Poster de Dragón, la vida de Bruce Lee (1993)

Ficha técnica

Dragon historia bruce lee poster

Título: Dragón: la historia de Bruce Lee

Título original: Dragon: The Bruce Lee Story

Fecha de estreno: 7 de mayo de 1993 (EEUU)

Duración: 2h 06min

Género: Drama, biográfia y artes marciales

Director: Rob Cohen

Guion: Rob Cohen, Edward Khmara, John Raffo, Robert Clouse y Linda Lee Cadwell

Reparto: Jason Scott Lee, Lauren Holly, Robert Wagner, John Cheung, Sterling Macer Jr, Wang Luoyong, Lim Kay Tong y Ric Young

BSO: Randy Edelman

Recaudación: 70 millones USD

Productoras: Universal Pictures y Raffaella De Laurentiis Productions
Nota: 7.0

¡Muy buenas a todos! Antes de nada, espero que hayáis pasado unas felices fiestas y que 2025 sea un año cargado de positividad y bienestar para todos. Hasta ahora, las películas que se han ido analizando han sido, fundamentalmente, referentes al género de ciencia ficción y aventuras. Algún filme de comedia y drama también se ha tocado, pero en bastante menor medida. Por ello, aprovechando que estamos a comienzos de nuevo año, exploraremos un nuevo tópico dentro del séptimo arte: las artes marciales. La película con la que vamos a empezar esta categoría es Dragón: la historia de Bruce Lee (1993).

Por poner un poco de contexto, esta producción narra la vida de una de las figuras más emblemáticas del cine oriental: Bruce Lee (1940 – 1973). Este artista marcial, y más adelante actor, es considerado uno de los máximos exponentes de esta disciplina. De hecho, son muchos los que opinan que está por encima de otros grandes referentes, como pueden ser Jackie Chan, Jet Li, Chuck Norris, Jean-Claude Van Damme, Jason Statham, entre otros.

Lo realmente interesante de este hombre es que creó, en base a su experiencia y filosofía sobre la vida, su propio estilo de lucha: el Jeet Kune Do. Quedaros con este dato, no solo por ser el engranaje motriz de toda su filmografía, sino porque este arte marcial y su concepción antropológica del ser humano le permitieron construir una personalidad arrolladora y una constitución física increíbles. Prueba de ello son las numerosas reflexiones que transmitió o los récords que batió, y que no se han podido superar a día de hoy. Sin duda alguna, todo un legado el que nos ha dejado.

Dragón: la historia de Bruce Lee

El primer matiz a destacar de esta película es que es una biografía. Este es uno de los aspectos más interesantes que tiene este metraje. Tuvo su estreno en la gran pantalla en 1993, es decir, dos décadas después del fallecimiento del actor. Este hecho es determinante para poder valorar la película por múltiples razones. Había que buscar un actor que se pareciese físicamente a él, tanto en rasgos faciales como a nivel de cuerpo y estado físico.

Además, el actor seleccionado para interpretarle también debería tener habilidades o movimientos de lucha que fuesen convincentes y que se asemejasen al carisma y a la rapidez con la que el auténtico Bruce Lee se movía. Esta es otra de las muchas aristas a las que se enfrentó la producción del filme, y creedme si os digo que era muy difícil de abordar. Solamente tenéis que ver alguna escena de combate de este artista para quedaros boquiabiertos.

Paralelamente, estaba el tema de jugar con los planos y las coreografías para representar peleas en las que se pudiese ver parte del potencial de Bruce Lee en la encarnación del actor, pero sin dejar clara, la más que segura diferencia de técnica entre ambos. Por último, y no menos importante, está el rostro de Linda Cadwell: la mujer de Bruce Lee. También presenta el mismo problema que el actor del propio Bruce, con la diferencia de que en su personaje no existía toda la problemática relacionada con el físico y las habilidades de combate.

Brucee Lee y Linda Cadwell con sus hijos
Brucee Lee y Linda Cadwell con sus hijos

La película Dragón: la historia de Bruce Lee comienza su narrativa con un mal sueño que sufre el padre de Bruce: Lee Hoi-chuen (1901 – 1965). Dicha pesadilla trata sobre un fantasma, denominado como “El Demonio”, que persigue a su hijo. Ante tal angustia, Hoi-chuen inscribe a su pequeño Bruce en el entrenamiento de artes marciales con el magistral instructor Yip Man (1893 – 1972). En otras palabras, Bruce Lee se introdujo en el mundo de la lucha y de las artes marciales debido a una pesadilla de su padre. ¡Empezamos bien!

Seguidamente, la historia avanza fugazmente la infancia y adolescencia de Bruce para detenerse en el festival de los faroles de 1961. Así las cosas, siendo un joven adulto de 21 años, se metió en una pelea con unos marineros para salvar a una chica que estaba siendo acosada. La “pelea”, porque solo reparte uno, termina como es de esperar: los grumetes planchados en el suelo y Bruce totalmente ileso.. ¡fresco como una lechuga! A consecuencia del altercado, Bruce se ve obligado a abandonar su ciudad natal: Hong Kong, debido a posibles represalias o ajustes de cuentas. Viaja, nada más y nada menos, que a San Francisco (EEUU).

Pelea de Bruce Lee con los marineros en el festival de los faroles
Pelea de Bruce Lee con los marineros en el festival de los faroles

Tras llegar a EEUU, nuestro ferviente luchador comienza a trabajar como lavaplatos en un restaurante chino, donde comienzan sus primeras aventuras amorosas. Además, empieza a sufrir acoso por parte de sus compañeros del gremio, así como a sentir las primeras pinceladas de otro gran problema al que tuvo que enfrentarse: el racismo. Bruce es despedido del bar, debido a una brutal pelea que tiene con el resto de cocineros del local. ¡Vaya novedad! Sin embargo, la propietaria le da dinero y le anima a buscar una vida mejor. Por ello, Bruce Lee se apunta a la universidad y empieza a estudiar filosofía.

Durante su estancia comienza a impartir clases de artes marciales, y es ahí, donde conoce a Linda Cadwell: una joven blanca estadounidense muy atractiva. Se enamoran el uno del otro localmente, y como colofón, Linda convence a Bruce de que abra su propia escuela de artes marciales, pero sus compañeros chinos no están de acuerdo.

Bruce Lee discutiendo sobre la naturaleza de las artes marciales con otros maestros chinos
Bruce Lee discutiendo sobre la naturaleza de las artes marciales

Para ellos, eso es violar “el código de las artes marciales”. ¡Qué gilipollez! Los profesores afirman que los “Gwailo”: estereotipo racista de origen cantonés para describir al hombre blanco caucásico, no deben aprender sus “secretos” porque son el enemigo. Así las cosas, le exigen que tiene que parar inmediatamente, ya que todos aquellos que no son chinos no son dignos de conocer la cultura y tradición orientales.

Esta postura es completamente rechazada por Bruce, lo que deriva en un combate sin límites entre él y un luchador callejero con fama de asesino y de jugar sucio, llamado Johnny Sun. Tras rendirse ante Bruce Lee, este le ataca por detrás propinándole una fuerte patada en la espalda, a la altura casi de las cervicales, ocasionándole una fuerte lesión que lo dejó sin poder andar durante un tiempo.

Mientras Bruce está temporalmente paralizado, Linda lo ayuda a escribir el libro de artes marciales Tao del Jeet Kune Do. Paralelamente, da a luz a su primer hijo: Brandon, y en última instancia, se reconcilia con su madre, con la que había dejado de tener relación a causa de actitudes racistas a la relación entre ella y Bruce.

Combate sin límites entre Bruce Lee y Johnny Sun
Combate sin límites entre Bruce Lee y Johnny Sun

Con mucha dedicación y esfuerzo, Bruce consigue recuperarse por completo de su lesión. De esta manera, unos meses después al siniestro, el artista marcial acude a un un torneo de Karate en San Francisco (California) , dirigido por Ed Parker, para denunciar que tanto el código como la esencia de las artes marciales están erróneamente enfocadas.

De hecho, argumenta haber perfeccionado su estilo de lucha: el Jeet Kune Do, afirmando no haberlo orientado ni a posturas ni a movimientos fijos o teóricos. Según él, su forma de luchar se basa en la fluidez y en la ausencia de rutinas que no conducen a ninguna parte, ya que durante un combate, el ser humano no es un robot que ejecuta secuencias de lucha en modo automático, sino todo lo contrario, es un ser fruncido y vivo.

Así las cosas, estilos como el Karate, el Kung Fu, el Taekwondo, etcétera, evitan el conflicto a nivel teórico, pero a nivel práctico, ningún oponente en un combate espera formalidades. En este punto ocurre uno de los fragmentos más icónicos de la película, puesto que pone a prueba sus habilidades ante el público afirmando que… ¡puede vencer a cualquier hombre en no más de sesenta segundos! Su oponente es, ni más ni menos que, otra vez, el tramposo de Johnny Sun. Sin embargo, esta vez la suerte esta de parte de Lee y consigue “tumbarlo” dentro del tiempo reglamentario.

Segunda escena de lucha entre Bruce Lee y Johnny Sun
Segundo combate entre Bruce Lee y Johnny Sun

Después del combate, Bill Krieger, que más adelante se convierte en el mánager de Bruce, le ofrece el papel de Kato en la serie de televisión The Green Hornet. Bruce y Krieger también crean la idea de la serie de televisión Kung Fu, y acuerdan que Bruce tendrá el papel principal. En la fiesta para inaugurar la producción de la serie, Linda le dice que está embarazada de su segundo hijo: Shannon. Poco después, se anuncia la cancelación de The Green Hornet, aunque en realidad, solo se estrenó más tarde. La gran decepción fue cuando Bruce se enteró de que, en la serie Kung Fu, había sido reemplazado por David Carradine (1936 – 2009).

En suma a lo anterior, Bruce recibe la mala noticia de que su padre ha fallecido. Por ello, decide regresar para asistir a su funeral. Es entonces cuando un productor de cine llamado Philip Tan, contrata a Bruce para interpretar Karate a muerte en Bangkok (1971). Damas y caballeros, ojo a este dato porque estamos ante uno de los títulos más famosos dentro del cine oriental.

Bruce Lee y Philip Tan hablando sobre Kárate a Muerte en Bangkok (1971)
Bruce Lee y Philip Tan hablando sobre Karate a muerte en Bangkok (1971)

En pleno rodaje de la escena final de la película, el hermano de Johnny Sun: Luke, ataca a Bruce en venganza por la humillante derrota y la consiguiente discapacidad de este último. Nuestro protagonista consigue ganar el combate, y poco después, llegó a su fin el rodaje de Karate a muerte en Bangkok. A partir de ahí, el resto es historia. El artista marcial tuvo reconocimiento en su país por su actuación, y como resultado, ejerció en varias cintas posteriores como actor, director y editor. Pese a todo, su fama mundial estaba todavía por llegar.

El exceso trabajo de Bruce desencadenó una crisis entre este y Linda, ya que ella deseaba regresar a EEUU, lugar que incomodaba profundamente al asiático a consecuencia del rechazo y racismo que sufrió cuando era más joven. Finalmente, Krieger le ofrece a Bruce la oportunidad de trabajar en una película de Hollywood de gran presupuesto, a lo que Bruce está de acuerdo, en parte debido al deseo de Linda de volver a casa.

Así las cosas, una nueva producción comenzaba a vislumbrarse en el horizonte: Operación Dragón (1973). Fue esta película la que puso el broche en su carrera. La fama y reconocimiento internacionales fueron sus recompensas tras una larga vida de trabajo y sacrificio. Sin embargo, fueron premios que jamás llegó a disfrutar porque falleció repentinamente poco antes de estrenarse la película. ¡Qué gran historia!

Linda Cadwell y Bruce Lee en Dragón: la historia de Bruce Lee (1993)
Linda Cadwell y Bruce Lee en Dragón: la historia de Bruce Lee (1993)

Un reparto muy cuidado

Al igual que otras películas que se han comentado en el blog, como Ronin (1998), El hijo de la pantera rosa (1993), o incluso sagas como La momia o Indiana Jones, esta producción también se caracteriza por tener un elenco de actores bastante acorde a las características de los personajes. No obstante, en este sentido hay un hincapié adicional, puesto que estamos hablando de una cinta que tiene un claro trasfondo biográfico. Por tanto, la precisión y calidad de la actuación tiene que estar mucho más cuidada de lo que podría estarlo en una película cotidiana.

Dicho esto, en el papel principal del metraje tenemos a Jason Scott Lee. Es un actor nativo de EEUU, pero con raíces chino-hawaianas. A pesar de no tener una filmografía muy desarrollada, es bastante conocido en el mundo del séptimo arte. De hecho, creo que para muchos, Dragón: la historia de Bruce Lee puede que sea tanto su mejor papel como su mejor actuación. Creo que nadie puede estar en desacuerdo cuando digo que la interpretación que realiza de Bruce Lee, en todas las vertientes, está bastante lograda.

Pese a tener cierta similitud facial, lo que más destaca es la excelente forma física en la que estaba para poder dar vida a Bruce. Además, no tenía ninguna noción previa ni de defensa personal ni de artes marciales. Según cuentan, el equipo de dirección contrató al célebre Jerry Poteet (1936 – 2012), un maestro marcial que entrenó durante tres años como discípulo oficial de Bruce Lee en las bases del Jeet Kune Do. Hicieron falta muchas horas de entrenamiento y nociones teóricas para que Jason Scott pudiese efectuar los movimientos básicos de lucha de Bruce. ¡Todo un pasote! Y por cierto, pese a que ambos se llamen Lee, no existe parentesco alguno entre ellos.

El propio Jerry Poteet afirmó que el proyecto como tal no fue en sí un gran reto, puesto que Jason era tan fibrado y atlético que consiguió realizar todas las escenas de artes marciales sin problema, y además, en muy poco tiempo. Tras el éxito taquillero de la película, Scott Lee siguió consagrándose en las listas del éxito. Su interpretación de Bruce Lee impresionó tanto al director Stephen Sommers que no dudó en ofrecerle el papel protagonista de El libro de la selva: la aventura continua (1994).

Jason Scott Lee en el papel del artista marcial Bruce Lee
Jason Scott Lee en el papel del artista marcial Bruce Lee

Al igual que en el plano físico, en las perspectivas filosófica, emocional y psicológica también demostró estar muy a la altura. En el transcurso del largometraje vemos a Bruce Lee hacer frente a emociones muy complicadas: alegría, ira, soberbia, decepción, enamoramiento, etcétera. Jason consigue plasmar muy bien todos y cada uno de esos estados de ánimo.

Además, ofrece diversas gesticulaciones con las manos y con el rostro que son muy distintivas de Bruce Lee, y que están presentes tanto en sus películas como en algunas de sus entrevistas. ¡Y ya no hablemos de los chillidos y los gritos! Sin duda alguna, el actor hizo una actuación magistral.

En segundo lugar, tenemos al otro gran personaje de la película: Linda Cadwell. Este personaje fue llevado a la gran pantalla gracias a la labor de Lauren Holly. A pesar de que su papel no es tan complejo y polifacético como el de Bruce Lee, debe ser también bastante digno de reconocimiento.

Mientras que el personaje del artista marcial está más equilibrado entre físico y psicología, el personaje de Cadwell presenta una total ausencia del primer plano, complementada con una alta dosis de idiosincrasia. Personalmente, creo que la actriz supo expresar muy bien la personalidad de la auténtica Linda Cadwell, entre otras razones, porque se conocieron en la realidad. ¡Blanco y en botella!

El apoyo a Bruce en toda la película es la mejor prueba de ello. Esto se manifiesta, por ejemplo, en los momentos en los que está críticamente lesionado o en los enfrentamientos que tiene contra la sociedad de su país, y especialmente, en su oposición a la ideología de su madre, puesto que adopta actitudes racistas contra Bruce. Sabe expresar muy bien la emoción de lucha y de actitud resiliente ante la vida, principalmente, porque es ella quien saca a Bruce del pozo de la oscuridad en el que cae cuando se lesiona. Por consiguiente, la actriz Lauren Holly también estuvo muy convincente. ¡Felicidades!

Lauren Holly (Linda Cadwell) en Dragón: la historia de Bruce Lee (1993)
Lauren Holly (Linda Cadwell) en Dragón: la historia de Bruce Lee (1993)

En cuanto al resto de personajes, lamentablemente, no puedo comentar mucho porque están de paso y aparecen solamente en momentos muy puntuales de la trama. Quizás, por enfatizar alguno de ellos, destacaría tanto a Jerome Sprout, al que da vida el actor Sterling Macer Jr, como al padre de Bruce, interpretado por Ric Young.

El primero es el mejor amigo de nuestro protagonista y es el primer estudiante de color que asiste a su escuela de artes marciales. Muestra un profundo respeto y preocupación por él en todo momento. Prueba de ello son escenas como la de los dos combates entre Bruce Lee y Johnny Sun.

En la primera le advierte de que Sun es un rival muy peligroso y que suele jugar haciendo uso de malas artes Es más, le aconseja a Bruce que le deje de enseñar a luchar si eso evita que se enfrente a él. En el segundo combate es el único, junto a Linda, que le aplaude cuando muestra su opinión sobre la base de las artes marciales y sobre la esencia de su estilo de lucha. ¡Todo un amigo!

Bruce Lee y Jerome Sprout en el primer combate con Johnny Sun
Bruce Lee y Jerome Sprout en el primer combate con Johnny Sun

En cuanto al padre de Bruce, solamente puedo destacar la solidaridad y amor que este siente por su hijo. Cuando Lee se ve implicado en la pelea del festival con los marineros le dice que debe abandonar Hong Kong de inmediato, y para ello, le da gran parte del dinero que ha ido ahorrando a lo largo de su vida. Además, le dice que sea listo y que tome decisiones inteligentes, puesto que con ese dinero pese a que tenga que empezar desde abajo, con su carácter y determinación puede llegar bien lejos.

Para concluir este apartado, voy a hacer también especial mención a los personajes de Johnny Sun, Bill Krieger, Yip Man y Philip Tan. Estos papeles fueron interpretados por John Cheung, Robert Wagner, Wang Luoyong y Lim Kay Tong, respectivamente. Los menciono por la sencilla razón de que todos ellos supusieron un antes y un después en la vida de Lee.

El primero de todos fue el mayor adversario de Bruce, el único que fue capaz de lesionarlo. Como curiosidad, diré que este no es el nombre rival del controvertido adversario. Su nombre real era Wong Jack-man (1946 – 2018). Hay bastante asunto turbio en cuanto a cómo fue realmente esa pelea. Lo que sí está claro es que no ocurrió exactamente como se narra en la película. Por ahora el motivo de esta imprecisión es desconocido y los testimonios ofrecidos por ambas partes distan mucho el uno del otro.

El segundo personaje fue quien le contrata para interpretar a Kato en The Green Hornet, producción que le permitió obtener reconocimiento y fama a nivel nacional, sobre todo, en Hong Kong. El tercero fue su gran maestro de artes marciales, es decir, fue quien le transmitió todos los conocimientos para convertir tanto su mente como su cuerpo en armas muy poderosas. Toda su filosofía de vida se la debió a él. En última posición se queda el productor de Karate a muerte en Bangkok (1971), película que más adelante le permitió grabar Operación Dragón (1973), obteniendo así, popularidad y fama mundiales.

Escenografía y banda sonora

La puesta en escena de esta película es una de sus mejores virtudes, puesto que los planos, en general, están bastante bien cuidados. Sin embargo, se puede apreciar algunos pequeños fallos de coreografía y script en las escenas de lucha. Uno de los más notorios tiene lugar en el segundo combate entre Bruce Lee y Johnny Sun.

En una de las veces que cae a la lona tumbado, concretamente la segunda, es debido a que Bruce le propina una patada con la pierna izquierda directamente en la cara. La cosa es que el ángulo de cámara está tan mal tomado que se ve como el actor comienza a tirarse al suelo cuando la pierna del otro está a medio recorrido. Algunas secuencias de puños en la misma pelea también presentan ese problema. No obstante, en el primer combate no ocurre nada de eso. El segundo duelo fue una de las escenas más “criticadas” en su momento a consecuencia de estos errores.

También presenta ciertos puntos en común con las películas originales de Bruce Lee, como puede ser la presencia de sangre, así como de arañazos y heridas en ambos luchadores. Esto no se ve en otras producciones del género debido a que a Bruce siempre le interesó demostrar que el ser humano no era alguien invencible. Además, le dotaba al filme de un carácter más dramático, permitiendo así, que las películas tuvieran una personalidad diferente y más oscura, a diferencia de las de otros artistas marciales como Jackie Chan o Jason Statham, que son de acción y de enfoque más cómico.

El actor Jason Scott Lee con dos arañazos en el pecho
Las películas de Bruce Lee son de género dramático

Otro punto bastante interesante es el maquillaje, la vestimenta, así como el registro lingüístico de los personajes. Se refleja en todo momento la diferencia abismal entre la cultura oriental y la occidental. Las ropas que lleva Scott Lee son muy similares a las que solía llevar Bruce en el momento de llevar a cabo las escenas de combate.

Se introducen muchos aspectos de las tradiciones chinas, tales como plantas medicinales, rituales de concentración, rutas de entrenamiento o meditación, incluso se mencionan ciertos aspectos culturales como los términos “Gwailo” o “Pa kua”. El primero hace referencia al estereotipo del hombre blanco caucásico, mientras que el segundo representa a una especie de espejos pequeños que, supuestamente, espantan a los espíritus malignos. ¡Interesante! Y ya no hablamos de la ambientación que utilizaron para plasmar ese entorno oscuro y fúnebre de las pesadillas de Bruce o de su padre. La parte de los espejos es, quizás, el máximo exponente de esta afirmación.

Escena del segundo combate entre Bruce Lee y Johnny Sun
La película presenta diversos errores de script en las escenas de lucha

Los planos tomados de las ciudades de Hong Kong, San Francisco y Los Ángeles permiten capturar en cuestión de segundos la belleza de estas ciudades, y lo mucho que se diferencian entre sí. Por consiguiente, se puede afirmar que la panoramización de la película fue un punto muy cuidado por el equipo de producción. No hay CGI ni secuencias generadas por ordenador, así que en este aspecto no se puede aportar nada. En resumen, si no fuera por los fallos de script, en este apartado la película tendría una nota algo más alta.

En cuanto a la banda sonora, la verdad es que poco se puede decir que no se haya comentado ya en otros posts cinematográficos. Fue compuesta por Randy Edelman. Es conocido por haber compuesto la música de otras películas muy conocidas, como Poli de guardería (1990), El último mohicano (1992), Mientras dormías (1995), Anaconda (1997), e incluso las dos primeras películas del perro Beethoven.

Personalmente, me gusta mucho este compositor porque da igual el género cinematográfico en el que esté trabajando. El resultado final de la música que compone es “jarabe” para los oídos. En este contexto, la ambientación que hace de la cultura y tradición orientales está muy bien lograda. ¡Parece que estés allí de verdad! El juego que hace mezclando melodías graves y oscuras con compases agudos y heroicos hacen que aún se disfrute más la película. ¡La escena final es increíble!

Escena final de Dragón: la historia de Bruce Lee (1993)
Escena final de Dragón: la historia de Bruce Lee (1993)

La simbología y filosofía del Dragón

Este apartado, seguramente, va a ser el más interesante de toda la información presente en el post. Dragón: la historia de Bruce Lee es una obra que toca muchas de las desavenencias que tienen las personas, tanto a nivel social, como a nivel individual en el día a día. Por consiguiente, vamos a ir analizando las problemáticas diversas que se presentan en la película, y en última instancia, cómo Bruce lograba luchar y anteponerse a ellas.

Control emocional imitando al agua

El primer ámbito que vamos a tocar ya lo hemos comentado en otros posts del blog como el del Absurdismo o el Estoicismo. No es otro que el de las emociones y el sentido de la vida. Bruce, al igual que yo y que seguramente otros muchos, pensaba que la vida tenía y tiene un propósito, principalmente, porque todas las cosas que suceden a nuestro alrededor pueden explicarse.

¡Las cosas no ocurren porque sí! El problema es que el mundo es muy grande y nosotros minusculos, lo que hace que no podamos conocer todo. Por esa razón, hay fenómenos que parecen inconexos, pero no lo son. Simplemente, nuestras imperfecciones hacen que no podamos resolver ciertas cuestiones. ¡Eso Bruce Lee lo sabía!

Por consiguiente, si eres un individuo dotado de libertad, y no puedes encontrar un sentido lógico global para todos… ¿por qué no te lo das tú mismo? Ese es el mensaje principal de la “filosofía bruceliana”. Conocerte a ti mismo, explorar tus miedos, saber qué quieres y dónde vas son las preguntas que tienes que hacerte para lograr tus propósitos. Tomar decisiones inteligentes y pensar con cabeza, convirtiendo así, la mente y el cuerpo en dos pilares: físico y emocional, resilientes a todo.

¡Imitad al agua, amigos míos! Fijaros en el siguiente diálogo de la película: “sed como el agua. El agua es el elemento más blando del mundo, pero cabe en cualquier contenedor. Parece débil, pero puede dañar a una roca”. Un mensaje similar transmitió en una entrevista al programa de Pierre Berton (1920 – 2004) en el año 1971. Para los que tengáis curiosidad os la dejo, a color y subtitulada, en el siguiente link.

Bruce Lee enseñando a sus alumnos la dinámica del agua
Bruce Lee enseñando a sus alumnos la dinámica del agua

La idea es tener un control claro de las emociones. Controlarlas, que no suprimirlas, porque eso es imposible. Este suceso Bruce lo ejemplificaba muy bien en la dinámica del combate, diciendo que todos los estilos de lucha se equivocaban al imponer reglas y secuencias de movimientos prefijadas, puesto que durante la lucha y en el preparatorio de esta, los participantes están con las emociones e instintos a flor de piel.

“El arte del Jeet Kune Do es, sencillamente, el de simplificar. Favorece la falta de forma para poder asumir todas las formas. El Kung Fu, el Karate, el Taekwondo… y todos los estilos clásicos son intentos de detener el flujo del conflicto, pero cuando se está en combate, el adversario no espera las formalidades. No es un robot, sino un ser humano fruncido y vivo”.

¡Fijaros que diálogo! El sabía que todos, incluido él, podemos perder el control en situaciones de peligro o tensión. Prestad atención a cómo reacciona en las escenas de lucha o ante sus malos sueños y pesadillas o cuanto Linda le suplica que vuelvan a EEUU. ¡Rabia, cólera y miedo en estado puro!

Tenía una mente imperturbable, amueblada y motivada por un deseo incansable de alcanzar los objetivos. Consiguió infinidad de récords mundiales en muchas áreas. Y para más inri, la mayoría de ellos todavía nadie los ha superado. Después de todo, hacer 1500 flexiones sin perder la posición o 200 a solamente dos dedos… ¡Eso no se ve todos los días! En resumen, lo más importante es tener una disciplina que ordene tu vida y te dé oportunidades. Después de todo… “la clave para la inmortalidad es, principalmente, vivir una vida que valga la pena recordar”. ¡No os imagináis la cantidad de reflexiones que tiene este hombre!

Fotograma de Bruce Lee en una de sus películas
Bruce Lee fue más que un icono de las artes marciales

El racismo y la opresión social

Esta controversia también está muy presente en toda la película. De hecho, es el aspecto al que más veces se enfrentó Bruce a lo largo de su corta vida. En la película podemos ver como sufre acoso por sus compañeros de universidad, por la propia madre de Linda, por sus colegas del profesorado de artes marciales, incluso por algunos productores y directivos para los que trabaja. ¡Desesperante!

Su mujer lo apoya todas las veces que observa como lo intentan menospreciar o ridiculizar por su condición racial. Para mí, las dos escenas más representativas son la del cine y la del enfrentamiento con la madre. Creo que hablo por todos los hombres cuando digo que todos querríamos una mujer de esa condición a nuestro lado.

Sin embargo, también hay momentos en los que Lee se enfrenta solo a estas circunstancias. Prestad atención a los diálogos que tienen lugar cuando Bruce discute con el resto de maestros de artes marciales: “enseñaré a quien desee aprender. Los blancos y los negros no son el enemigo. No nos conocen. Llevamos tanto tiempo encerrados a los demás que nunca han visto la belleza de nuestra cultura. ¡Mostrémosla!” Me encanta la fortaleza del mensaje que deseaba transmitir.

Bruce Lee luchando contra unos abusones en el gimnasio de la universidad
El racismo fue un problema frecuente en la vida de Bruce Lee

Bruce creía en la condición igualitaria de los hombres, y creía que todos podían hacer y aprender todo lo que desearan, siempre y cuando, lo deseasen de un modo genuino. Los otros se oponían y le ridiculizaban porque es más fácil quejarse y llorar que afrontar el problema y resolverlo.

Dice mucho de una persona si se preocupa por este tipo de temas, al margen de que los haya experimentado en sus carnes o no. Como ya he dicho otras veces, es más fácil dar la espalda a la realidad e ignorarla que aceptarla y revelarse contra ella. Lee era un revolucionario en todos los ámbitos, y por eso a día de hoy, todavía se le sigue recordando y respetando. ¡Todo un ejemplo a seguir!

Tú mismo eres tu peor enemigo

Este es el tercer mensaje que transmite la filosofía de Bruce Lee en el filme, pero no solo por medio de su alter ego, sino también a través de la figura de su padre. Recordemos que ambos tienen pesadillas con una especie de guerrero negro, al que ellos llaman como “El Demonio”, que los atormenta y aterroriza continuamente.

Su maestro: Yip Man, le dice que su padre lo trajo a aprender Kung Fu para protegerse de otros hombres, de otras fuerzas y de sí mismo. Atención a este fragmento: “la superstición es el nombre que dan los ignorantes a su propia ignorancia. Eras especial antes y eres especial ahora, por eso te quieren los demonios. Hemos pasado mucho tiempo juntos preparándote para esto. Ese demonio es tu miedo interior. No importa cuántos hombres derrotes. Si no derrotas a tus temores, pasarás tus demonios a tus hijos de la misma forma que tu padre te los pasó a ti. Tienes que luchar con él. No tienes alternativa Bruce. Luchas por algo más que por ti mismo”.

Bruce Lee conversando con su maestro Yip Man sobre el miedo
Bruce Lee conversando con su maestro Yip Man sobre el miedo

Aquí se nos plantea una gran verdad. Nosotros mismos somos nuestros mejores aliados, y a la vez, nuestros peores enemigos. Solamente puedes esperarlo todo de ti mismo, nunca de los demás porque solo decepción hallarás. ¡No se juzga a los demás por no cumplir tus expectativas, te debes juzgar a ti mismo por habértelas hecho! Nadie es igual a nadie, ergo nadie va a obrar ni a pensar del mismo modo que tú. ¡Tú decides si quieres ser un perdedor o tener éxito!

La victoria no es ser famoso, no es tener dinero ni tampoco es tener poder. El triunfo se consigue estando bien con uno mismo. La conquista no se logra teniendo como motivación exclusiva el juicio de los demás. Os sorprendería la cantidad de gente “famosa” que se siente desgraciada. Es casi irónico. ¿No os parece? Como una vez dijo el propio Bruce Lee: “el conocimiento te dará poder, pero el carácter te dará respeto”. En mi opinión, el hombre verdaderamente respetado es aquel que tiene la osadía de ser el mismo. Dan que pensar sus palabras ¿verdad?

Conclusión

Dragón: la historia de Bruce Lee es una de las mejores películas autobiográficas que existen sobre este arista marcial. Esto se debe, principalmente, a que el guion fue escrito, tanto por Rob Cohen como por la propia Linda Cadwell. Consiguieron hilar de un modo bastante correcto, aunque con ciertas imprecisiones y lagunas, los sucesos más importantes que ocurrieron en la vida del actor. En mi opinión, todo el argumento está bastante bien construido, y además, no presenta saltos temporales abruptos ni incoherencias entre los sucesos. Este aspecto es muy importante porque, a menudo, los metrajes biográficos suelen presentar problemas de esta índole.

Todos los actores ofrecieron, cada uno en su estilo, una buena interpretación de sus papeles. En resumidas cuentas, la actuación de Jason Scott Lee está contemplada por muchos como la mejor versión de Bruce vista hasta nuestros días. La película fue considerada entretenida y recibió, en líneas generales, una crítica relativamente buena. Aunque todo sea dicho, también recibió penalizaciones por los espectadores más devotos del artista marcial.

Fotograma de Johnny Sun y Bruce Lee en su segundo combate
Jason Scott Lee ha hecho la mejor interpretación de Bruce Lee hasta la fecha

Fue una producción con un gran éxito comercial y sus ingresos superaron los promedios de taquilla de las películas biográficas, lo que se atribuyó a sus temas románticos y su atractivo para personas no muy vinculadas a la audiencia tradicional de películas de Kung Fu. Es una obra muy amena para disfrutar en cualquier momento, cargada de emociones, simbologías culturales, filosóficas y de problemas muy característicos de la sociedad del siglo XXI. Todo ello mezclado con buenas dosis de lucha y acción.

Permite conocer muchísima información sobre la personalidad que tenía Bruce. Así las cosas, se puede ver cómo reaccionaba a los problemas, qué pensaba de la sociedad occidental, cuál era su visión sobre el mundo, sobre la naturaleza del ser humano o sobre su concepción sobre la realidad. Todos estos factores se vislumbran en el filme de un modo muy grato y deleitable. Por ende, no es otra cinta más donde solo salen mamporros. Así que si no la habéis visto, os la recomiendo encarecidamente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *