Portada de la película El regreso de la momia (2001)

Ficha de la película

El regreso de la momia 2001Título: El regreso de la momia

Título original: The mummy returns

Fecha de estreno: 18 de mayo de 2001 (España)

Duración: 2h 10min

Género: Aventura y ciencia ficción

Director: Stephen Sommers

Guion: Stephen Sommers

Reparto: Brendan Fraser, Rachel Weisz, John Hannah, Arnold Vosloo, Dwayne Jhonson, Oded Fehr y Patricia Velásquez

BSO: Alan Silvestri

Recaudación: 435 millones USD

Productoras: Universal Pictures
Nota: 7.0

Muy buenas, queridos amigos. ¡Estamos de celebración! El blog cumple su primer año “en antena“. ¡Cuántas cosas han pasado y cuánto hemos aprendido! Esta vez os vuelvo a insistir con el tema cinematográfico, y es que con motivo del cumpleaños del blog, he pensado continuar con el post que dio origen a todo.

El primer contenido que publiqué fue una crítica a la película La momia (1999), el inicio de la popular saga de aventuras que lleva su mismo nombre. Un año después, os traigo la segunda entrega de la franquicia. Me parece una forma bastante acertada de cuadrar ambos sucesos. Que suenen los clarines y los timbales porque… ¡empezamos!

Las segundas partes ¿nunca son buenas?

El regreso de la momia (2001) es una película del género ciencia ficción y aventuras que fue estrenada dos años después de su precuela original. Este filme tiene algunos matices interesantes que comentar, tanto buenos como malos. Si bien es cierto que la primera entrega es una obra del séptimo arte para quitarse el sombrero, esta segunda parte, pese a que es también bastante entretenida, dista años luz de la calidad de su antecesora. De hecho, esta es una decisión muy ecuánime entre aquellos que la han visto.

No es que sea en absoluto una mala película. Simplemente, me atrevería a decir que no estuvo tan mimada como la precuela. Es una continuación más que aceptable, pero de originalidad, guion, y sobre todo, de efectos especiales anda un poco menos holgada. Si hay algo que tengo que remarcar es que el guion es algo descafeinado. Presenta dos historias separadas que Sommers intenta empalmar con pinzas, y el resultado es que no terminan de convencer ninguna de las dos. Esta falta de solidez argumental se “contrasta” con más escenas de combate y acción. ¡No se escatimó en violencia!

Ejemplo de escena de acción de la película El regreso de la momia (2001)
Ejemplo de escena de acción de la película

El “cuento” entre Imhotep y Anck-Su-Namun ya lo tenemos bastante trillado de la primera parte. Pues bien, eso no importa porque Sommers vuelve a echar mano de esa carta, aunque con menos empalague. ¡Todo hay que decirlo! La incorporación del rey Escorpión como antagonista no está mal, pero el cómo lo hacen es lo que no termina de cuajar. El vínculo entre ambas historias no está maduro. Por ello, estamos ante una película comercial y taquillera, pero con una calidad bastante inferior a la recreación original. Es un filme que explora diversos temas, así que vamos a ir despacito y con buena letra. Así las cosas, vamos a comenzar por comentar brevemente la nueva aventura de la familia O’ Conell.

El regreso de la momia

Hace unos 5.000 años, un voraz guerrero conocido como el rey Escorpión reunió un poderoso ejército con el fin de conquistar todo el mundo conocido. Tras siete años de sangrienta campaña, la infantería del rey Escorpión fue desterrada al desierto de Ahm Shere. Uno a uno, los soldados fueron pereciendo, víctimas del sol abrasador. Solamente el rey Escorpión quedó con vida. Temiendo morir, invocó al dios egipcio Anubis para hacer un pacto con él. Si le perdonaba la vida y le permitía conquistar a sus enemigos, él le cedería su alma. Y como no, Anubis aceptó su oferta.

Fotograma del rey Escorpión en El regreso de la momia (2001)
El rey Escorpión en El regreso de la momia (2001)

Tras completar la misión, Anubis obligó al rey Escorpión a servirle para siempre y devolvió su ejército a las arenas de las que había surgido, donde espera, a ser despertado de nuevo. Avanzando hasta 1933, nos encontramos diez años después de los incidentes ocurridos en la antigua ciudad egipcia de Hamunaptra. Nuestro querido amigo caza tesoros, Rick O’Connell, se ha casado con Evelyn, y ambos son padres del pequeño Alex, un intrépido niño de ocho años que ha heredado la inteligencia de su madre y la valentía de su padre.

Buscando nuevos tesoros y aventuras, Evelyn y Rick se topan con el emblema del rey Escorpión, considerado hasta entonces un mito. Además, encuentran un extraño cofre en cuyo interior se encuentra el brazalete de Anubis. De acuerdo con la leyenda, quien se ponga el brazalete desencadenará, en un plazo de siete días, el amanecer del rey Escorpión. Si despertase, invocaría al ejército de Anubis y destruirá a la humanidad. ¡Miedito del bueno!

Paralelamente, en la ciudad de Hamunaptra, una mujer llamada Meela Nais (reencarnación de Anck-Su-Namun) y su guardián, Lock-Nah, recuperan tanto el libro de Amón-Ra (libro de los vivos), como el de los muertos. Ambos trabajan para una secta de culto profano, liderada por Baltus Hafez, un conservador que dirige el museo de historia de Londres.

La estrategia es despertar a la momia Imhotep para que luche contra el rey Escorpión, ya que es el único con poder suficiente como para derrotarlo. Así las cosas, usándolo como cabeza de turco, el objetivo de Baltus es controlar el ejército de Anubis y dominar el mundo. Un plan milimetrado, pero el que juega con fuego acaba quemándose. Tras despertar a Imhotep, las cosas toman un nuevo rumbo y empiezan a complicarse.

El despertar de la momia Imhotep
El despertar de la momia Imhotep

En resumen, usando un hilo de acontecimientos similar a lo sucedido en la primera entrega, la intrépida estirpe de aventureros se vuelve a meter de cabeza en otro marrón digno de recuerdo. Los O’Connell, junto con la ayuda de Jonathan (el hermano de Evelyn) y de su antiguo amigo, Ardeth Bay (líder de los Medjai) deberán enfrentarse de nuevo a Imhotep, y por si fuera poco, con el rey Escorpión. Esperemos que la suerte y el ingenio les acompañen otra vez. ¡El destino del mundo está en sus manos!

Recordando viejas caras

Una de las cosas que, por unanimidad, más encantó de la primera entrega de la saga de La momia fue el elenco de actores que se utilizó para plasmar a los distintos personajes. Para esta segunda entrega, Sommers volvió a “invocar”, nunca mejor dicho, a todos los actores principales. De este modo, en los roles protagonistas volvemos a tener a Brendan Fraser (Rick O’Connell) y a Rachel Weisz (Evelyn O’ Connell). Recordamos que nuestra parejita aventurera se han casado y han tenido un niño, es decir, que no “han perdido el tiempo”.

Brendan Fraser y Rachel Weisz en El regreso de la momia (2001)
Brendan Fraser y Rachel Weisz en El regreso de la momia (2001)

Seguidamente, tenemos a nuestros grandes personajes antagonistas: Imhotep y el rey Escorpión, interpretados por Arnold Vosloo y Dwayne Johnson, respectivamente. La historia que hay detrás de Imhotep es, más o menos, la misma que vimos en la precuela de 1999. La resurreción de entre los muertos, así como la regeneración de su apariencia por medio de las víctimas que deciden abrir el cofre de la maldición, es algo que podemos ver en ambas películas.

La actuación de Arnold Vosloo es contundente, pero impresiona mucho menos, porque como ya he dicho, básicamente se limita a plasmar lo que ya transmitió en la primera película. La originalidad juega un papel muy importante en el cine, y es altamente decisorio a la hora de hacer sagas de películas. En contrapartida, tenemos a Dwayne Johnson (The Rock en el mundo de la WWE), que da vida al rey Escorpión.

Dwayne Johson, Stephen Sommers y Arnold Volsoo en el set de El regreso de la momia (2001)
Dwayne Johson, Stephen Sommers y Arnold Volsoo en el set

Me gusta este actor porque tiene mucho que ofrecer. Aunque su estigma son las películas de acción, se ha molestado en explorar diversos géneros del cine y no se ha encasillado en papeles de “matón musculitos”. No obstante, su desempeño en esta cinta es lamentable. Su personaje está totalmente subdesarrollado y no aporta nada a la película.

Es un extra más de Hollywood que en aquel momento estaba triunfando, y decidieron meterlo como un breve amago de originalidad. Sinceramente, esta es una de las peores películas de este actor, y no porque sea mala, sino porque no le dejaron hacer nada. Sus secuencias son gritos, peleas y una digitalización pésima. Eso sí, no hay mal que por bien no venga, ya que el éxito de esta película derivó en que, tan solo un año después, tuviera su propia aventura en solitario a modo de crossover: El rey escorpión (2002), filme no muy aclamado por la crítica.

Posteriormente, tenemos al grupo de personajes secundarios. Algunos de ellos son novedosos, como el hijo de los O’Connell: Alex (Freddie Boath), Lock-Nah (Adewale Akinnuoye-Agbaje) o Baltus Hafez (Alun Armstrong). Quizás, el papel más destacado es el del niño. La razón estriba en que la mitad del lío que se monta es por culpa suya. Los demás tienen sus pequeños aportes a la trama, pero no dejan de ser simples antagonistas, usados como eslabones para ir atando los cabos a lo largo de la historia. A modo de curiosidad, Freddie Boath confesó ser un gran fan de la primera película de la franquicia. Aseguró haberla visto treinta veces y saberse los diálogos de memoria. ¡Vaya con el niño!

Adewale Akinnuoye-Agbaje en el papel del personaje Lock-Nah
Adewale Akinnuoye-Agbaje en el papel del personaje Lock-Nah

El resto de los personajes secundarios son caras ya conocidas, por eso me he permitido el lujo de dejarlos para el final. Personalmente, el que más me gusta es Jonathan Carnahan (John Hannah). Poco puedo decir de este individuo que no dijera hace un año. Mujeriego, histérico y con un humor particular. Al igual que en la primera entrega, dos de cada tres palabras que pronuncia son un chiste o uno de sus ridículos proverbios.

Una cosa que me parece muy interesante es que, del triunvirato de protagonistas originales, Jonathan es el único que se mantiene “en sus trece”. Deudas de juego, mujeres, huidas y problemas. ¡Esa es la vida de este hombre! En contraposición, tenemos a Rick y Evelyn, que aunque siguen siendo aventureros, parecen ser mucho más maduros. Se ve que la paternidad hace mella.

Adicionalmente, tenemos a la modelo Patricia Velásquez, de nuevo en el papel de la concubina del faraón: Anck-Su-Namun. No me voy a explayar mucho en este personaje. El dramón entre ella e Imhotep es la pieza angular de la versión de 1999, pero aquí es un rol muy adornante. No voy a negar que tiene alguna escena memorable, como la secuencia con la serpiente o la pelea con Rachel Weisz, pero vamos, que hay muy poco aporte para el núcleo argumentativo principal.

Escena de la serpiente venenosa protagonizada por John Hannah y Patricia Velásquez.
Escena de la serpiente venenosa

Finalmente, tenemos a Ardeth Bay, el líder de los guardianes Medjai, interpretado por Oded Fehr. Su personaje sigue la misma filosofía que la planteada en la primera película. Es un tipo valiente, guerrero, cauto y muy luchador. Su voz es la que sale al comienzo de ambas producciones a modo de narrador en tercera persona. Le da un toque mucho más realista y permite que el espectador, con la información suficiente, se sitúe sin problemas en el flujo de la historia. Además, sus escenas de lucha y acción te dejan helado.

Efectos especiales desequilibrados

A estas alturas, puede quedar claro que la palabra que mejor se adecúa a este metraje es desequilibrio. Lo hemos visto en el guion y lo hemos visto en la trama. Pues además, también hay que decirlo en los efectos especiales. Una vez más nos dan “una de cal y otra de arena”. La primera entrega se caracterizó por tener una digitalización y puesta en escena sublimes. Sin embargo, en esta secuela parece que fueron como a remolque. Hay una descompensación que no hay por donde cogerla.

La puesta en escena, el vestuario, la ambientación y los paisajes desbordan elegancia. ¡Sobresaliente! Las escenas de lucha con las momias en el bus, la invasión de Egipto por parte del rey Escorpión con el ejército de Anubis, las momias pigmeas o la lucha entre Rachel Weisz y Patricia Velásquez son algunos ejemplos de solidez y maestría.

Momias secuaces de Imhotep
Momias secuaces de Imhotep

En líneas generales, están muy bien hechos y conservan la calidad que vimos en la entrega de 1999. De hecho, el propio Sommers decidió rendirle tributo con la escena de la cara de Imhotep en el agua. Esta escena es una analogía al fragmento de la precuela en la que Rick O’Connell va en una avioneta y es perseguido por una tormenta de arena en cuyo centro aparece el rostro de la momia.

A mí este tipo de guiños y referencias me gustan porque son formas, más o menos sutiles, de mantener conectada una saga de películas. Otro ejemplo sería cuando Alex tira todas las columnas del templo, recordando a cuando Evelyn destruyó la biblioteca ¡Punto positivo para el director Stephen Sommers!

Desgraciadamente, luego te meten ciertos aspectos como la digitalización del rey Escorpión que es que es muy lamentable. El responsable del departamento de artes gráficas, cuyo nombre si mal no recuerdo era John Berton Jr, dijo que no tuvieron acceso a Dwayne Johnson para poder realizar fotografías apropiadas para hacer una recreación detallada de su rostro para la escena. La razón estriba en que tenía una carrera muy exitosa en el universo de la WWE. No digo que no sea cierto que el actor estuviese muy ocupado. Simplemente, considero que es una excusa muy mala.

El testimonio de Berton no es otra cosa que una excusa cutre. Si tienes una película sólida y unos efectos especiales que van a dejar “momificado” al espectador en la butaca, intenta mantenerlos en todos los sentidos, y sobre todo, en uno de los estigmas claves de la película como es el rey Escorpión. ¡Pues no! Todo de calidad excelente, y precisamente, cuando no hay que permitirse el lujo de flaquear… ¡Zas, castañazo! De hecho, la maquetación del rey Escorpión es considerada uno de los momentos más tristes a nivel de CGI del séptimo arte. ¡Es que es infame y grotesco!

Muestra del CGI usado en El regreso de la momia para representar al rey Escorpión
Muestra del CGI usado en El regreso de la momia para representar al rey Escorpión

Lo más gracioso es que luego tienes otras escenas como la estampida de las momias pigmeas o los planos de lucha del ejército de Anubis al comienzo de la película que, literalmente, te dejan pasmado. No entiendo estas decisiones. Hay quien dice que Universal andaba como loca por concluir la película y estrenarla en los cines.

¡Pésima idea! Además, nos situamos en 2001, un año muy esplendoroso para el cine. Películas como El señor de los anillos: la comunidad del anillo, Harry Potter y la piedra filosofal, Los otros, Una mente maravillosa, etcétera, habían salido o les quedaban unos meses para salir. En resumen, mal momento para cometer un fallo así.

La verdad es que esto no me sorprende porque solo hay dos años de diferencia entre ambas películas, pero teniendo en cuenta el éxito taquillero de la primera producción, podrían haber sido algo más pacientes y mejorar estos detalles. Dos meses de retraso podrían haber sido la diferencia entre hacerlo bien o mal. En mi opinión, no lo hicieron porque nos le dio la gana, y por correr, el resultado fue lo que fue. ¡Las prisas nunca son buenas!

Escena de la pelea entre Nefertiri (Rachel Weisz) y Anck-Su-Namun (Patricia Velásquez)
Escena de la pelea entre Nefertiri (Rachel Weisz) y Anck-Su-Namun (Patricia Velásquez)

Banda sonora y efectos de sonido

El regreso de la momia, en el apartado sonoro, conserva una puntuación idéntica a la de su predecesora. El primer aspecto que me llama la atención en este tema es el cambio de artista musical. Mientras que en la primera, el autor fue Jerry Goldsmith, autor de bandas sonoras de otras películas como Instinto básico (1992) o Mulan (1998), la música de la segunda corrió a cargo de Alan Silvestri, cerebro de grandes trabajos como Regreso al futuro (1985), Depredador (1987), Forrest Gump (1994), etcétera. Según dicen, Goldsmith no participó en la secuela por realizar comentarios negativos sobre la película, pero a saber que habrá de verdad en esas afirmaciones.

Los efectos de sonido (SFX) son bastante sobresalientes. Ya os digo que este es uno de los pocos puntos que permanece idéntico, en lo que a calidad se refiere, en las dos entregas. Los rugidos de las momias, los efectos de las pistolas y de las espadas Sai o los sonidos emitidos por las momias pigmeas son algunos ejemplos del buen trabajo que hicieron los integrantes del equipo de sonido. Hay que decir lo bueno y lo malo. Así que en este sentido, hay que apreciar el buen trabajo realizado. ¡Enhorabuena!

Curiosidades del rodaje

A pesar de que el metraje recibió críticas tanto positivas como negativas, en términos absolutistas, el público disfrutó de las escenas de acción, de los momentos de humor, así como de la química existente entre los diversos personajes, convirtiéndola en todo un éxito de taquilla. Así las cosas, con un presupuesto de 98 millones de dólares USD, El regreso de la momia logró unos ingresos de 435, es decir, una auténtica barbaridad para la época. El estreno y rodaje de esta película cuenta con algunos sucesos que son, cuanto menos, insólitos. A continuación, os muestro algunos de ellos.

El lanzamiento de la película en DVD provocó que la cinta, en tan solo una semana, alcanzase los dos millones de ejemplares vendidos. ¡Alucinante! Sin embargo, dos semanas más tarde, esa cifra sería superada por el lanzamiento de Star Wars: la amenaza fantasma (1999). Después del pelotazo que tuvo la primera entrega, Universal como ya he dicho antes, calentó motores y empezó a preparar una secuela. Y lo cierto es que durante el rodaje de la primera entrega, el cerebro del director, Stephen Sommers, ya planteó una posible idea para exponer en la continuación.

Escena icónica de la película de La momia (1999)
Escena icónica de la película de La momia (1999)

La momia (1999) se estrenó el 7 de mayo de 1999, y tan solo ¡un día después! el director de Universal, Ronald Meyer, llamó a Sommers para decirle que empezara a escribir el guion de la segunda parte. ¡Un nuevo negocio se vislumbraba en el horizonte! Es más, este filme fue el aterrizaje “forzoso”, nunca mejor dicho, de Dwayne Johnson a la gran pantalla. Por aquel entonces, su carrera estaba muy unida a la WWE, donde gozaba de gran reputación. Su carisma y presencia le permitieron dar el salto dentro del mundo del espectáculo, motivo por el que al año siguiente protagonizó el spin-off El rey Escorpión (2002).

Póster de la película El rey Escorpión (2002)
Póster de la película El rey Escorpión (2002)

Johnson estuvo rodando cinco días en el desierto, por lo que sufrió insolación. Paralelamente, llegó a perder hasta cinco kilos debido a una intoxicación alimentaria. Por último, y no menos importante, en relación al tema de los actores, cuando Sommers anunció que iban a hacer una segunda parte, todos ellos estuvieron encantados de regresar a sus papeles. No hubo objeciones, posiblemente, por la buena onda que había entre todos ellos.

Un hecho muy interesante es que al comienzo de la película, cuando Rick y Evelyn encuentran el cofre del brazalete de Anubis, se pueden apreciar los grabados de dos mujeres peleando con espadas Sai. Esto una referencia a la secuencia posterior en la que pelean Nefertiri (Rachel Weisz) y Ank-Su-Nanum (Patricia Velásquez). Esta escena es una de las más recordadas de la cinta, y para alegría de todos, ambas actrices hicieron esa lucha en la realidad. Para ello, tuvieron que entrenar varios meses y mejorar sus cualiades físicas. Solamente fueron dobladas para hacer los saltos y las acrobacias.

Brendan Fraser insistió en que la familia O’Connell tuviera una posición económica mucho menos pudiente. Sin embargo, Sommers terminó por escoger una mansión. De este modo, las escenas de lucha y acción podrían desarrollarse en ámbitos con mayor espacio. Las Torres Mentmore sirvieron de decorado exterior para hacer el hogar de los protagonistas. Lo más curioso es que el interior de esa casa renacentista fue usado para filmar el museo de antigüedades de la ciudad de El Cairo en la primera película. Por último, el exterior también fue usado en Batman begins (2005) para los planos de la mansión Wayne. ¡Anda que no tienen tirón las Torres!

Plano exterior de las Torres Mentmore (Inglaterra)
Plano exterior de las Torres Mentmore (Londres)

El edificio en el que Imhotep es devuelto a la vida se conoce como Dimco Building, y fue utilizado también para grabar las escenas exteriores de la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988), metraje muy aclamado en su momento. Además, en esta escena, las cuatro momias que Imhotep invoca gracias al tarro de arena son, precisamente, las únicas que no se destruyeron en la batalla final de la primera parte. De hecho, en la persecución con el autobús, donde Rick y Ardeth Bay pelean con ellas, hay un fallo de Raccord o continuidad cinematográfica, ya que Brendan pasa “magicamente” de pelear con las cuatro a luchar con tres. ¿Dónde está la momia que falta?

El autobús de dos pisos que se utlizó en la película fue fabricado por el equipo de producción haciendo uso de piezas procedentes de diversos países de Europa. Además, los carteles que se ven en la fachada del automóvil eran reales y usados durante la época de los años treinta.

Escena del autobús de la película El regreso de la momia (2001)
Fotograma del autobús de la película El regreso de la momia (2001)

La secuencia de vuelo del cepelín con la cascada de agua fue rodada en el cañón de Petra (Jordanía) y las escenas de arena y desierto, sobre todo las del prólogo del metraje, se filmaron en Marruecos. Los interiores de palacios y templos egipcios fueron construidos en los Estudios Shepperton (Londres). Por último, la digitalización de la secuencia de lucha del rey Escorpión tuvo lugar ¡ocho días antes del estreno! Esto ayuda mejor a entender el nefasto resultado que se obtuvo.

Conclusión

A lo largo del post ha quedado patente que El regreso de la momia es una película que tiene sus claros y sus oscuros. No está a la altura de la primera película, de hecho, está muy lejos de estarlo. Mientras que la primera obra es una cinta muy original dentro del cine de aventuras, esta segunda parte sigue en la línea de su predecesora, pero con mucha menos identidad, y repitiendo algunos patrones, tanto visuales como narrativos. Es un metraje marcado más por el deseo comercial que por el afán de impresionar al espectador.

Las actuaciones son bastante consistentes, pero el desarrollo de los personajes está peor llevado a cabo. El guion es algo más incoherente, sobre todo, en cómo se entrelazan las historias principales. Para contrarrestar este punto flaco tenemos más escenas de acción en pantalla, muy en la línea espiritual de la primera. Los efectos especiales y el CGI están algo desequilibrados. No en vano considero que esta película tiene de los peores efectos por ordenador que he visto nunca, y eso que pretendía ser seria, y además, contaba con un gran presupuesto. ¡Inexplicable!

Concluyendo, es una película que intentó mantenerse en la línea de la primera, pero por muy diversos detalles no lo consiguió. Tiene sus cosas buenas, pero no alcanza a la primera entrega. Es una secuela, en líneas generales, bastante bien lograda. Es entretenida y disfrutable, en otras palabras, es un buen ejemplo de pasatiempo para estar en familia.

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