor respuesta…

Escena del mapa en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
Indiana Jones y el templo maldito tiene diversos errores históricos y geográficos

El fragmento del viaje en elefante hasta el palacio de Pankot podría resumirse como un conjunto de sketches en los que Willie no para de hacer el payaso, llorar, gritar y quejarse. ¡Qué cruz de mujer! Ahora bien, quien en realidad no disfrutó nada fue Harrison Ford. ¿Os acordáis de la escena en la que un sicario de la secta Thuggee ataca a Indy en su habitación? Hay un momento en el que Ford da una voltereta hacia atrás y choca su espalda con el suelo.

Cuando ocurrió, el actor pegó un grito que se oyó por todo el set. ¡Se lesionó de la espalda a la altura de la espina dorsal! Tras unas semanas de reposo, se rodó la travesía con los elefantes y Harrison se cayó al suelo desde uno de ellos. Sufrió una fractura de vertebras, agravada por las dolencias previas de la escena que he comentado antes. Por ello, tuvo que ser operado de urgencia. ¿Fortuna y gloria? Mis cojones.

Para concluir los “problemas elefantísticos”, ¿tenéis en mente la escena en la que acampan en mitad de la jungla, cuando juegan Tapón e Indy al póquer? Pues bien, el traje que Kate coloca en una rama de árbol para que se seque fue devorado en parte por uno de los elefantes, y como el equipo de producción iba escaso de material para fabricar otro, sobre todo de lentejuelas, la actriz no se lo pudo poner más en el resto de la película. Lo dicho, en esta cinta hubo de todo menos fortuna y gloria.

Escena de los elefantes en Indiana Jones y el templo maldito (1984)
La secuencia de los elefantes fue bastante complicada de grabar

La siguiente cosa interesante es la llegada al palacio de Pankot, con la escena de “la última cena”. El primer matiz curioso es que Indy saca su ropa de profesor de la nada, como el mago que saca al conejo de dentro de la chistera. Y para colmo están las gafas. Si observáis detenidamente la peli, solo las lleva durante la cena, que por cierto… ¡menuda cena! Cada plato que sacan es peor que el anterior. Supongo que las gafas se las puso para asegurarse de que no estaba soñando y de que veía bien la basura que servían ¿Os imagináis comer en un sitio como ese? ¡Qué siniestro!

Estas escenas, al igual que otros aspectos de la India, como los rituales, la esclavitud, los sacrificios, entre otros, hicieron que la película fuese prohibida en ese país. El hecho de enseñar al mundo una cultura tan, aparentemente, primitiva fue considerado un insulto. ¡Ahí es nada!

Aprovechando el tema del banquete, he escuchado en diversas ocasiones decir que el papel del capitán Blumburtt (Philip Stone) está totalmente injustificado. Aquí depende mucho de con qué cara miremos la moneda. Desde el punto de vista narrativo, más allá de las escenas finales en las que los soldados británicos matan a disparos a los fanáticos de la secta Thuggee, poco más es la participación la verdad.

Ahora bien, históricamente hablando, durante los años treinta la India todavía era una colonia de Gran Bretaña, y dada la situación que había ahí, a Inglaterra le interesaba controlar las actividades que se hacían. Cuando dice el capitán que están realizando una inspección, claramente, encaja. Lo que no es correcto, curiosamente, es lo que le dice Chattar Lal a Indy sobre el sultán de Madagascar que le quería cortar sus partes nobles.

Un sultán es el nombre que recibían los reyes islámicos. Madagascar fue territorio libre hasta que Francia lo convirtió en colonia en 1890, y así permaneció hasta 1960, etapa culmen de la descolonización y del fin del imperialismo. La aventura de nuestro amigo Indiana Jones en el palacio de Pankot data de 1935. En otras palabras, no había ningún sultán en esos tiempos.

En relación a esto, Indiana Jones y el templo maldito es la entrega más siniestra de toda la saga. La razón estriba en que tanto Spielberg como Lucas estaban pasando por divorcios y separaciones amorosas. Es más, el propio Spielberg atestiguó que esta segunda película es la que menos le gusta precisamente por eso, por el clima tan sombrío que se aprecia en ella. La buena noticia es que fue en el rodaje de este metraje donde él y Kate Capshaw se conocieron. Finalmente, pasaron por el altar en 1991, así que no hay mal que por bien no venga.

También es interesante saber que, prácticamente al final de la película, hay una referencia muy curiosa a Star Wars episodio IV – una nueva esperanza (1977). ¿Recordáis la escena en la que Indy lucha contra dos esbirros de la secta Thuggee, los persigue gritando, y tiene que salir huyendo porque después le viene una oleada de ellos? Pues bien, esta escena es una referencia al momento en el que Han Solo y Chewbacca persiguen a dos soldados imperiales para luego tener que salir de estampida. Por cierto, hablando de Star Wars, ¿sabíais que la fallecida actriz Carrie Fisher (1956 – 2016) gastó a Harrison Ford una broma en el set de rodaje?

La escena de la persecución en vagonetas por los túneles del templo maldito no era una escena para esta película. Inicialmente, fue pensada para ser incluida en el guion de la primera aventura, pero no sabían como introducirla en la trama sin que quedase forzada. Por ello, decidieron introducirla en esta entrega. Lo realmente interesante es que en algunos momentos de la escena podemos apreciar cómo los actores fueron reemplazados por maniquíes.

Escena de las vagonetas con muñecos
Escena de las vagonetas donde se pueden apreciar los maniquíes

En relación a la lesión de espalda que sufrió Harrison Ford a causa de la caída del elefante, la escena de la pelea entre Indiana y el jefe de los secuaces de Molan Ram en la cinta transportadora, fue realizada por su gran doble de acción: Vic Armstrong. Es más, como dato curioso para concluir, os comunico que En busca del arca perdida e Indiana Jones y el templo maldito se estrenaron en España el mismo día: 5 de octubre, pero en lógicamente en años distintos, 1981 y 1984, respectivamente. ¡Resulta impensable la de cosas curiosas que esconde el universo de Indiana Jones!

Steven Spielberg junto con Harrison Ford y Vic Armstrong
Steven Spielberg junto con Harrison Ford y Vic Armstrong en el set de rodaje

Conclusión

Indiana Jones y el templo maldito (1984) es una película que, como hemos podido ver a lo largo del post, goza de un gran espíritu de aventuras y acción. Sin embargo, es una cinta cuyo argumento la hace ser un producto más oscuro y sombrío que el resto de películas de la franquicia. De hecho, ya os aseguro que es el metraje que más se aleja del canon propuesto por la primera entrega de la saga. Esta producción posee una identidad propia que la hace ser una precuela a la altura de la primera. Por esta razón es la que más me gusta. ¡Ofrece una visión completamente diferente de Indiana Jones!

Son muchos los que la consideran la peor de todas las que conforman la trilogía original, precisamente por ser la más turbulenta y la más violenta. Estos aspectos hicieron, en un principio, que fuese penalizada por la crítica. Sin embargo, con el transcurso del tiempo ha ido mejorando, y al igual que su antecesora, ha envejecido de un modo sobresaliente. Tiene algunas erratas históricas, alguna laguna de lógica, y por supuesto, alguna que otra “sobrada” que cuando la ves dices: ¿qué acabo de ver? Pese a todo, estamos en la ciencia ficción y puede pasar de todo, así que estas locuras no pueden considerarse errores tampoco.

Escena del banquete en el palacio de Pankot
Escena del banquete en el palacio de Pankot

Al igual que sucedió con la película que comenté la semana anterior, la primera entrega de la trilogía de Spider-Man, este filme tampoco es recomendado para el público infantil, y con bastante diferencia con respecto a la primera. Así que, vuelvo a poner sobre la mesa el mismo consejo del visionado previo. Es más, esto también lo puse en el post de los cazadores del arca, pero lo cuento de nuevo por si ayuda. Estas dos pelis estuvieron marcadas por “discusiones” entre, por un lado Spielberg y Lucas, y por el otro, la Motion Picture Association (MPA), la organización de EEUU encargada de etiquetar las películas a la audiencia en base a su contenido.

Había un “vacío legal” entre el público infantil (etiqueta PG) y los menores de 17 años, que debían sí o sí ir acompañados de adultos (etiqueta R). Fue el propio Spielberg quien convenció a la institución de que añadieran otra franja más: el PG-13, rango en el que cayó esta entrega. De no ser así, hubiera sido clasificada con la última franja y solo la hubiera podido ver el público adulto. Escenas como la del sacrificio humano, los insectos o la trampa del pasadizo casi la “condenan”.

Indiana Jones es una de las colecciones de aventuras más sólidas y divertidas que he visto, teniendo en cuenta todo el cómputo global de la franquicia. Con la primera entrega de la saga, Spielberg ya dejó que caer que Indy iba a ser un personaje que iba a perdurar en nuestras memorias. Con esta continuación revindicó todavía más este hecho, ya que el templo maldito no es otra cosa que un festival de comedia, acción, miedo y aventura. Sin duda alguna, aquel público que pudo disfrutar de esta película en 1984… ¡sí que encontró fortuna y gloria!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *